El pasado 28 de enero una mujer de 100 años acudió, acompañada de su hija, al servicio de urgencias del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, que pertenece al grupo Quirón, propietario también de la Dexeus, porque se le abrió una ceja, con abundante sangrado, a causa de una caída. Durante la asistencia médica, según relata su hijo, el periodista Jordi Solà, colaborador del diario El Punt Avui, fueron víctimas de discriminación lingüística por parte de la doctora que las atendió, quien después de dirigirse a ella en catalán les espetó el ya clásico “¡Hábleme en español!”. «Esto es una plaga», lamenta Solà sobre estas discriminaciones lingüísticas en el ámbito sanitario.

Madre e hija llegaron al centro hospitalario en ambulancia, porque, según explica Solà en conversación con El Món, el estado de salud de la mujer es delicado, y las pusieron en un box para atenderlas. Entonces entró una médica y le preguntó en castellano a su hermana, María, qué había pasado. Justo al iniciar el relato de los hechos en catalán, la profesional sanitaria interrumpió –»con un gesto altivo», según la familia– para exigirle que le hablara en castellano.¡Hábleme en español!”, le espetó.

A pesar de eso, María, siempre según el relato de su hermano, se mantuvo en el uso de su lengua. «En casa hemos sido muy catalanistas y hemos defendido mucho la lengua, ya desde el franquismo». Para hacerse entender con la doctora, tuvo que acompañar el relato con mímica. “Como Marcel Marceau”, apunta Jordi. Pero la médica, antes de abandonar el box, insistió en su obsesión: “A mí todo el mundo me habla en español”. Una vez que la médica había abandonado el box, Solà apunta que su madre se dirigió a su hija y le dijo «¿Qué, ya han ganado, no?». Y explica que su madre «se puso a llorar». Fuentes oficiales del centro hospitalario contactadas por este diario han declinado dar explicaciones porque, según han remarcado, «no entramos en este tipo de cuestiones».

Entrada del Hospital Universitari Sagrat Cor / JMB

«Es una cuestión de derechos, no es una cuestión de educación»

«Este hospital tiene muy mala fama en cuanto a la receptividad del catalán», apunta el periodista, y remarca que la atención en catalán es «un derecho de los ciudadanos de Cataluña» reconocido en el Estatuto. «Es una cuestión de derechos, no es una cuestión de educación», reivindica, y lamenta la «humillación» que vivieron su madre y su hermana, pero destaca que es «el pan de cada día» en el ámbito sanitario. Con todo, Jordi Solà manifiesta que «la sanidad catalana es una sanidad notable en el mundo en el que vivimos, pero hay un problema» con la lengua. E insta al Gobierno a «hacer cumplir la ley a partir de inspecciones y sanciones». Aun así, se muestra escéptico con la posibilidad de que las instituciones tengan voluntad de hacerlo.

El periodista explica a El Món que, de momento, no han presentado ninguna queja en el Hospital Universitari Sagrat Cor ni han acudido a ninguna instancia, ni tampoco han puesto los hechos en conocimiento de Plataforma per la Llengua. Esto no significa que la familia no tome ninguna medida ante esta discriminación lingüística que no quiere que quede impune, pero están meditando qué pasos quieren dar a partir de ahora. Solà resalta que su hermana «resistió en el tema de la lengua, porque no renunció a su derecho», pero deja claro que cuando sufres en tu piel, o en la de tu familia, «debes tener una actitud más beligerante». «Actuaremos con calma y tranquilidad, pero no lo dejaremos aquí», concluye.

Comparte

Icona de pantalla completa