La bajada de los resultados de las pruebas PISA ha puesto sobre la mesa las principales carencias del sistema educativo de Cataluña y ha agraviado el malestar de los docentes, que consideran que las condiciones con las cuales trabajan son insostenibles. Según el último informe presentado por Comisiones Obreras (CCOO) a partir de las respuestas de 3.541 maestros y profesores, un 59% de los encuestados consideran que trabajar en la educación «no es gratificante». De hecho, de este 59%, un 49% creen que es «poco» gratificante y el 10% restante que es nada. Desgranando los datos, solo un 7% del profesorado que ha participado en la elaboración del sondeo cree que «actualmente es gratificante» ejercer de maestro o profesor, mientras que un 34% se desmarca de los dos extremos y dice que es «bastante gratificante».
Estas respuestas han puesto en alerta al sindicato: «Es muy preocupante que casi un 60% de las trabajadoras de la educación que contesten la encuesta no consideren gratificante su trabajo actualmente», argumenta CCOO. Los principales motivos que apuntan en el informe que han desencadenado la insatisfacción de los docentes son las ratios «excesivamente» elevadas con las cuales trabajan, es decir, que hay demasiados alumnos por aula, cosa que dificulta poder ejecutar con buenas condiciones la enseñanza. De hecho, los docentes consideran que este es el principal motivo de los males resultados de las pruebas PISA. Ahora bien, la insatisfacción del colectivo no es solo por las ratios elevadas. También lamentan que «la carencia de recursos para atender el alumnado de manera personalizada» y la «falta de financiación» les dificultan mucho poder hacer su trabajo correctamente, cosa que genera malestar entre el sector.

Presionar la consejería
Los docentes consideran que la situación de la escuela catalana ha ido empeorando rápidamente durante los últimos años, principalmente por los recortes y los «cambios constantes» en las legislaciones educativas «importantes» que hay que seguir. Es por este motivo que desde CCOO piden al Departamento de Educación, dirigido por Anna Simó, que aborde de una vez por todas las problemáticas del sector para cortarlas de tronco-raíces: «Haría falta un reconocimiento de la tarea ingente que han llevado a cabo los trabajadores y trabajadoras de la educación y garantizar que se pueda hacer realmente en buenas condiciones», argumenta el sindicato.
Desde la consejería, pero, ya han hecho los primeros pasos para intentar calmar el malestar de los docentes. El pasado 25 de enero, Simó pactó con CCOO y la UGT –dos sindicatos con presencia a la Mesa Sectorial pero con menos representatividad que USTEC, que es el mayoritario y que no firmó– poner punto final a las tres últimas reclamaciones del colectivo a raíz de los recortes del año 2010. El acuerdo prevé reducir las horas lectivas a los mayores de 55 años, recuperar el complemento salarial llamado ‘estadio’ para cada seis años –actualmente se cobraba cada nueve años– y equiparar los sueldos de todo el profesorado de Formación Profesional (FP). Todo y estos compromisos de la consejería, los docentes consideran que hay que ir más allá. Tal como se constata en el informe de Comisiones Obreras, «las profesionales de la educación no se han sentido interpeladas de ninguna forma por el departamento» y exigen «ser escuchadas».
Los docentes aseguran que para mejorar la situación actual de la educación y recuperar las buenas sensaciones del profesorado en la hora de encarar su jornada laboral, hay que «disminuir las ratios a todos los niveles con la incorporación de nuevos profesionales», mejorar «el mantenimiento de los centros públicos», puesto que con un buen espacio de trabajo los resultados también pueden ser más positivos, y «desplegar completamente el decreto de educación inclusiva».