Lo parlamento vasco más soberanista de su historia democrática ha servido, finalmente, para revalidar el binomio PNBPSE que había gobernado Euskadi los ocho años anteriores al 21-A. El candidato jeltzale a las últimas elecciones vascas, Imanol Pradales, ha tomado posesión de su cargo este mismo sábado, comenzando así una nueva legislatura de coalición con los socialistas de Eneko Andueza. La anchísima mayoría de corte soberanista que suman los nacionalistas con Euskal Herria Bildu –55 escaños, cerca de tres cuartas partes de la cámara- abre la puerta, pero, en un nuevo periodo en la gestión nacional de los tres territorios históricos. Así lo ha hecho explícito el que fuera cabe de cartel de los abertzale en los comicios, Pello Otxandiano, que, al poco de la jura de Pradales, ha abierto la puerta para «hacer que el país avance en términos nacionales, avance en soberanía».

La carga política de la toma de posesión del nuevo jefe del ejecutivo vasco, pero, ha estado sustancialmente menos política que la felicitación del líder de la oposición. Especialmente tradicional, Pradales ha jurado su mandato «de pie sobre tierra vasca, humilde ante Dios y la sociedad vasca, bajo el Roble de Gernika»; una fórmula prácticamente calcada a a la que usó el 1936 el lehendakari José Antonio Agirre. Después de sendos apretones de manos de manos con sus predecesores Carlos Garaikoetxea, Juan José Ibarretxe i Patxi López, el jeltzale ha prometido el cargo sobre un ejemplar del Estatuto de Autonomía del Parlamento y una copia de los Fueros Viejos de Vizcaya.

Después de la ceremonia, el portavoz parlamentario de EH Bildu ha querido mostrar la «predisposición» de la coalición de la izquierda abertzale para «buscar espacios de encuentro» entre las fuerzas con ambiciones nacionales similares para los tres territorios históricos y el conjunto de Euskalherria. En el que Otxandiano describe como «un contexto histórico muy relevante», pide a Pradales «un diagnóstico certer de la situación del país». A parecer de los abertzales, esta lectura de la situación social y política reclama «adelantos nacionales y en soberanía» para el País Vasco; una mejora del autogobierno que facilite «la construcción de una sociedad más igualitaria, feminista, equitativa y sostenible». Para este fin, el representante de Bildu ofrece «la total predisposición» del partido al nuevo gobierno y al conjunto de fuerzas políticas para «articular» las mayorías políticas necesarias.

Lo potaveu del grupo parlamentario de EH Bildu en el parlamento vasco, Pello Otxandiano / EP
Lo potaveu del grupo parlamentario de EH Bildu en el parlamento vasco, Pello Otxandiano / EP

Un gobierno «competente»

Una vez nombrada, el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, ha celebrado la llegada en el gobierno de Pradales, asegurando que «liderará un gobierno muy competente» con un «magnífico programa». El líder jeltzale se ha comprometido a «trabajar y continuar adelante» para «hacer frente en los anhelos mayoritarios de esta sociedad». Unos anhelos que, a pesar del claro juego de mayorías nacional, van relacionados a «unos servicios públicos de calidad y un autogobierno que lleve más y mejor bienestar a toda la ciudadanía». Similar ha sido el compromiso de Andueza, que ha deseado al nuevo Lehendakari «lo mejor de los futuros y el más grande de los aciertos» al frente del consejo de gobierno. Un ejecutivo con un importante «peso específico» de los socialistas vascos, hecho que, a parecer del representante, «garantiza la buena gestión». La reedición del pacto que sostuvo el mandato de Iñigo Urkullo, razona, es una promesa «de estabilidad» para Euskadi, y «augura un gran futuro» para las condiciones de vida de la ciudadanía vasca.

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