Xavier Godàs es uno de los tres en discordia. Encabeza, como candidato a la presidencia de Esquerra Republicana, una opción, Nova Esquerra Nacional, que algunos han intentado identificar exclusivamente con la influencia, aún activa, de Marta Rovira. Godàs lo desmiente con resignación y cierta amargura. Él y los miembros de Nova Esquerra Nacional han tenido que desmentirlo muchas veces desde que se constituyeron. Alumno aplicado de un curso avanzado de teoría política, desgrana los pasos y las intenciones de una estrategia –la de “la izquierda nacional como líder del movimiento independentista”- que asigna a cada pregunta con cierta solvencia académica. ¿Su principal virtud? Proclama que mantiene una buena relación con todos, que no carga con ninguna mochila política y aporta una experiencia “hecha saltando obstáculos y venciendo dificultades”. Reivindica, en este caso poco conciliador, que Esquerra “debe dejar de pagar facturas, porque ha llegado el momento de cobrarlas”.
¿Quién lo designó a usted candidato a la presidencia del partido por la opción Nova Esquerra Nacional?
La opción.
Muy bien. Y ¿quién dentro de la opción? ¿Qué sistema siguieron?
Fue a través de conversaciones políticas.
¿Cuánta gente compone el núcleo duro de Nova Esquerra Nacional?
Una setentena.
Y estas personas se reunieron hasta llegar a la conclusión de que usted era su mejor candidato…
Sí.
Y eso después no se avaló de ninguna otra manera?
No, no, no. Fue en el marco de la candidatura, que tiene suficiente legitimidad porque el conjunto de personas que fueron configurando Nova Esquerra Nacional fueron planteando una conversación en la que a menudo yo no estaba hasta que llegaron a esta propuesta, el mes de septiembre, que implicaba que yo fuera candidato a la presidencia de Esquerra junto con las dos vicepresidencias, que suponen una novedad en el ámbito de nuestra dirección política, y la candidata a la secretaría general. La decisión se toma a través de una conversación dilatada en el tiempo. De pros, contras y disponibilidades.
Y dice que usted no intervino.
No. Al final me preguntaron sobre mi disponibilidad. Yo dije -me acuerdo muy bien- que, por el proyecto en sí de Esquerra Republicana en general, podía dedicarme a escribir artículos o, si el paso tenía que ser este, pues este también.
¿Por qué usted es un buen candidato para presidir el partido?
Porque mi experiencia política está hecha de saltar obstáculos y superar dificultades. Porque tengo buena relación con todos. Porque tengo la capacidad, que entiendo que debe tener un partido político, de tener criterio político en todo lo que implica un reto. Porque en este momento soy quien tiene menos mochila política para poder recomponer el partido y sacar adelante un nuevo proyecto para Esquerra Republicana que es absolutamente imprescindible en términos de país.
¿Por qué desde fuera hay la percepción total de que la suya es la lista de Marta Rovira?
Porque no hay manera muchas veces, lamentablemente, de salir del esquematismo. La candidatura que yo represento, conjuntamente con la propuesta que hacemos de ejecutiva, es una candidatura hecha de múltiples aportaciones. Nosotros estimamos y valoramos mucho todas las aportaciones y los apoyos que tenemos. Y valoramos y reconocemos la trayectoria de Marta Rovira hasta el día de hoy. Ella es quien ha conducido la nave en solitario. A partir de aquí, nosotros somos nosotros.
¿Qué intervención ha tenido Marta Rovira tanto en la definición de la candidatura como en la elección de usted? ¿Ha tenido alguna intervención?
Lo que puedo decir es que toda intervención en la conformación de la candidatura es la que antes he comentado. Y en la setentena de personas que confirmaron la propuesta de septiembre Marta Rovira no estaba.
¿A quién le conviene difundir que la lista de Nova Esquerra Nacional es la lista de Marta Rovira, que es ella quien la impulsa?
Si le conviene a alguien, este es un mal cálculo. Es decir, el partido ha sido dirigido hasta el día de hoy por dos personas emblemáticas, Oriol Junqueras y Marta Rovira. ¿Qué problema hay con Marta Rovira?
No tengo ni idea. Eso lo tiene que decir usted, por qué hipotéticamente eso les puede perjudicar.
