«Ha sido un día largo, pero a algunos de aquí al 14 de enero todavía se los hará más largo». Este es uno de los comentarios de uno de los asistentes a lo largo encuentro que este jueves se ha celebrado en Bruselas para conseguir el apoyo de Junts por Cataluña y, por lo tanto, del presidente al exilio, Carles Puigdemont, a la investidura de Pedro Sánchez como presidente español. Un día a contrarreloj dónde a primera hora todo el mundo daba por hecho el anuncio del acuerdo. Incluso algunos medios preguntaban, muy optimistas, la hora de la rueda de prensa de la presentación del acuerdo. Pero hacia las cuatro y media los responsables de comunicación de Juntos ya han desmontado la sala de prensa en el Hotel Thon, donde se ha reunido la poderosa permanente del partido.

«No hay acuerdo, todavía», resaltaban fuentes juntaires enfatizando el adverbio de tiempo. «Nada de nada». Insistían que demoraban una decisión y sin mucho entusiasmo indicaban como posible fecha este viernes o quizás sábado. Mientras tanto otros opinaban que todavía hay tiempo y, para hacer saber que están dispuestos a no pactar si el acuerdo no es el que quieren, jugaban con la fecha del 14 de enero, donde serían las elecciones si se repitieran. En todo caso, la posibilidad de una repetición electoral permanece sobre la mesa porque, según las cábalas de analistas de Junts, permitiría recuperar votos y fortalecer todavía más su posición. «El keep calm ha cambiado de bando», apuntaban otras fuentes, que repetían que «no se cometerán los errores del 26 de octubre del 2017». «No haremos de pagafantas del PSOE y ERC», ironizaban. Hacer esperar es la consigna, hasta que no haya un acuerdo convincente.

Imagen de la reunión de Puigdemont con el PSOE / Juntos

Las cláusulas de la amnistía, la ‘lawfare’ y el relator

A medida que la mañana avanzaba, la posibilidad de un anuncio inminente se iba esfumando. Mientras tanto, el PSOE no badava boca y ERC anunciaba que había llegado a un acuerdo sobre un clásico de la política autonómica catalana, la gestión de Rodalies. Los republicanos anunciaban que habían acordado el “traspaso integral de Rodalies”, un anuncio que remachaba el clavo del pacto de la Castañada, con que se anunció el acuerdo por la amnistía la vigilia de Tots Sants a las diez de la noche, con los panellets encima la mesa. ERC ha querido resaltar el acuerdo de Rodalies con un encuentro telemático esta tarde con el departamento de Territorio para aclarar los detalles del acuerdo. Y poco rato después se ha sabido que la dirección del partido avalaba el acuerdo de investidura en conjunto. Sea como sea, el pacto que han firmado el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, tiene que ser avalado por la militancia de los republicanos en una consulta telemática interna este viernes entre las diez de la mañana y las seis de la tarde. “Más que una consulta es un trámite”, aseguran desde los republicanos.

Los socialistas y republicanos entendían que con estos dos acuerdos ponían más presión sobre Junts que, durante toda esta semana, ha centrado los esfuerzos en dos peticiones: incluir los casos de lawfare lo amnistía y el reconocimiento nacional de Cataluña y del conflicto político a través de la instauración de un relator internacional. Después de un miércoles de Tots Sants con envíos de borradores y cláusulas entre los partidos independentistas y el PSOE y muchos debates, este jueves, pues, no se ha podido anunciar el acuerdo de la amnistía.

En cambio, sí que ha transcendido que los socialistas habrían aceptado la figura del relator internacional. Un paso importante, sobre todo internamente, dando por sentado que si ERC ya había pactado amnistía y Rodalies, Junts tenía que subir el listón para mantener su protagonismo negociador. La figura del relator en el marco de una tabla de negociación constataría la vigencia de «la autodeterminación» en el pacto que hoy por hoy hace revivir solo una Mesa de Diálogo que ha sido más bien discreta. Un elemento clave de los que planteó el presidente Carles Puigdemont en su conferencia del pasado 5 de septiembre, donde subrayó el concepto de «compromiso histórico». La figura del relator redondearía el papel de Juntos en el supuesto de que, finalmente, se parta la investidura y se tenga que ir a una nueva convocatoria electoral.

