El director general de Cultura de Aragón, Pedro Olloqui, un hombre que proviene del comunismo y que ahora abraza la extrema derecha del PP y Vox, dejaba claro este viernes que Sixena es una batalla política. De hecho, desde el desmembramiento del Obispado de Lleida, todo lo que rodea las reclamaciones del arte de la Franja es anticatalanismo disfrazado de proceso judicial. Incluso la pelea entre Aragón y Ernest Urtasun, porque como ministro de Cultura haya osado defender a los técnicos del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), destila olor anticatalanista por su origen catalán.
Otro de los ejemplos es el recurso sorprendente de la fiscalía del Tribunal Supremo contra la absolución del exconsejero de Cultura Lluís Puig, absuelto en el juicio en el que se le acusaba de no haber entregado las obras de Sixena inmediatamente cuando accedió al cargo. Un recurso que insinúa que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) no ha aplicado bien la ley debido a su carácter «autonómico». En la vista oral, el abogado del Ayuntamiento de Sixena tuvo un enfrentamiento con el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos –un togado descaradamente contrario al catalanismo– porque le paró los pies cuando insinuó que era necesario condenar al consejero al exilio por lo que representaba. Todo esto se añade a los escritos presentados en el proceso judicial de reclamación de las obras de Sixena y en las resoluciones que se han dictado, con un espíritu y letra que no esconden la antipatía por Cataluña. Solo hay que ver la valoración que las tres sentencias sobre los murales hacen de Josep Gudiol, el hombre que salvó las pinturas.
Anticatalanismo valenciano y de las Islas
Por si todo esto no fuera suficiente, el espíritu anticatalanista de la reclamación de Sixena queda confirmado con las entidades civiles que apoyan y que han firmado el manifiesto de Plataforma Sijena Sí. Una entidad que ha convocado escasas concentraciones frente al MNAC en las que han participado diputados de las cortes aragonesas. Esta entidad es la rama social de la reclamación de Sixena que Olloqui también insiste en incluir en la pelea por las pinturas. Pero un análisis de quiénes son, qué objetivos tienen y cuánta gente arrastran termina de clavar el clavo de todo lo que significa Sixena para Aragón. Solo un detalle: las dos entidades más anticatalanistas del País Valenciano y de las Islas, firman con entusiasmo el manifiesto con quince asociaciones más, de las cuales solo tres son de Sixena. El resto son de otros municipios de Huesca, Teruel y Zaragoza y, curiosamente, hay más valencianas. Peñas de fútbol o entidades dedicadas a la obra de Leonardo da Vinci o a gestionar el Museo del Jamón completan el cuadro.

Sa Fundació Jaume III
Del listado, destacan dos entidades, tanto por el origen como por su intencionalidad. En concreto, son Sa Fundació Jaume III de Mallorca y la Societat Lo Rat Penat. Dos marcas que representan el anticatalanismo sociológico de las Islas y del País Valenciano. Sa Fundació Jaume III, tiene el lema Defensem Lo Nostro. Nacida en el año 2013, su tarjeta de presentación asegura que tiene un «objetivo claro y llamativo: dignificar el mallorquín, el menorquín y el ibicenco» y alejarse de la unidad lengua catalana. De hecho, su manifiesto y su carta de presentación defienden la creación de un diccionario y un traductor propios.
De hecho, es una organización gonellista, es decir, seguidores del enigmático Pep Gonella, que en el año 1972 publicó un manifiesto en el Diari de Mallorca contra la unidad de la lengua, camuflado con la defensa del mallorquín que huía de la «barcelonización de la lengua». Cuarenta y cinco años después, IB3 descubrió quién se ocultaba tras el seudónimo Pep Gonella: el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares Josep Zaforteza. Ahora el gonellismo es una de las armas dialécticas de la ultraderecha en las Islas en la batalla contra la lengua y el modelo educativo. Sin embargo, a pesar del financiamiento de un reconocido hotelero, es una entidad minoritaria y no tiene presencia pública, aunque sus tesis han sido absorbidas por la derecha más extrema.