No tenemos ningún problema con Marta Rovira.
¿Y con Oriol Junqueras?
Tampoco.
¿Ustedes no tienen ningún problema ni con uno ni con otro?
No tenemos ninguno con Oriol Junqueras. Lo que decimos es que una nueva etapa, que es necesaria para el partido y para el país, requiere nuevos liderazgos. ¿Por qué? Porque el balance de todo el proceso hasta ahora es un descenso general en la base del movimiento independentista y porque Esquerra Republicana de Catalunya lleva desde 2019 perdiendo militantes y base electoral. Un nuevo ciclo político ganador confirma la necesidad de una nueva dirección. ¿Esto está hecho en contra de alguien en particular? No.
Ahora sí. Está hecho en contra de quien pretende continuar presidiendo el partido y que no haya esta renovación. Son dos opciones enfrentadas. Si no, no se entendería nada.
Pero no vamos contra el otro por una cuestión digamos personal. Aquí hay un problema que debemos superar. Es una opinión política, es un criterio político. No queremos que Oriol se vaya a casa. Queremos que sea candidato. Y si así lo quiere hacer, eso es positivo si hay debate político. Nosotros lo que decimos es que aquí como en otros lugares del mundo conviene avanzar nuevas etapas. No es recluir a quien ha liderado la anterior en su casa. Ni mucho menos. Queremos a todos dentro. Por tanto, también que Oriol forme parte del nuevo proyecto de Esquerra Republicana de Catalunya. Solo le decimos que una nueva etapa debe plantearse con un equipo nuevo, renovado.
Con ustedes, ¿qué papel tendría él en esta nueva etapa?
Nosotros somos la única candidatura que decimos que el día 1 de diciembre nos pondremos a trabajar a todos para recomponer el partido, para integrar a todos. Esto es una propuesta programática que hacemos y que nadie más hace. La ponencia política, el qué y el cómo del partido, proponemos hacerlo conjuntamente con todas las candidaturas concurrentes el día 30 más Recuperem. Con un proceso de validación militante antes del congreso.

Ya ha dicho al principio que usted es un conciliador…
Yo soy conciliador siempre desde la perspectiva del debate político. Yo soy muy sentimental, emocional y todo lo que convenga, pero hablamos de actividad política. La actividad política en Esquerra Republicana ahora sobre todo implica fortalecer el partido, mirar hacia adentro para fortalecerlo, integrar a todos y generar un ciclo político diferente, porque lo que nos ha llevado hasta el día de hoy es claramente de descenso.
Ahora hablaremos de descenso y de lo que ha hecho mal Esquerra, pero ¿no contempla que haya sido el mismo Oriol Junqueras quien haya difundido la idea de que ustedes son Marta Rovira?
A mí particularmente es una cuestión que no me preocupa nada, porque costaría entender que alguien que ha estado haciendo tándem con Marta Rovira hasta hace tres meses ahora considere que ella es un problema. Marta Rovira, que ha tenido que lidiar hasta ahora con el partido, ha tenido que sufrir, por parte de no se sabe exactamente quién, una actitud inquietante que raya con el maltrato.
Seguro que sabe quién la ha maltratado. No me diga que no lo sabe.
Yo soy bastante…
¿Ingenuo?
No. No soy ingenuo, pero hay cosas que en este sentido ahora no me interesan. Me interesa -y evidentemente, me preocupa- que, políticamente hablando, seamos tan esquemáticos. No podemos serlo. Somos un partido político grande. Debemos ser responsables, muy responsables, internamente y de cara al exterior.
¿Qué ha hecho mal Esquerra Republicana en estos últimos años, desde que el proceso reventó?
El problema del proceso es que nadie, nadie, nadie, acaba de confirmar que es una etapa que debemos superar.
¿El proceso ha sido una derrota?