Registrar la propuesta de amnistía sin la firma de Junts

Desde la otra banda de la negociación también tenían reservas sobre el optimismo de un anuncio de pacto inminente. En este sentido, desde Sumar ya avanzaban que la proposición de ley de amnistía acordada por socialistas, republicanos y los de Yolanda Díaz se podría registrar sin la firma de Junts. Una situación que desdramatizaban recordando que la reforma del Reglamento del Congreso para incorporar el catalán en la cámara baja española tampoco llevaba el sello de Juntos y finalmente se añadieron a última hora. De todas maneras, a primera hora de la mañana, desde Sumar advertían que los flecos eran demasiado «gruesos» para anunciar un acuerdo de manera inminente con Junts.

Por eso, evitaban poner más presión y continuaban negociando unos «flecos» que pueden llevar tiempos. Las últimas 48 horas se habían registrado momentos de tensión en los intercambios de documentos a cuatro bandas –Juntos, ERC, Sumar y PSOE– por el borrador de la proposición de ley de amnistía. De hecho, los juntaires consideraban que se quedaba corta y dejaba fuera un grosor importante de represaliados del que se entiende por lawfare, es decir, el desgaste y derrota del adversario a través de los tribunales u organismos administrativos. Aun así, de momento, la amnistía tendría un alcance de diez años –desde el 2013 hasta ahora– y metería desde los procesos judiciales por la consulta soberanista del 9-N del 2014 hasta la actualidad. Unos plazos que incluirían también los procesados por el Tsunami Democrático y los procesados para pertenecer a los CDR, como sería el caso de la Operación Judas.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y el ministro de la Presidencia en funciones, Fèlix Bolaños, este jueves en Barcelona / Europa Press

Volhov, el caso que Junts no quiere que quede fuera de la amnistía

En este sentido, desde Juntos creían que la ley firmada por ERC deja fuera buena parte de los encartados en las diversas piezas separadas de la Operación Volhov. Un sumario dirigido por parte del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, que investiga desde miembros de la Plataforma pro Selecciones Catalanas al ex consejero de Educación Josep González-Cambray por supuesta malversación de fondos públicos, además del empresario Oriol Soler, el exsecretario de organización de ERC y ex consejero Xavier Vendrell, el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, o Marta Molina, la jefa de gabinete de la actual consejera de Educación, Anna Simó.

Pero aquí también entrarían otras causas relacionadas con los tribunales administrativos o casos que afectan personas muy relacionadas con el Procés. Este sería el caso de Laura Borràs, ya condenada y todavía pendiente de recurso por una sentencia en que el mismo Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) pidió el indulto parcial. En este caso, el acuerdo obligaría el gobierno del PSOE a tramitarlo, a pesar de que cuando se dictó la sentencia advirtieron que no lo harían.

Un participante en una manifestación de Jusapol, Jupol y Jucil / EP

La derecha policial, judicial y política se activa

La noticia del acuerdo de la amnistía ha puesto en marcha la maquinaria del poder en manos de la derecha. De entrada, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha convocado un plenario para valorar la validez de un texto de estas características y aprobar una declaración en contra de la medida. De hecho, la asociación conservadora de los jueces españoles, Asociación Profesional de la Magistratura, ha emitido un llevar comunicado contra el acuerdo. Jueces por la Democracia, la asociación progresista, ha puesto el grito al cielo acusando el CGPJ de extralimitarse en sus funciones.

Por su parte, otro de los lobbies poderosos de la derecha, los sindicatos policiales, también han desenterrado el hacha de guerra, así que Jupol y CEPA han emitido sendos comunicados de condena contra la amnistía con una amenaza velada a Pedro Sánchez. En el ámbito político, Vox y PP también han empezado su ofensiva. De entrada José María Aznar, líder espiritual del PP más duro, ha cargado contra el acuerdo tildando de «peligro» Pedro Sánchez. Tanto el PP como Vox han registrado una reforma del reglamento del Senado para intentar frenar la tramitación de la ley de amnistía con el acuerdo explícito del PP. Ahora, pero, todo tendrá que esperar a la decisión de Puigdemont.

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