«¡Ha ido muy bien, muy colaboradores!». Así lo ha definido Natalia Martínez de Pisón, asesora externa del gobierno de Aragón y jefa de la delegación técnica para las pinturas de Sixena, la actitud del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) al finalizar la jornada de hoy haciendo la fotogrametría de los murales. Poco después de las seis de la tarde, salieron del edificio, después de una jornada de trabajo que había comenzado desde las diez y media de la mañana. Los cuatro técnicos salieron acompañados de personal del museo, que les explicaban que la que usaban para salir era la puerta de acceso a las oficinas y no la que utilizaron para entrar esta mañana y esquivar la protesta de las entidades soberanistas.
De hecho, los técnicos de Aragón, según han admitido en conversación con El Món a las puertas del museo, han quedado sorprendidos por la respuesta del MNAC, y más cuando su visita se puede interpretar como una maniobra de presión, alentada por el gobierno aragonés, del PP. Una visita basada en la resolución de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca, que la semana pasada daba al MNAC siete meses para devolver las pinturas murales o bien que, en diez días, aportara su cronograma, a la vista de la «complejidad» de la operación acreditada con informes del mismo museo y la imposibilidad de cumplir la sentencia de manera inmediata.
Ahora bien, la resolución, sin embargo, permitía a los técnicos de Aragón iniciar los trámites para la devolución argumentada, a priori, por una sentencia declarativa sobre las pinturas murales y las profanas del monasterio de Sixena. Aragón no ha querido dar ningún margen ni ofrecer ninguna muestra de debilidad en lo que ha convertido en una verdadera cruzada política. Pero los técnicos de Aragón han podido percibir la extrema dificultad de las obras y han mostrado una extrema precaución con los técnicos del MNAC para extraer una muestra. En todo caso, han comenzado las tareas de la fotogrametría, que era el trabajo para el cual pidieron la entrada al museo. Y todo con las «facilidades» que les ha otorgado el Museo. En este sentido, aunque desde el gobierno de Aragón han querido utilizar la «tensión» de esta mañana por la protesta, los técnicos han constatado el trato de respeto, rigor y cordialidad que les ha ofrecido el MNAC.

Cuatro técnicos y tres días en el MNAC para examinar los murales de Sixena
Al día siguiente de que la jueza iniciara el proceso de ejecución de la sentencia, la consejería de Cultura aragonesa remitió una carta a la consejería de Cultura catalana advirtiendo que este lunes llegarían los técnicos para llevar a cabo una «fotogrametría«, es decir, tomar medidas de planta y alzado de las pinturas, con fotografías de los murales que se deben devolver. Una llegada que también hicieron saber los técnicos aragoneses al MNAC.
Justo antes de las once de la mañana, los cuatro técnicos empezaron a trabajar en el estudio dentro del museo. Lo han podido hacer con todas las facilidades que les ha dado el Museo y también a pesar de la protesta de unas cincuenta personas, entre ellas, la expresidenta del Parlament y exconsejera de Cultura, Laura Borràs, y los dirigentes de la ANC, con Lluís Llach a la cabeza, el presidente del Consell de la República, Jordi Domingo y miembros de la dirección de la AMI. De hecho, los técnicos han entrado por una puerta de servicio del personal del museo. Han estado allí hasta casi las seis de la tarde, el horario laboral del MNAC, que no abre al público los lunes. Los técnicos ya han adelantado que estarán hasta el miércoles haciendo las fotografías de volumen.

Dos salas del museo donde trabajarán
El gobierno de Aragón ha explicado en un comunicado que los técnicos trabajan tanto en las pinturas profanas como en los murales del Monasterio de Sixena. Unos trabajos, han apuntado, «necesarios para conocer con detalle las medidas, la textura y el color real» y que esto «facilitará su posterior tratamiento y montaje en el monasterio». De todas formas, el MNAC ya comunicó a la jueza que también había llevado a cabo esta tarea, pero era necesario saber el destino exacto de las obras para proceder a la segunda parte, es decir, cómo plantear el proyecto de desmontaje, «si es que», como apuntan fuentes del MNAC, «hay alguna empresa especializada que se atreva a hacerlo».
Además de la conservadora-restauradora Natalia Martínez de Pisón, el equipo está integrado también por miembros del laboratorio de Fotogrametría de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. Ninguno de ellos ha ocultado en ningún momento la sorpresa de ver el estado delicado de las pinturas y la complejidad de intentar diseñar un proyecto no solo para retirarlas, sino para trasladarlas y reinstalarlas. De momento, han accedido a las pinturas profanas de la sala 17, que el MNAC ya comunicó a la jueza que no presentan problemas insalvables para retirarlas.
Por la tarde han comenzado en la sala 16, donde están las pinturas murales. A través de una grúa elevada, se escanean las obras para realizar un registro geométrico de las medidas exactas y de su superficie y textura. Esto, han indicado, permitirá después disponer de un mapa de superficie. A continuación, se lleva a cabo la fotogrametría, una técnica que superpone imágenes y que permite conocer el color real de las obras. Estos trabajos se desarrollan en unas tres o cuatro horas.