El proceso es una estrategia que colapsa. Y colapsa en 2017. Y no lo digo yo. Lo dicen la misma Marta Rovira y el mismo Oriol Junqueras en un libro, Tornarem a vèncer, que publicaron en 2020. Por lo tanto, creo que, objetivamente hablando, el proceso colapsa en 2017. ¿Por qué? Ya lo dicen también ellos dos. Porque no hay nada preparado para después. En este país todos creen que el desencanto viene solo por el hecho de que no seamos independientes en 2017. Y no. Porque todos son lo suficientemente maduros para entender que esto de conseguir la independencia es difícil, no es de un día para otro, ni se da el paso milagrosamente. No hay fantasías. Sin embargo, sí estamos en condiciones de cronificar el conflicto y al menos mantener posiciones para avanzar. No retroceder, que es lo que se ha hecho hasta ahora. Creo que debe haber responsabilidad política. Cuando se ha retrocedido durante años la responsabilidad fundamental de cualquier liderazgo político es decir: puedo contribuir, pero ahora toca que ustedes avancen. Y si no lo hacen bien, si nosotros no lo hacemos bien, entonces también habrá que salir del barco para que otros lo hagan mejor.
¿Rovira y Junqueras llegan a las conclusiones que llegan a consecuencia de la represión? ¿A consecuencia de lo que les han hecho y de lo que les pueden seguir haciendo?
La represión es muy dura. Seguramente no había la certeza de que fuera así de dura. Yo personalmente pienso que teníamos pruebas de que el Estado podía actuar como actuó. En Euskal Herria, veinte años atrás, en el 92 contra militantes independentistas, el Estado no se toma a broma que se pueda fracturar. Por lo tanto, quizás no se valora lo suficiente hasta qué punto la represión podía llegar a ser tan intensa. La represión, sí, condiciona al conjunto del movimiento. Tanto, que evidentemente es un factor que explica la precariedad. Y también la desorientación política. Pero el hecho evidente también es que los principales actores del movimiento independentista no acuerdan un mínimo común denominador para una pista de aterrizaje que permita al menos mantener posiciones. La base social movilizada y la capacidad de incidencia política que se tenía y que ahora no se tiene. Eso es evidente que ha pasado y que no es materia opinable.
Una parte social importante de esta base ahora consideran que ustedes son unos traidores. Se lo digo tal como lo dicen.
Ya.
¿Cómo puede recuperarla alguien que ha perdido la credibilidad? ¿El relevo de los dirigentes puede recuperarla?
Esquerra Republicana debe recuperar su electorado independentista. Y debe cuidarlo. Para volver a ser fuertes, el primer paso es recuperar la confianza de nuestra base social independentista.

De acuerdo. Muy bien. ¿Cómo se hace eso?
Con mucha sinceridad. Mucha sinceridad y trabajando muy a fondo. ¿Nosotros qué decimos? Que Esquerra Republicana debe reimpulsar, reorganizar, el espacio de la izquierda nacional. Esto lo concretamos con una propuesta de conferencia que debe tener una línea operativa. Más allá de hablar y de hacer mesas en las que todos están de acuerdo. Esquerra Republicana es líder, la referencia, del ámbito de la izquierda nacional.
La “izquierda nacional”, aparte ERC y la CUP, ¿quién es?
Personas a título independiente, gente de referencia del mundo académico, candidaturas independientes municipalistas que basculan hacia la izquierda nacional, que son gente de progreso y de base nacional, soberanista e independentista, movimientos sociales o de acción colectiva que se desarrollan en varios lugares de los Países Catalanes. Considerando, además, que la izquierda nacional debe comprender el conjunto de la nación, que es los Países Catalanes. Debemos ser fuertes en este espacio para volver a ser competitivos en términos de gobierno.
La cuestión se podría hacer muy larga, pero usted, por tanto, está de acuerdo en que Esquerra Republicana tenga voz propia en el País Valencià, a pesar de sus resultados electorales residuales?
Sí. Yo reconozco a los militantes de Esquerra Republicana en el País Valencià. Me parece que hacen un trabajo muy importante. Al mismo tiempo pienso que en el marco nacional Países Catalanes debemos tener la capacidad, considerando la identidad política de la izquierda nacional, de sumar tantas fuerzas políticas como sea posible. No debemos tener una mentalidad principatina en esto. Esto nos debe dar una potencia política y debe tener una concreción en las elecciones municipales de 2027.
Recuperar la estrategia política, liderar la izquierda nacional… ¿Algún paso más?
Debemos liderar de nuevo también el movimiento independentista.
Con el permiso, entre comillas, de “la derecha nacional”.
¿Con la derecha? Sí.
