Primera sesión del juicio a Gonzalo Boye por blanqueo de dinero en la Audiencia Nacional y primeros golpes interesantes de la defensa del abogado del presidente en el exilio Carles Puigdemont. Después de que en cuestiones previas haya presentado un documento que desbarata una de las principales pruebas de la acusación, Boye ha querido hacer una primera valoración de la vista oral después de que todas las defensas hayan apuntado cuál será su estrategia durante una vista oral que pinta enrevesada, pero dominada con mano de hierro por un veterano de la toga como es Félix Guevara.
Desde la sede de la Audiencia Nacional, sin embargo, el letrado de Puigdemont también ha querido abrir el melón político de Madrid. Así, en declaraciones a la prensa, Boye ha recordado que está acusado por hacer su «trabajo como abogado». De esta manera ha aprovechado para añadir a las numerosas suspicacias del caso que el fiscal que ha diseñado su acusación, Ignacio de Lucas, es «el mismo fiscal que tiene paralizada la investigación del caso Koldo». Es decir, el caso de corrupción que implica, entre otros, al exministro y ex número dos del PSOE, José Luis Ábalos, ahora imputado.

Intervención de las comunicaciones
El abogado de Puigdemont ha insistido que ha sido este fiscal, cuyo hermano era uno de los pesos pesados del PSOE en el Senado, el que «ha sostenido la acusación y el que ha pedido que se intervinieran todas mis comunicaciones entre abogado-cliente». Todo sin «ninguna discriminación, desde un caso de divorcio hasta casos de derechos humanos». De hecho, ha sido el mismo argumento que el razonado en el escrito de defensa.
«Estamos ante una acusación totalmente especulativa», ha afirmado Boye. Una acusación que la defensa del letrado del exilio quiere contrarrestar aportando pruebas «objetivas» que hoy se han admitido de carácter científico y técnico. Un conjunto de pruebas que «demuestran que los hechos no son como ha planteado el Ministerio Fiscal, que sostiene su acusación en el fondo de acuerdo con una única prueba, a un presunto asesino que cambió su declaración a cambio de salir en libertad», ha concluido Boye.