Nuevo giro de guion, y muy inesperado, en la causa del Tsunami Democrático. El titular del juzgado central de instrucción número 6, Manuel García Castellón, que busca desesperadamente pruebas de supuesto terrorismo contra los imputados por el caso, se ha encontrado una buena piedra en el zapato. En concreto, un atestado del Cuerpo Nacional de Policía que detalla los hechos del aeropuerto del Prat del 14 de octubre del 2019 y describe como las unidades policiales antidisturbios, tanto de la policía española como de los Mossos d’Esquadra, restablecieron el orden después de las protestas. Así mismo, el oficio policial subraya que las únicas consecuencias fueron lesiones -golpes y tropiezos- de pocos agentes actuantes y los daños a los extintores del parking y carretillas portaequipajes.
El atestado policial, al cual ha tenido acceso El Món, fue entregado al juez por los Mossos d’Esquadra, en un pliegue de minutas policiales que recogían la versión de las protestas por parte de los agentes que actuaron el día que se difundió la sentencia del Procés. Este documento está firmado por todo un tótem de la operación Ícaro -el dispositivo policial para controlar la respuesta ciudadana a la resolución del Tribunal Supremo-, el inspector en jefe del CNP responsable de la VIII Unidad de Intervención Policial (UIP), las unidades antidisturbios de la policía española.
Una declaración que choca de pleno con las intenciones del magistrado de proseguir con la imputación por terrorismo contra el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, y la secretaria general de ERC, también al exilio, Marta Rovira. El informe destaca que a+en la T2 del aeropuerto, donde se habría registrado la muerte del ciudadano francés, los manifestantes no consiguieron ni entrar porque, cerca de la salida del metro, la policía les repelió a golpe de porra. El documento consta ahora en las actuaciones que mantiene abiertas García Castellón.

«Indicativo RAYA» y los Mossos «de acompañantes»
Se trata del mando del indicativo RAYA, es decir, el responsable del dispositivo de protección para las terminales 1 y 2 del aeropuerto del Prat durante el 14 de octubre, que ya estaba programado desde las cinco de la mañana. Este mando, con TIP 81646, compareció en la Jefatura del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña a las once y media del mediodía del 15 de octubre, el día siguiente mismo de los hechos, ante dos inspectores más del cuerpo -instructor y secretario-, para narrar los disturbios según su experiencia e incorporar el relato a las diligencias judiciales abiertas entonces.
En ningún caso, el mando policial abona ninguna tesis de terrorismo y se limita a calificar los hechos «de agresiones» de manifestantes que se repelen a golpe de porra y con otros materiales antidisturbios. De hecho, solo consignaron algunas «lesiones», todas de carácter leve con partes médicos del SEM en el mismo lugar de los hechos, por golpes y contusiones, y daños materiales en mobiliario y elementos del aeropuerto, como por ejemplo en los extintores o las carretillas de portamaletas. El uniformado policial narra toda la jornada desde las cinco de la mañana, cuando empezó a instalarse en firme el dispositivo de prevención hasta las once y media de la noche, cuando asegura se «restableció la orden en todas partes». Con un detalle muy extravagante, como por ejemplo que subraya que los manifestantes «abandonaron el aeropuerto acompañados por indicativos de los Mossos d’Esquadra». Un hecho que sería insólito teniendo presente que difícilmente los terroristas abandonan tranquilamente un lugar «acompañados» por unidades antidisturbios de la policía.

Las «proclamas», toda una desazón
Según expone el inspector jefe, dirigía los indicativos RAYA 20, RAYA 50 y RENO 21, que se encontraban en la Terminal 1, y también los indicativos RENO 20 y RAYA 21, en la Terminal 2, coordinados en el lugar por el indicativo PUMA 3. Todos articularon «filtros de seguridad en las entradas de los diferentes accesos a las terminales del aeropuerto». Es decir, equipos en las entradas de peatones, a las estaciones de metro y de Rodalies, autobuses y taxis. De hecho, el mando apunta que mantuvieron relativa tranquilidad hasta hacia las doce y media del mediodía, cuando empezó «la concentración de un gran número de personas».
Estos manifestantes, siguiendo el relato policial, se «fueron concentrando formando grandes grupos en los diferentes accesos al aeropuerto». Un momento, en que el policía resalta que los manifestantes empezaron a gritar «proclamas a favor de los ‘presos políticos’ y en contra de las fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como por ejemplo ‘fuera las fuerzas de ocupación’, ‘policía asesina’ etc». Al oír las proclamas y al ver a los grupos, que cada vez «presionaban más», el CNP pidió a los Mossos d’Esquadra que «reforzaran los filtros». La tesis del policía es que los concentrados tenían la «finalidad evidente de ocupar las terminales del aeropuerto y conseguir el bloqueo». En este marco, el mando del operativo indica que se produjo solo el bloqueo a los accesos al aeropuerto tanto a peatones, como vehículos públicos y privados y el transporte público», pero no del aeropuerto en sí.

Una sentada de cien personas
La narración continúa, sin embargo, a partir de las tres y media de la tarde. El policía subraya que un grupo formado por un centenar de personas accedió dentro de la terminal 1 y realizó «una sentada» con la «intención de bloquear» el paso a los viajeros. En ningún momento informa que cumplieran el objetivo. Solo que permanecieron sentados hasta las nueve de la noche. Después puntualiza que hacia las cinco de la tarde las unidades antidisturbios RENO 21 y RAYA 27 se enfrentan a manifestantes que venían de la terminal 2. Calcula que serían unas dos mil personas que intentaban romper la barrera policial.
En esta línea, concreta que los concentrados «empujaban» a los agentes, les proferían puntapiés y les lanzaban «objetos contundentes» como por ejemplo piedras que impactarían en una «cristalera». Algunos de los manifestantes, siguiendo el relato policial, pudieron entrar en el interior de la terminal, pero duró poco. El mando reconoce que con golpes de defensa (porras) se evitó que entraran en la terminal. Un caso similar es la descripción que el inspector jefe hace de los incidentes en el aparcamiento también con «dos mil personas» que fueron «agresivas» con los indicativos policiales JAGUAR 10, JAGUAR 20 y PUMA 107. Esta acción obligó a intervenir a la Brigada Móvil de los Mossos, que solo tuvieron que utilizar la «intervención orgánica de la defensa reglamentaria policial». También la policía sacó la porra y otros elementos antidisturbios -lanzadoras de proyectiles de foam- para dispersar manifestantes que tiraban carretillas portaequipajes y extintores.
Los manifestantes, lejos del turista que murió de un infarto
En cuanto a la terminal 2, donde se habría registrado la muerte que el juez del Tsunami Democrático intenta endilgar a los supuestos impulsores de la plataforma, el policía es todavía más breve. De hecho, solo destaca el hecho que a las seis de la tarde «un millar de personas» salieron de la estación del metro y se dirigieron contra dos unidades policiales, RENO 20 y PUMA 120. Les tiraron «piedras» y «ceniceros» pero hicieron «uso de la defensa» y no solo repelieron «la agresión, sino que, además, evitaron el bloqueo del aeropuerto». La explicación del CNP desvirtúa la acusación de terrorismo que intenta el juez para sacar adelante la causa contra la decena de personas que ha imputado.