Se lo he dicho entre comillas, con “la derecha nacional”, que debe tratarse, desde su punto de vista, de Junts. Y se lo digo entre comillas porque ellos no se sienten identificados con la etiqueta.
De acuerdo, pero yo creo que hay una cosa interesante que pasa actualmente, y es que todos acaban configurando su espacio de identidad política, después de que el proceso haya sido un cierto desorden en este sentido. Junts ha hecho el largo viaje hacia Convergència. Nosotros debemos volver a los orígenes, que es la izquierda nacional. Es a partir de aquí que se debe hacer una contribución transversal al movimiento de liberación nacional.

Y ustedes quieren liderar este movimiento con el permiso de Junts, que también lo quiere liderar.
¡Claro!
Pues, a ver cómo lo hacen, cómo se ponen de acuerdo.
Pero nosotros queremos liderarlo, con todos los respetos del mundo y con toda la humildad, porque es importante que el movimiento de liberación nacional, de marco nacional Países Catalanes, bascule hacia posiciones democráticas y de progreso. El movimiento independentista no ha quedado indemne a los efectos de la derecha y la reacción. Lo sabemos perfectamente. Vigilemos esta cuestión, porque, si hay un elemento de identidad fundamental de la base nacional y de la política nacional catalanas desde el principio del siglo XX hasta ahora, es que se vinculaba siempre a opciones de regeneración democrática, de profundización democrática y de progreso. No hagamos comedia con esto.
Si Marta Rovira y Oriol Junqueras deben apartarse, ¿eso mismo debería hacer Carles Puigdemont? ¿Sobra Carles Puigdemont?
Evidentemente. No. A ver, no. No sobra nadie, pero debemos ser responsables. Es decir, ¿alguien se imagina, sinceramente, que el futuro político del movimiento de liberación nacional debe estar en manos de Puigdemont y Junqueras?
¿Y usted se imagina ahora Junts sin Carles Puigdemont?
Carles Puigdemont, el presidente Puigdemont, mantiene en estos momentos la tensión del exilio, pero eso se acabará, esperemos que se acabará, muy pronto. Y entonces…
Han negociado todos ustedes una buena ley de amnistía para lograrlo…
Se ha negociado la ley de amnistía, existe la ley de amnistía…
Que no se aplica…
Se debe presionar para que se aplique integralmente…
Y no se aplica…
Pero eso tiene que acabar pasando. Eso acabará pasando.
Eso es fe.
No. Eso es trabajo y queremos…

Con el permiso de los jueces…
Y queremos que se acabe. Queremos que se acabe para todos. Para que el presidente Puigdemont se pueda volver a presentar como candidato. Para que el compañero Oriol Junqueras se pueda volver a presentar como candidato a la presidencia de la Generalitat. Yo lo que digo es que el movimiento de liberación nacional hoy en día debe incorporar nuevos talentos, debe incorporar nuevas direcciones, debe dar el paso que otros homólogos a Oriol Junqueras y a Carles Puigdemont han dado, que es decir: “Escuchen, nosotros estamos aquí para contribuir, pero tomen ustedes las riendas. Entiéndanse. Inténtenlo”. Porque hasta ahora no nos ha ido bien. Y esto no es descalificar a nadie. Ni hablar mal de nadie. Ni discutir la capacidad que tiene nadie en particular. Quiere decir que hacemos una lectura política del momento. Mejor que la hagamos ahora. Si tardamos más, nos irá peor…
Más que un movimiento de liberación nacional, creo que usted debería encabezar un movimiento socialcristiano.
¿Yoooo?
Sí, hombre, porque con tanta conciliación, bondad y humanidad… Esto de la política no suele ir así…
Vicent, yo soy ateneo.
¿Y qué? Un ateneo bonachón.
Pero la bonhomía no está mal.
Poca veo en su propio partido…
Es que, a ver, ¿cómo lo podemos hacer en este país si no es construyendo puentes, si no es teniendo firmes convicciones políticas y al mismo tiempo cintura? Al final nos debemos tratar bien, pero nos debemos tratar bien haciendo lectura política siempre. Permíteme una cuestión que a veces enfada a alguien. El proceso ha sido emblemático en momentos determinados. En 2017 lo fue y al mismo tiempo fue un colapso. Se requiere reconocimiento y capacidad de autocrítica para ir a más, para ir a mejor. Porque, si no, ¿qué país nos quedará? Debemos dar este paso. Y este paso no se hace contra nadie en particular. Es que de aquí no salimos. Y esto significa que el proceso también ha despolitizado.
