El acuerdo de investidura que sellaron los Comunes y el PSC, que a la postre permitió a Salvador Illa ocupar la presidencia de la Generalitat, pide textualmente «recuperar progresivamente la sexta hora» en las escuelas. Pero la nueva titular de Educación, Esther Niubó, levantó el pie del acelerador, rebajando las expectativas iniciales del acuerdo. «No es que no sea una prioridad, pero si este es un gran consenso que de algún modo podemos construir, debemos encontrar la medida concreta y más quirúrgica para hacerlo», explicaba el pasado viernes. Sin embargo, y coincidiendo con el inicio de curso, el portavoz de los Comunes, Joan Mena, ha optado por disparo hierro a estas declaraciones, que ponen agua al vino en un tema bastante troncal para los Comunes, abiertos a «buscar fórmulas para ver cómo se encaja» la medida porque lo fundamental de la propuesta, dicen, es «que en todo el sistema educativo se hagan las mismas horas lectivas».
En todo caso, Mena ha querido dejar claro que el ámbito educativo será una prioridad de los Comunes esta legislatura, también en la negociación presupuestaria de las cuentas de 2025. De hecho, desde la formación liderada por Jéssica Albiach aseguran que la prioridad política de ahora es esta negociación y que están decididos a hacer valer el acuerdo. En rueda de prensa, Mena aseguró que los Comunes quieren que las acciones previstas en el pacto de investidura estén «concentradas» con partidas presupuestarias.
Esta es una de las medidas con las que los Comunes han hecho bandera, junto con la vivienda y la negativa al Hard Rock. Sin embargo, la nueva consejera, socialista, ha comenzado el mandato bajo la premisa del «consenso», un mantra que ha repetido en diferentes intervenciones y que augura un camino más bien de piedras para la restitución de la sexta hora.
La medida, muy reclamada por los Comunes, cae de la lista de prioridades de Niubó y entra en una especie de cajón. Sin embargo, los Comunes abordan el cambio de criterio desde la tranquilidad, después de que el ejecutivo de Isla haya mantenido conversaciones con la formación ecosocialista para comunicar sus intenciones. Es más, la propia consejera informaba, la semana pasada, de una reunión con Jéssica Albiach, jefe de filas de los Comunes en el Parlament, para trasladarle la intención de acordar la sexta hora con el resto grupos parlamentarios.
Presión de los sindicatos
La petición de los Comunes se enmarca en un intento de reducir las diferencias entre la escuela pública y la concertada, que sí incorpora que esta sexta hora. Por otra parte, una medida que el Grupo Impulsor de Medidas de Mejoras Educativas –el famoso grupo de expertos reunido tras el fracaso en las pruebas PISA– apuntaba en uno de sus informes de que se había de «estudiar» esta posibilidad, al menos, para ver si era una de las posibles causas de desigualdad.
Ahora bien, la medida no cuenta con el necesario consenso. Es más, choca con unos sindicatos combativos que no ven con buenos ojos la recuperación. Ya estaban en contra décadas atrás, antes de que la exconsejera Irene Rigau la suprimiera durante el mandato de Artur Mas. Desde USTEC insisten en su oposición a su medida y recuerdan –así lo han hecho cuando se les ha preguntado– que la nueva titular del Departamento no les ha trasladado que sea una prioridad. En líneas generales, los sindicatos mantienen que esta medida no aporta valor añadido y que supondría un incremento de trabajo bastante notable.