Cuenta atrás para que comiencen las pruebas de acceso a la universidad (PAU) de este 2025 en Cataluña, en las que se han inscrito más de 44.200 estudiantes. Mientras el resto de autonomías ya han terminado los exámenes de selectividad, los estudiantes catalanes se sumergen por última vez en sus libretas, escritas hasta los márgenes, y las montañas de papeles, mal colocados dentro de la mochila o extendidos en la mesa, con los apuntes de todo el temario que han cursado en bachillerato. En la Biblioteca Agustí Centelles, en la Esquerra de l’Eixample de Barcelona, el hormigueo de jóvenes que buscan lugar para sentarse y estudiar es constante. La imagen, la de cada año: caras largas llenas de dudas y nerviosismo. «¿Tú crees que esto entrará?», susurran un grupo de futuros universitarios que repasan el temario de Historia. La respuesta, sin embargo, no la tienen clara. Las dudas sobre el contenido de los próximos exámenes de selectividad, que se llevarán a cabo del once al trece de junio, son más que otros años. Este año, al tradicional cóctel de nervios y ganas de que comience el verano, se añade un ingrediente más: el nuevo modelo de selectividad: «Hemos intentado estudiar a partir de los modelos de los años anteriores, pero no sabemos cómo será», explica Roger Subirana, un estudiante de segundo de bachillerato de la Escuela Pàlcam de Barcelona, situada en el distrito de Horta-Guinardó, en conversación con El Món.
Roger lleva meses practicando el temario con los modelos anteriores de las asignaturas, pero aún no ha conseguido intuir cuál será el grado de dificultad de esta nueva selectividad más «competencial»: «Los modelos de cada año son diferentes, y algunos son mucho más fáciles que otros», reflexiona el estudiante. En esta misma situación se encuentra Oriol Utrilla, estudiante del Instituto Escuela Costa Llobera, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, que ha cursado el bachillerato científico: «No tenemos muchos modelos de la nueva selectividad para practicar», lamenta. La conselleria de Recerca i Universitats, en manos de la consellera Núria Montserrat, ha puesto a disposición de los aspirantes un «modelo cero» de cada materia, pero el resto de exámenes publicados para preparar las PAU aún siguen el anterior funcionamiento, con dos versiones de temario. Para complementar los modelos de examen que ha ofrecido la administración catalana, la editorial Barcanova también ha elaborado un conjunto de modelos de prueba de la nueva selectividad: «Yo he utilizado estos dos modelos», detalla Utrilla. En la Biblioteca Agustí Centelles las mesas también están llenas de exámenes de prueba impresos que los estudiantes han traído de casa para practicar.

Las asignaturas específicas acaparan las dudas
En los días previos a las pruebas de acceso a la universidad, los institutos alteran su funcionamiento habitual y se limitan a dar clases para repasar el temario. En algunas materias, aprovechan las horas para acabar de complementar los contenidos que no han tenido tiempo de enseñar durante el curso, entre el mes de septiembre y el mes de mayo, y otras exprimen las últimas clases, que son voluntarias, para poner el foco en la preparación de la selectividad: «Aunque son voluntarias, somos unos cuantos en clase», explica Roger Subirana, algo que también se produce en el Instituto Escuela Costa Llobera. Los jóvenes, pues, están motivados para obtener una buena calificación en la selectividad, que necesitan para alcanzar la nota de corte -aproximada- que les permitirá entrar en el grado universitario que quieren estudiar. Teniendo en cuenta que es opcional asistir a estas sesiones de repaso, cada estudiante elige a qué materias asistir para acabar de perfilar y resolver dudas de las asignaturas que más les preocupan.
Normalmente, las materias que más dudas generan entre los estudiantes son las de la fase específica, ahora conocida como fase de admisión. Es decir, las asignaturas que complementan la fase general -ahora conocida como fase de acceso-, formada por Lengua catalana y literatura; Lengua castellana y literatura; Lengua extranjera; Historia o Historia de la filosofía y una materia de modalidad a elegir entre las comunes de opción de bachillerato. El motivo por el cual las específicas habitualmente preocupan más a los estudiantes es que son las materias que influyen más en la nota de corte, ya que -según la teoría, aunque también hay excepciones- son las asignaturas que más se acercan a los estudios universitarios que se desean alcanzar: «La asignatura que más me preocupa es la de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, porque me pondera el doble. Por eso voy más a las clases de repaso», confiesa el estudiante en la Escuela Pàlcam. En cambio, Oriol Utrilla ha puesto más el foco en las últimas sesiones de repaso en «física y química», ya que son las materias específicas de la selectividad que le interesan especialmente a la hora de conseguir una buena nota de corte.

Una selectividad sin capacidad de elección
Los más de 44.200 estudiantes que se han inscrito este año a las pruebas de acceso a la universidad se enfrentarán por primera vez al nuevo modelo de selectividad, acordado el año pasado por la administración catalana, el gobierno español y el resto de autonomías del estado. Una nueva selectividad con un único modelo de examen. Es decir, donde los estudiantes no podrán escoger entre dos versiones: «Creo que será más difícil porque tenemos menos optatividad, pero también entiendo que ya no se pueda descartar una opción [tal como se había hecho en los últimos años, desde la pandemia de la Covid]», admite Oriol Utrilla. En la Biblioteca Agustí Centelles también se respira esta creencia de que la selectividad será «más difícil» que los otros años: «Eso de no poder elegir no me gusta mucho…», dice Júlia, que recoge los apuntes en la Biblioteca Agustí Centelles para salir a tomar el aire antes de ponerse a estudiar la siguiente materia. «Yo ya no sé qué más hacer», ríe Marc, que también recoge sus apuntes. Ambos salen de la biblioteca del Eixample, pero, con cierta tranquilidad. Aún les quedan días para acabar de repasar.
Entre los estudiantes existe la creencia de que, dado que este año solo hay un único modelo de examen común para todos, «las notas serán más bajas» que en las ediciones pasadas. Mientras algunos alumnos se resignan a esta creencia, otros optan por clavar los codos sobre la mesa y sumergirse en los apuntes. Dos maneras diferentes de enfrentar el nerviosismo de las pruebas de acceso a la universidad mientras la cuenta atrás continúa. Faltan dos días para que comiencen los exámenes de selectividad. Para algunos, el momento más esperado del año académico. Para otros, un trámite necesario antes de comenzar las vacaciones de verano. Sea como sea, independientemente del grado de seriedad con que se tome cada joven estos tres días frenéticos de evaluaciones, las PAU son uno de los momentos clave de la etapa educativa de los jóvenes del país.