Los gobiernos catalán y español han dado luz verde a la empresa mixta de Rodalies. La decisión se ha aprobado de manera casi simultánea en el Consell Executiu y en el Consejo de Ministros celebrados este martes. La nueva compañía, Rodalies de Catalunya SME. SA, gestionará Rodalies y Regionales y tiene el enorme reto de corregir el caos histórico del servicio. La empresa es fruto del acuerdo de ERC y el PSOE para investir a Pedro Sánchez y con el paso del tiempo las condiciones del traspaso se han ido endureciendo por la falta de entusiasmo del gobierno español de ceder el servicio y el temor de los maquinistas de Renfe de perder sus condiciones laborales con el cambio. Finalmente, la empresa mixta dependerá del Grupo Renfe, que tendrá el 50,1% de la sociedad a través de Renfe Viajeros. La Generalitat tendrá el 49,9% restante y podrá nombrar cinco de los nueve consejeros, además de elegir al presidente entre los cinco que proponga.
La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, y portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha asegurado que la nueva empresa gestionará Rodalies con “criterios propios” y “desde el conocimiento de la necesidad”. Paneque ha querido reivindicar que la Generalitat tendrá un “papel determinante, fundamental y central en la gestión de Rodalies”, lo que debería suponer un “giro en el modelo de transporte público del país”. Con todo, el traspaso de Rodalies es un regalo envenenado que pondrá a prueba la determinación y la capacidad de apagar incendios del Govern de Salvador Illa, que deberá gestionar un servicio que hace apenas 24 horas quedó paralizado por una avería en Sants y que acumula años de problemas de gestión y retrasos en la inversión.
Paneque ha explicado que la Generalitat avanza “de manera decidida hacia una gestión plena” del servicio mientras “se refuerzan las competencias del Govern y se sientan las bases de un sistema de movilidad eficaz, sostenible y eficiente”. “Es un paso adelante para el país”.