La frágil paz que vive el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde que es presidenta la catalana Isabel Perelló, vuelve a la guerra de trincheras. Perelló ha tenido que remangarse antes de que una nueva crisis haga saltar por los aires la paz armada entre los magistrados progresistas y conservadores. Fuentes del Consejo aseguran a El Món que este miércoles se ha convocado un pleno con una petición expresa de Perelló a sus integrantes: que hagan el favor de esforzarse para acordar los presidentes de las poderosas salas penal y contencioso del Tribunal Supremo. Una sala que tiene la competencia exclusiva de los aforados -como las investigaciones abiertas al Fiscal General- y una sala que controla la legalidad de las decisiones del poder ejecutivo.
Es decir, la presidenta del TSJC ha instado al pleno a escoger a los sustitutos de Manuel Marchena, el ponente de la sentencia del Procés, y de Pablo Lucas de Murillo, responsable del control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Dos nombres muy potentes en la estructura del poder judicial español. Perelló considera que las dos presidencias son suficientemente relevantes para que estén vacantes ocupadas en funciones por Andrés Martínez Arrieta, en el caso de la sala Penal, y Lucas de Murillo, en la contenciosa. Perelló, sin embargo, ha querido enfatizar que los dos nombramientos no pueden dormir el sueño de los justos. Y aunque en un principio había dado un margen todo el mes de mayo, ahora presiona para cerrar la elección esta semana en el pleno del 7 de mayo. Los dos sectores tienen diez votos cada uno, por lo tanto, se necesitan 13 para poder avanzar un nombramiento.

Negociaciones de los dos frentes
El último encuentro del pleno el pasado 1 de abril sirvió para constatar que la elección y el consenso estaban muy verdes. A pesar de las diferencias, el bloque conservador y el progresista continuaron dialogando pero sin que, a estas alturas, haya algún indicio de acuerdo inmediato. Los conservadores quieren mantener a Andrés Martínez Arrieta, que formaba parte del tribunal del Procés, -que ahora ostenta la presidencia en funciones por ser el magistrado de más edad- y la continuidad de Pablo Lucas, magistrado que ha condenado en costas a los que interpusieron recurso contra los indultos de los condenados por referéndum del Primero de Octubre. Los progresistas, en cambio, apuestan por Ana Ferrer, que firmó la condena por sedición pero, en cambio, defendió la amnistía, y Pilar Teso, para presidir la Contenciosa.
Después de esto, los dos bloques retomaron las negociaciones, que habían quedado en punto muerto tras el último intento, del 1 de abril. Sin embargo, las citadas fuentes aseguran que las posiciones se mantienen firmes, con el ala conservadora enrocada en los nombramientos de Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas, y el sector progresista, en los de Ana Ferrer y Pilar Teso, para las salas de Penal y Contencioso Administrativo, respectivamente. De hecho, parecía que podría haber acuerdo con un nombre para cada sector, Martínez Arrieta en la Penal, y Teso en la Contenciosa, pero la propuesta, que llegó arrastrando los pies por parte del sector progresista que tiene ganas de hacer un giro en la sala penal, fue finalmente rechazada frontalmente en el último pleno.

Cuatro relevos y la paridad
En este contexto, cabe señalar que el pasado 26 de febrero el pleno nombró a Ignacio Sancho, de los conservadores, presidente en la sala Civil. De hecho, Sancho fue el único candidato. Pero al mismo tiempo eligió a Concepcion Ureste, progresista, para presidir la sala social, dejando en el banquillo al conservador Joan Molins. Una apuesta que dejó mal sabor de boca, según recoge Europa Press, en el sector progresista, porque los conservadores se fortalecían, en tanto que los progres solo ostentaban la presidencia de la sala social y, en cambio, la derecha judicial ostentaba -aunque fuera de manera interina- las salas Civil, Penal y Contenciosa. De hecho, fuentes del sector progresista entendían que habían hecho el negocio del Robert y las cabras, aunque fuera de manera temporal. De ahí la prisa de Perelló de relevar a los presidentes lo antes posible.
Por otro lado, hay que tener presentes las diferencias aparentes entre bloques para escoger un nombre u otro. Por parte de los conservadores, defienden que Martínez Arrieta y Lucas son lo suficientemente veteranos para ejercer con solvencia y rigurosidad sus funciones. Los progresistas recuerdan que se debe cumplir con la paridad. De ahí que defiendan a dos mujeres -Teso y Ferrer- para presidir las dos salas. Además, ambas se jactan de tener un proyecto más abierto y más innovador que sus compañeros de toga.