Este martes ha empezado la repetición del juicio por desobediencia a los miembros independentistas de la Mesa del Parlamento de Cataluña que presidía Carme Forcadell. Un
En concreto, son dos actas conjuntas de las doce reuniones celebradas entre la mañana del 6 de septiembre y el anochecer del 7 de septiembre. De hecho, las reuniones eran de la Mesa ampliada. Es decir, que además de los vicepresidentes y secretarios participaban en ellas el cuerpo técnico del Parlamento –formado por el entonces secretario general, Xavier Muro, y el letrado mayor, Antoni Bayona–, los portavoces de la CUP, Anna Gabriel o Albert Botran, y la representante del PP María José Cuevas, un ariete contra el soberanismo. Las actas de todas las reuniones dibujan como los partidos españolistas maniobraron y quisieron dejar constancia de posibles desobediencias de cara a un futuro juicio penal.
El PSC, Cs, el PP y Cataluña Sí Que Se Puede jugaron a las reconsideraciones, haciendo entrar en juego a los letrados del Parlamento para recoger documentalmente sus dudas sobre las decisiones que se tomaban aquel día. Todos los implicados serán testigos en la segunda jornada del juicio, este miércoles.

Primera reunión, empieza la estrategia
La primera reunión empieza a las 11.33 horas de la mañana. Tiene que ir rápida. Solo hay que dar trámite a la ley del referéndum de autodeterminación. Pero los socialistas han interpuesto una petición de reconsideración sobre la admisión a trámite y piden un informe jurídico. El jefe de filas del PSC en la Mesa era el veterano David Pérez. El vicepresidente primero, Guinó, informa que se desestima la reconsideración por «las funciones regladas que tiene la Mesa con ocasión de la admisión a trámite de iniciativas parlamentarias, que le impiden entrar en su contenido».
El vicepresidente segundo de la Mesa, José María Espejo Saavedra, de Cs, recuerda entonces, y así lo recoge el acta, que «la jurisprudencia del Tribunal Constitucional otorga a las mesas parlamentarias la facultad de inadmitir a trámite las iniciativas en determinados supuestos, como en el caso de su patente inconstitucionalidad y la existencia de resoluciones del Tribunal Constitucional que obligan a inadmitir». Un argumento utilizado ahora por el ministerio fiscal, la Abogacía del Estado y la acusación popular de Vox. Pérez abona la tesis de Espejo y hace constar en acta «la existencia de resoluciones del TC que condicionan la decisión de la Mesa y hacen admisible la reconsideración». En este sentido, avisa que si hace falta intervendrá en el pleno como miembro de la Mesa, si cree «necesario hacer uso de la palabra».
En este momento, entra en juego la presidenta Forcadell, que manifiesta que «será el pleno el que decida sobre la solicitud de dictamen al Consejo de Garantías Estatutarias». Y emite un aviso a navegantes: «Los miembros de la Mesa no intervienen en el pleno desde su lugar de la Mesa». La reunión está a punto de acabar, pero la popular Cuevas saca a relucir el escrito presentado por el secretario general y el letrado mayor de la cámara, que califica «de advertencia muy clara en relación a las posibles responsabilidades derivadas de la tramitación de la proposición de ley y el consiguiente incumplimiento de las resoluciones del Tribunal Constitucional».
El secretario general no apunta nada sobro este extremo, pero no ha dado la orden de publicar la proposición de ley del referéndum. Forcadell admite la responsabilidad junto con Simó, Guinó y Barrufet. Espejo tilda de «nula e inválida» la publicación. El PP opina lo mismo. Fuerzan una votación y se aprueba por cinco votos a favor y dos en contra. Ya hay un pronunciamiento explícito. La reunión acaba a las 12 horas.
Reuniones con el mismo ritual, repartiéndose los papeles
Después de la primera reunión, llegará una segunda, que se alargará dos minutos. Es el mismo guion, pero la reconsideración esta vez la pide el PP, que es miembro invitado como Mesa ampliada. La reunión se acaba en dos minutos con una votación que obtiene el mismo resultado que la anterior.
Nueva reunión 21 minutos después. Ahora es el turno de la reconsideración presentada por Ciutadans. Por su parte, el PP también reclama la retirada de la publicación en el web del Parlamento de la iniciativa. Nueva votación, nueva desestimación con la misma mayoría. Son las 13.10 horas y se acaba la reunión.
La tarde sigue el mismo camino. Son las seis y media de la tarde, y ahora la Mesa se ha convocado para decidir sobre si hay que desestimar las tres peticiones de reconsideración presentadas por la inadmisión de las enmiendas denegadas. Nueva votación. En esta ocasión la mayoría soberanista pierde un efectivo, el de Joan Josep Nuet, entonces de Cataluña Sí Que Se Puede, que entiende que se podía admitir esta reconsideración.
El letrado mayor, Bayona, advierte a los miembros de la Mesa que «hay que garantizar los requisitos de certeza y seguridad jurídica necesaria para que queden claramente definidos los acuerdos». Son las seis de la tarde. Continúa la trifulca y la representante popular pronuncia una expresión que hará fortuna, incluso en las reclamaciones ante la justicia europea: «La vulneración de los derechos a las minorías en perjuicio de la calidad democrática del Parlamento». El paquete ya es completo.

Más reuniones
A las siete menos cuarto de la tarde, una nueva reunión de la Mesa. En esta ocasión es para pedir la tramitación de las peticiones de reconsideración del unionismo a las enmiendas a la proposición de ley que han presentado Junts pel Sí y la CUP. Los socialistas, Ciutadans y Populares cierran filas y presionan, fuerzan una nueva votación que pierden, pero les da igual: lo que quieren es dejar negro sobre blanco las posiciones.
Horas después, nueva reunión. Ya es la madrugada del día 7, porque pasan cinco minutos de las doce de la noche. En esta ocasión, se trata de la elección de los miembros de la Sindicatura Electoral para el referéndum previsto para el 1 de octubre. Una polémica que continuará en una segunda reunión que se celebrará a la una y media de la madrugada, que durará unos quince minutos y con qué se fuerza una nueva votación para dejar patente la posición de cada partido sobre su interpretación de la legalidad.
La tarde del día 7 continúa la misma dinámica. Las reuniones que se producen son un calco de las anteriores, pero el objeto de debate es la proposición de ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República. Se celebran cuatro reuniones, una primera entre las 18.35 horas y las 18.36 horas, por la petición de reconsideración de Ciutadans. Una segunda, entre las 19.08 horas y las 19.10, sobre una petición de reconsideración del PSC; una tercera, entre las 19.24 horas y las 19.30 sobre una reconsideración del PP, así como reconsideraciones por la negativa de la mayoría de la Mesa a pedir un informe al Consejo de Garantías Estatutarias. Y hay una última reunión, entre las 20.43 horas y las 20.50, sobre una petición de inadmisión a trámite de la proposición por parte del PP. La historia se ha repetido. El unionismo ha dejado por escrito los mismos argumentos que ahora utilizan las acusaciones para procesar los cuatro acusados. Las actas son el boceto del juicio que la sala de vistas del TSJC repite esta semana.
