Un total de 1.938 armas decomisadas en los centros penitenciarios catalanes de 2017 a 2022. Este es el balance que la consejera de Justicia, Gemma Urbasart, presentó el pasado 2 de junio en el Parlamento de Cataluña después de una petición del grupo parlamentario ultraderechista Vox. El concepto armas es utilizado por la misma consellería para incluir «objetos punzantes», «objetos contundentes» y «objetos cortantes». El año con más decomisos fue 2022, con un toral de 435. De hecho, son los objetos empleados en las agresiones graves, un elemento clave en las protestas de estos días.
De hecho, en la rueda de prensa de este martes, cuatro funcionarios de prisiones que forman parte del colectivo Samarretes Negres, que impulsan las protestas y los bloqueos de los centros penitenciarios, presentaban las armas como uno de los problemas clave en los centros penitenciarios y el que más ha crecido en los últimos años. «Son los

Un incremento del 50% en seis años
El año 2017 se decomisaron 122 objetos punzantes, 17 contundentes y 151 cortantes, es decir, un total de 290. Los centros con más confiscaciones fueron Quatre Camins, Puig de les Basses y Brians 1. En 2018, se intervinieron 287, con 138 objetos punzantes, 17 de contundentes y 132 de cortantes. El año 2019, la estadística se disparó hasta los 345, entre 168 de objetos punzantes, 14 de contundentes y 163 de cortantes. El año siguiente, en 2020, continuó el crecimiento hasta las 347 intervenciones, con 172 de objetos punzantes, 15 de contundentes y 160 de cortantes.
Los dos últimos de la estadística muestran una ligera bajada y un repunte importante. Así, en 2021 se decomisaron 334 armas, entre las cuales 164 de punzantes, 20 de contundentes y 150 de cortantes. En 2022 la cifra se disparó hasta 435, con de 205 de punzantes, 23 de contundentes y 207 de cortantes. Los centros de Brians 2 y el Centro de Jóvenes fueron los centros con más intervenciones. En el balance global, hubo un 50% de incremento entre 2017 y 2022.