Lo Rat Penat
La Societat Lo Rat Penat es una entidad que nació en el año 1878, en una época histórica bautizada como la Renaixença Valenciana. Un nombre que defendía el valencianismo frente al proceso de aniquilación que sufría al amparo del castellano. De hecho, fue una plataforma de defensa, recuperación y promoción de la lengua y la identidad valenciana, pero que a partir del año 1947 -cuando era una entidad tolerada por el franquismo-, sufrió una deriva hacia el anticatalanismo. Pero fue a partir de los años 70 del siglo pasado que hizo una evolución hacia el discurso más descaradamente anticatalanista y que ahora representa el brazo social del blaverismo que se consolidó en los años 80.
De hecho, es una de las entidades que Carlos Mazón, desde que es presidente, ha querido alimentar con más ayudas, junto con uno de los referentes sociales y culturales secesionistas de la lengua, la Reial Acadèmia de Cultura Valenciana. Ambas estructuran lo que los filólogos llaman la «legitimidad del anticatalanismo». Ahora Lo Rat Penat ha sido la punta de lanza cultural de Vox en el País Valenciano, asumiendo por completo lo que se conoce como las Normes del Puig, unas extravagantes normas ortográficas que buscan romper la unidad de la lengua.

De fuera vinieron…
También de fuera, se ha añadido a Plataforma Sijena Sí la Peña Zaragozista de Valencia José Luis Violeta, una peña de fútbol de apoyo al Real Zaragoza que entre sus iniciativas más destacadas propuso a los socios del club darse de baja de las plataformas de pago televisivo para ver el fútbol, por el trato que recibía su club. Entre sus tareas más importantes, esta peña otorga un galardón anualmente al mejor jugador del Zaragoza, un club en horas bajas desde hace años que no se mueve de la liga Hypermothion, la tradicional segunda división.
En esta línea también destaca la Asociación Cultural Monna Lisa España, domiciliada en Torrent, en el País Valenciano. Esta entidad tiene como objetivo «el estudio y difusión del cuadro de La Primera Monna Lisa y su entorno histórico, social, especialmente en Valencia». Se dedica a hacer homenajes a personajes históricos y participa en actividades organizadas por la Reial Acadèmia de Cultura Valenciana, que hace la gara-gara a Vox en el País Valenciano.

Entidades aragonesas
De la lista de las entidades también destacan tres nombres que sí provienen de Sixena: l‘Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet, l’Asociación Tercera Edad Pedro II y l’Asociación de Mujeres y Consumidores San Blas. Tres entidades locales más bien lúdicas que organizan desde viajes, conferencias de bienestar y el Día de Ajo Harina por la Igualdad. En cuanto a Huesca, la demarcación provincial de Sixena, se cuentan la Federación de Asociaciones Culturales del Aragón Oriental, con sede en Fraga y que reivindica el aragonés y el valenciano absolutamente segregados del catalán y con una relación extraordinaria con Vox; la Plataforma Huesca Suena, que se define como una asociación para potenciar la ciudad «ajena a cualquier politización» y la enigmática, por desconocida, Asociación Cultural Aguisoba de Barbastro.
Del resto de Aragón cabe subrayar el Centro de Estudios de Jiloca, con sede en Calamocha (Teruel), una entidad de 800 socios que se dedica a investigar etnológicamente el Valle de Jiloca y que gestiona el Museo del Jamón de Calamocha. También cuentan con la Asociación de Apoyo a Teruel Existe, la vertiente’ cívica’ de la formación Teruel Existe. Y de Zaragoza se añaden la Asociación Territorio Goya, que se define como un «think tank» del Campo de Belchite; la Fundación Escuela y Despensa, que reclama superar la «decadencia en la que ha caído nuestra sociedad» y organiza actos con Hay Derecho, una entidad jurídica que supera el concepto conservador por la derecha; la Asociación EsperanzARTE «de artistas y creativos cristianos»; la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte y APUDEPA, Acción Pública Para la Defensa del Patrimonio Aragonés, una entidad bastante hiperactiva por la recuperación del arte.

