La nueva consejera de Educación, Esther Niubó, se enfrenta a su primera gran crisis desde que ha asumido la dirección del departamento. Este lunes, comunicó a todas las direcciones de los centros de educación postobligatoria una serie de cambios en el currículo de bachillerato de cara al próximo curso para adecuarlo a las directrices de la ley estatal LOMLOE -también conocida como Ley Celaá, la cual fue aprobada el 19 de noviembre de 2020 en el Congreso, gracias a los votos del PSOE y Sumar, las dos formaciones que la impulsaron, y el apoyo de ERC y la abstención de Junts. Entre los cambios anunciados ayer, la relegación de la literatura catalana y castellana como asignatura optativa puso, inmediatamente, a la comunidad educativa y literaria en pie de guerra. Este mismo martes, sin embargo, la consejera ha anunciado en rueda de prensa que «la literatura es una línea roja» para el Gobierno de Salvador Illa y que se mantendrá como asignatura de «modalidad» -es decir, obligatoria- en los itinerarios que ya se cursaban en segundo de bachillerato.

Los cambios anunciados por la consejería para el bachillerato, sin embargo, ya habían despertado las críticas de la oposición, que no se ha conformado con el retroceso posterior. Esta misma mañana, antes de la rectificación de Educación, Junts ya había pedido a través de una moción parlamentaria -la cual se debatirá y votará el jueves por la tarde- al Gobierno que revirtiera los cambios anunciados por la consejería, especialmente en lo que respecta a las materias de literatura, tanto catalana como castellana. Por su parte, ERC también había registrado una petición formal en el Parlamento para exigir explicaciones a la titular de la cartera ante el hemiciclo. Un paso que también han dado los Comunes, que han cargado contra las «idas y venidas» de la consejería con el bachillerato. De hecho, a pesar de la rectificación de Niubó -que se produjo en el mismo momento que comparecía en rueda de prensa el portavoz de los comunes en el Parlamento, David Cid-, los socios de legislatura de Salvador Illa mantienen la petición de explicaciones.

Imagen de la portavoz de Junts en el Parlamento de Cataluña / Kike Rincón (Europa Press)

Defender la literatura de los «ataques» de Madrid

La portavoz de Junts en la cámara catalana, Mònica Sales, ha cargado contra los cambios anunciados por la consejería, ya que considera que son un «ataque» más «de Madrid»: «¡Cuando Madrid ataca, el gobierno acata! Y es intolerable (¡una vez más!)», ha remachado la dirigente de Junts con un mensaje en las redes sociales en el que ha defendido la importancia de la literatura en la educación: «Acercar la literatura a los jóvenes es imprescindible para avanzar, para aprender y descubrir otros retos, otros contextos y otras situaciones», ha aseverado. Una idea muy similar a la que ha expresado la portavoz de ERC en el Parlamento, Marta Vilalta: «Relegar la literatura catalana a optativa es menospreciar la cultura del país y poner en juego el aprendizaje del futuro. Hacemos frente común en el Parlamento para detenerlo. Es necesario que el Gobierno del PSC rectifique y que no se consume este desprecio», ha afirmado la portavoz republicana a través de un mensaje en las redes sociales.

De hecho, desde ERC, aprovechando la moción presentada por Junts esta misma mañana, también han presentado una enmienda que pide «detener» el decreto catalán 171/2022 -sobre el currículo de bachillerato-, la cual califica «de imposición por la puerta trasera del Estado que reducirá la literatura catalana a un segundo plano como optativa». El texto de enmienda presentado no solo hace referencia a los cambios en la literatura dentro del currículo de bachillerato -los cuales desde la consejería defienden que no se producirán-, sino que también hace énfasis en el peso que tendrá sobre la valoración final el trabajo de investigación, ya que con la adaptación del currículo catalán a la ley española este queda reducido significativamente: «Es una herramienta fundamental para el desarrollo de las competencias investigadoras y críticas del alumnado», ha argumentado Vilalta. Además, los republicanos tampoco ven claro otro de los cambios que han trascendido y que supondría unificar cuatro materias de la modalidad de ciencias y tecnología en dos -agrupar en una sola asignatura biología, geología y ciencias ambientales, y fusionar física y química.

Imagen de un grupo de alumnos antes de comenzar los exámenes de selectividad / Europa Press

La CUP afila los dientes

Por su parte, la diputada de la CUP Laia Estrada ha afilado los dientes y ha acusado al gobierno español de querer «reducir el grado de conocimiento de los hijos de la clase trabajadora» con la intención que tiene de convertir las asignaturas de literatura del bachillerato en optativas y de unificar otras materias, como es el caso de las materias de las modalidades científicas y tecnológicas. Aunque ha celebrado el «retroceso» de la consejera de Educación con la literatura catalana y castellana, la dirigente de la CUP considera que es necesario revertir completamente los cambios impuestos por la ley española -a la cual ellos mismos ya votaron en contra en el año 2020. Para Estrada, la Generalitat «debería plantar cara» contra el requerimiento del Ministerio de Educación que ha precipitado los cambios en el currículo, ya que considera que estas modificaciones tienen una voluntad «recentralizadora»: «Mientras las élites no renuncian a estos conocimientos, nuestros hijos avanzan hacia una educación donde cada vez se eliminan más estas asignaturas», ha exclamado la diputada de la CUP.

Por ahora, sin embargo, la consejería de Educación solo ha fijado los cambios en las asignaturas de literatura como «una línea roja» y ha querido dejar claro que ya están en conversaciones con sus homólogos españoles -desde hace meses, según aseguran- para atender «la singularidad lingüística y cultural» de Cataluña. Mientras Niubó intenta recuperar el control de su cartera y paliar la primera crisis con la que se enfrenta desde que ha asumido el cargo, sin embargo, la oposición política se ha puesto de acuerdo para exigirle explicaciones. «Que den marcha atrás y planten cara».

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