Los propietarios de las piscinas saldas tienen una salida en plena sequía. Tal como han pedido algunos gremios hoteleros, la idea es hacer uso de desalinizadoras privadas para mantener su actividad. Ahora, el gobierno catalán plantea que estas instalaciones sean refugios climáticos para la población. Así lo estipula el Plan especial de sequía, detallado por Europa Press, que planea la opción que los titulares de estas piscinas «ofrezcan la instalación al Ayuntamiento» a tal efecto. Fuentes del ejecutivo han detallado a este mismo medio que el Consejo Ejecutivo aprobará este condicionante vía decreto ley, pero recalcan que son los mismos ayuntamientos los que tienen que validar cualquier instalación como refugio climático.
El plan especial también indica que los campesinos «con dificultades en el suministro del agua» podrían hacer uso de las desalinizadoras privadas allá donde haya. Sobre este aspecto, el gobierno de la Generalitat deja claro que el uso de una desalinizadora privada tiene que estar sujeto «al mantenimiento de la actividad económica que ejercen» estas empresas. Otro aspecto importante del protocolo es el «plan de ahorro de consumo de agua respecto a su consumo en situación de normalidad» que tendrán que tener todas estas comunidades.

Una medida «anecdótica»
El uso de desalinizadoras privadas ha generado bastante controversia. El Gremio de Hostelería de Lloret de Mar, por ejemplo, ya ha planteado la opción de adquirir una, y los más críticos han cargado contra el abuso de agua que, dicen ellos, hace el sector turístico. Fuentes sindicales admiten a Europa Press que este tipo de máquinas son «muy pequeñas» y se muestran a la expectativa de saber finalmente «si alguien las solicita». Justamente por este motivo creen que permitir las desalinizadoras privadas es «una medida anecdótica».
Estas mismas fuentes recuerdan que la sequía es un problema de fondo y que el uso de desalinizadoras privadas en ningún caso acabaría con la crisis. Después de meses críticos, los embalses han aumentado levemente su capacidad, y algunos ya se acercan al 16%. Justamente, cuando el agua cayó por debajo de este umbral, las autoridades aceleraron las medidas restrictivas. Ahora bien, a pesar del optimismo de algunos sectores después de los últimos episodios de lluvia, el gobierno de Cataluña ya ha avisado que será cauteloso a la hora de rebajar las medidas anticrisis.