La comisión de investigación de los atentados del 17-A en el Congreso de Diputados continúa su trabajo. Y este martes celebrará una de las comparecencias más esperadas. Será la del exdirector de El Periódico Enric Hernández, creador de uno de los episodios más polémicos de la gestión de los atentados, la famosa The Nota, el documento supuestamente de la CIA con el que se avisaba a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de la posibilidad de un atentado en la Rambla de Barcelona.

En la comisión, la tesis de la credibilidad de The Nota solo ha tenido el apoyo de Vox. De hecho, ha sido el único grupo que la ha mencionado pero sin mucho éxito, porque tanto el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldan, como el director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del momento, el comisario José Luis Olivera, así como el consejero de Interior de la época, Joaquim Forn, mostraron su desacuerdo con la publicación y el contenido del supuesto documento en sus comparecencias en la misma comisión.

Los diputados quieren saber ahora de dónde surgió aquella información y qué necesidad tuvo el diario de preparar tipográficamente un documento que tuviera verosimilitud de aviso oficial de las entidades de seguridad e inteligencia de EE.UU. Además, los portavoces deducen de dónde pudo salir la información matriz de la famosa The Nota y quieren aprovechar la comparecencia para estrechar el círculo y acotar el origen de la manipulación informativa.

Joaquim Forn i Josep Lluís Trapero
Joaquim Forn i Josep Lluís Trapero

Un documento absolutamente desacreditado

La historia de la difusión de la pretendida nota, que en un principio se suponía que era de la CIA estadounidense y que los Mossos d’Esquadra habrían recibido advirtiéndoles de una amenaza de atentado yihadista “específicamente en la Rambla” de Barcelona, comenzó pocas horas después de los atentados. La noticia fue difundida por El Periódico y comenzó una verdadera guerra mediática y política, hasta el punto de que, en una rueda de prensa del mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, entonces jefe del cuerpo, junto con el entonces consejero de Interior, Quim Forn, desafió al diario y al director.

Fuentes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y analistas de dos cuerpos policiales ya desacreditaron la información en el año 2022. De hecho, El Món ya explicó la verdadera historia de The Nota, a pesar de la protección del documento por la ley de secretos oficiales. Este diario pudo acceder a una segunda nota que eliminaba definitivamente la alerta de la primera y la desvinculaba de los atentados de la célula de Ripoll que actuó en Cataluña.

“Nuestro servicio no dispone de ninguna evaluación según la cual esta información estuviera relacionada con los recientes ataques del 17 de agosto del 2017”, decía el National Counterterrorism Center de EE.UU. (NCTC) en este comunicado confidencial del 25 de agosto. Cabe decir, que la famosa información no fue transmitida por la CIA sino por esta entidad de seguridad nacional que aporta información a las diferentes agencias de inteligencia de los Estados Unidos, una especie de CITCO estadounidense.

El excapo de la UDEF, José Luis Olivera, en su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso/Congreso Pool
El excapo de la UDEF, José Luis Olivera, en su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso/Congreso Pool

Un episodio más que polémico

La primera nota, que El Periódico presentó como si fuera de la CIA –y que contenía extraños errores como la utilización del término “the nota”, que en inglés no existe, en lugar de “the notice” (aviso)–, era una supuesta alerta firmada por el National Counterterrorism Center. La fecha de esta notificación era del 25 de mayo del 2017. Precisamente, las actas del CITCO reflejan que los Mossos d’Esquadra participaron aquella misma mañana en la reunión de la Mesa de Evaluación de la Amenaza Terrorista, el cónclave donde desde el Centro Nacional de Inteligencia los diferentes cuerpos de seguridad del Estado analizan los riesgos y amenazas.

Los Mossos, sin embargo, en aquella época se sentaban en la mesa con la etiqueta de “invitados”, igual que la Ertzaintza. Es decir, solo asistían en las ocasiones que eran invitados expresamente, porque no eran miembros natos ni de pleno derecho del CITCO. Su integración no llegaría hasta el acuerdo de septiembre del 2018. La reunión se celebró por la mañana, y participó quien entonces era el comisario en jefe de la poderosa Comisaría General de Información de los Mossos, Manel Castellví.

«Si la reunión se celebró por la mañana, por tanto, solo quedaban dos opciones, o bien que el famoso aviso llegó por la tarde, o bien los propios analistas del CITCO no le dieron ninguna relevancia”, comentaban fuentes conocedoras del caso en Madrid en conversación con El Món, en julio de 2022. “La tercera opción no se entendería, esconder una información, salvo que se buscara un conflicto o se preparara una ofensiva contra los Mossos”, argumentan otras fuentes. El 7 de junio se volvió a celebrar una nueva reunión de la mesa en Madrid. Tampoco en esa reunión se mencionó el contenido de la nota por parte de Olivera o de su staff técnico. Por tanto, oficialmente los Mossos no recibieron nada.

