«El dinosaurio ya está en el aula. Hace falta que seamos proactivos para reflexionar como dejamos entrar la inteligencia artificial en las aulas para aprovecharla al máximo». Así ha definido la consejera de Educación, Anna Simó, acompañada del director general de Innovación, Digitalización y Currículum, Joan Cuevas, la nueva apuesta del departamento para extender la inteligencia artificial (IA) en la escuela durante la presentación de la jornada ‘La Educación que viene’ celebrada al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). La consejería plantea un plan de acción articulado en cuatro actuaciones para adaptar la enseñanza a las nuevas tecnologías. Ahora bien, siempre teniendo los pies en el suelo: «No tenemos que afrontar la IA desde la pasividad, pero tampoco desde el entusiasmo acrítico», argumenta Cuevas siguiendo las palabras de la consejera, que advierte que hace falta una «alfabetización digital» para garantizar un uso ético de la inteligencia artificial.

El objetivo de estas actuaciones es implementar la inteligencia artificial como una «herramienta de apoyo» y «mejora», tanto para los alumnos como para el profesorado: «No podemos dejar pasar la oportunidad de acompañar a los alumnos para que hagan un uso crítico y ético de la IA, para apoyar a los docentes en la hora de implementarlos en sus clases, y para mejorar la tarea de la administración educativa, bien sea para recoger datos, mesurar las políticas implementadas o para reducir la burocracia», defiende Simó. El estudio elaborado por la consejería apunta que estas nuevas «herramientas» se pueden implementar para crear imágenes, textos o videos, cosa que permite al alumno poner el foco en otras cuestiones más complejas: «Teniendo en cuenta que ya existen herramientas de creación de textos [como el ChatGPT, por ejemplo], hay que centrarse a evaluar la capacidad de argumentación de los alumnos, puesto que son tareas que no se pueden hacer con inteligencia artificial», asevera el flamante director general de Innovación, Digitalización y Currículum.

Imagen de un ordenador simulando el procesamiento de la inteligencia artificial / EP

Además de un documento de recomendaciones y orientaciones elaborado por la consejería, desde la cartera de Educación también impulsarán una estrategia de formación para docentes con dos cursos telemáticos que estarán disponibles de cara en el curso próximo, una página web donde sintetizar toda la información sobre la IA en la Educación con un apartado de «recursos para el profesorado».

El primer paso, pero, es orientar los centros: «Ser rigurosos en educación pide tiempo y estudio, para poder tomar decisiones basadas en la evidencia. En cuanto a la aplicación de la IA en educación, el periodo de tiempo es demasiado breve para poder extraer conclusiones definitivas; por eso este documento tiene por objetivo fomentar la reflexión entre los y las docentes y en los claustros«, apunta la consejería. Además de hacer propuestas de como aplicar la inteligencia artificial, el departamento también recoge una serie de herramientas, como Dall-E 2 o Synthesia, entre otros, para llevar a cabo cada una de las tareas.

Adaptar las actividades del aula

El uso de la IA por parte del alumnado ha generado cierta controversia, puesto que podría utilizar estas aplicaciones para hacer las tareas y librarlas como si el contenido fuera de elaboración propia. Teniendo en cuenta este contexto, el departamento apuesta por «un trabajo competencial basado en situaciones de aprendizaje», es decir, a potenciar situaciones «próximas» al alumnado que dificulten que las IA den «respuestas cerradas» a los retos. Tanto Simó como Cuevas, pero, ponen especial énfasis en la necesidad de «formar al profesorado» en el uso de inteligencias artificiales. Desde Educación también consideran que es adecuado implementar las IA generativas en la hora de diseñar las actividades del aula, puesto que ofrecen varias propuestas de retos para reinventar constantemente y «personalizar» la enseñanza.

Desde Educación, pero, también consideran que es esencial hacer un uso regulado de las inteligencias artificiales generativas, puesto que no se pueden aplicar en todos los casos: «Si estamos enseñando a redactar, tendremos que ver que es mejor no usarlas en este momento», argumenta el asesor técnico docente en el Área de Cultura Digital del Departamento de Educación, Jaume Feliu.

Imagen de archivo de una escuela de Cataluña / ACN

«Hacer un uso ético»

La consejera, pero, ha querido poner especial énfasis en la necesidad de «hacer un uso ético» y «responsable» de la IA. El estudio de Educación señala los siete puntos que hay que tener en cuenta en la hora de extender esta nueva herramienta en las aulas: la «privacidad», la «vigilancia», la falta de autonomía, puesto que «traspasar decisiones a las IA puede provocar falta de autonomía de las personas en determinadas ocasiones», los sesgos informativos, la confianza excesiva, la brecha digital y la protección de datos. Todas estas recomendaciones y riesgos están recogidos en el nuevo documento orientativo que presenta la consejería este mismo martes. Teniendo en cuenta estos «retos», Simó ha alentado a los docentes a hacer un «buen acompañamiento» del alumnado a la hora de usar la inteligencia artificial: «La educación siempre necesitará los docentes», concluye.

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