Los Mossos la reciben por otra vía

Por una vía no oficial, sin embargo, la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra (CGINF) recibió una copia de la nota, que estudiaron en profundidad. De hecho, era uno más de los 200 avisos, alertas o informaciones que provenían de diversas fuentes como agencias «amigas», ciudadanos o la propia policía. Además, la Rambla ya era un punto de interés policial y tenía una adscripción de vigilancia propia. Todo teniendo en cuenta que el nivel de alerta antiterrorista era de 4 sobre cinco.

Cuando se produce el atentado ningún miembro de la seguridad del Estado informó que el autor intelectual de la célula, el imán de Ripoll, Abdelbaky Es Satty, había sido confidente o había colaborado tanto con el servicio de Información de la Guardia Civil como con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). De hecho, en la base de datos a la que puede acceder el cuerpo de Mossos d’Esquadra solo hay un antecedente de Es Satty, y es por tráfico de drogas. Al día siguiente del atentado, 18 de agosto, sin embargo, el mismo comisario Castellví envió un correo electrónico al mayor Josep Lluís Trapero, jefe del cuerpo.

El correo reenviado por Castellví sobre la Nota/Quico Sallés
El correo reenviado por Castellví sobre la Nota/Quico Sallés

Un correo aclarador

El correo electrónico, de las 18.40 horas, lleva el título Reenvío de nota y la categoría de “cifrado”. El mensaje original, sin embargo, lo firma Ricard Milián, el sargento subjefe de la Unidad Central de Información (UCI) de los Mossos, a las 18.11 horas. Milián se dirige al comisario Castellví y le comunica: “Le traspaso la nota original que nos facilitaron el pasado 25 de mayo del 2017”. “En la nota solo constamos como destinatarios el CME (Cuerpo de Mossos d’Esquadra). A pesar de todo, en conversación informal, nuestro enlace nos dijo que los otros ‘servicios’ ya tenían conocimiento y seguramente ‘ellos’ (FCS -Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- sin especificar en ningún momento cuál) ya nos la harían llegar o nos harían partícipes”, escribe el sargento. Una participación que nunca habría llegado a los Mossos. El sargento concluye: “Aun así, nuestro interlocutor creía que nuestro cuerpo debería ser conocedor de la nota”.

El correo incluye un documento adjunto con la nota de aviso de los servicios de información de EE.UU. del 25 de mayo del 2017 sobre un eventual atentado en la Rambla. Es decir, que los mismos servicios de seguridad españoles tenían conocimiento, pero, en cambio, no habían comunicado nada oficialmente a la policía catalana. Un hecho que después querrían continuar ocultando por miedo a quedar en evidencia por no haber hecho suficiente caso al aviso. La comunicación llegó a los Mossos, por tanto, por vía oficiosa, y realizaron la evaluación de riesgo, que no implicó ningún cambio importante, ya que consideraron la amenaza de baja fiabilidad. De hecho, en la misma línea que el CITCO, que habría sido el canal oficial y ni siquiera lo trasladó a los Mossos.

El comisario Manel Castellví
El comisario Manel Castellví

Una segunda nota

El 25 de agosto el mismo NCTC remite otra nota informativa. Esta vez llega a los Mossos. En esta ocasión la nota, informa: “Anteriormente, nuestro servicio pasó información referida a una información no contrastada de veracidad desconocida de finales de mayo del 2017. Indicaba que el Estado Islámico de Irak Ash-Sham (ISIS) supuestamente planeaba realizar actos terroristas no especificados durante el verano contra lugares turísticos concurridos en Barcelona, España, más concretamente, en la Rambla”. Era la referencia a la descripción de la primera nota.

La notificación continúa: “Una revisión adicional por nuestro servicio identificó a X como el individuo potencialmente a cargo de estos ataques, no especificados, que ISIS planeaba”. “Nuestro servicio no dispone de ninguna evaluación según la cual esta información estuviera relacionada con los recientes ataques del 17 de agosto del 2017 y no ha encontrado ninguna información sobre X para vincularlo a este ataque”. La difusión de esta segunda nota, que tanto el CITCO como la Comisaría General de Información de los Mossos guardan con celo, es materia reservada, pero aclara el gran relato provocado por la famosa the nota.

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