De acuerdo. Si lo he entendido bien, liderar el movimiento nacional descarta acuerdos únicos de la izquierda independentista, soberanista y de adscripción española. Eso significa no entrar en ningún tripartito.
No pensamos en tripartitos ni en fórmulas de este estilo en este momento. Nosotros pensamos únicamente y exclusivamente en centrarnos en Esquerra Republicana de Catalunya, fortalecerla; y dos, pensamos en reorganizar el conjunto del espacio de la izquierda nacional, liderándolo Esquerra porque merece liderarlo por la capacidad que tiene en relación a otros, pero con total generosidad en relación a estos otros. Y desde este espacio contribuir decisivamente al conjunto del movimiento de liberación nacional.
Que será el eje referencial de su acción política. El eje nacional, para que quede claro.
Esquerra Republicana debe tejer puentes para avanzar en la agenda nacional. Claramente.
¿Y la agenda ideológica, de izquierdas?
Nosotros siempre trabajaremos en ambas direcciones. Pero la agenda nacional es inexcusable. Aunque no gobernemos…
¿Cuál es la prioritaria, la determinante, a la hora de establecer pactos?
Las dos, porque nosotros somos de izquierdas. No queremos ser un poco de Junts unas veces y un poco del PSC otras. Somos la izquierda nacional. En el ámbito de la agenda nacional ya nos debemos volver a poner de acuerdo en el Congreso de los Diputados. No nos pondremos de acuerdo con Junts en relación a si regulamos o no…
El precio de los alquileres…
El precio de los alquileres, sí. Pero en la agenda nacional nos debemos poner de acuerdo. No puede ser que se juegue al tacticismo en esta cuestión. Debemos poder hacerlo.
¿Se puede reorganizar la agenda nacional si ustedes deciden ahora entrar en el gobierno de Salvador Illa?
Nosotros, si ganamos, no entraremos en el gobierno de Salvador Illa. Ahora lo dice todo el mundo. Hemos marcado tendencia y nos alegramos. [Separa cada palabra]. No entraremos en el gobierno de Salvador Illa.
Usted votó a favor de su investidura.
Ya lo dije muchas veces, que voté a favor de su investidura, sí.
¿Por qué?
Porque pienso que es de manual de política práctica. Cuando tú no tienes posibilidad de ganar debes evitar toda posibilidad de perder. Se deben mantener posiciones. Ir más allá, unas nuevas elecciones, para Navidad, habría significado tener más Illa. Para el movimiento independentista en general y sus referentes políticos, como indicaban todos los indicadores y todas las exploraciones políticas que se hacían en ese momento, unas elecciones implicaban aún más descenso. Y sí, es verdad, para Esquerra Republicana de Catalunya, aún más descenso. En estas condiciones, como independentista de izquierdas, como militante de la izquierda independentista desde que tenía catorce años, mi responsabilidad es -creía en ese momento y así lo argumenté- cortar de raíz este proceso de sangría. Para remontar, que es lo que haremos ahora. En todo caso, esta candidatura es gente que votó sí y gente que votó no, como quedó demostrado.
Votaron a favor de la investidura gracias a un acuerdo por una nueva financiación que cada uno -el PSC, el PSOE y Esquerra- interpreta a su manera. ¿Cree que tendremos una buena financiación en Cataluña gracias a este pacto? ¿Realmente lo cree?
Creo que es responsabilidad de toda la militancia de Esquerra Republicana -votara sí o no- que presionemos con toda la fuerza que tenemos en el Parlament de Catalunya y en el Congreso de los Diputados para que esto se ejecute. Y si no se ejecuta, si no hay manera humana de conseguirlo, como hemos dicho más de una vez, haremos caer gobiernos aquí y allá.
¿Qué los separa a ustedes de la lista del señor Junqueras aparte del señor Junqueras?
A mí me parece… ¿Puedo decirlo en confianza?
Sí. No se lo diré a nadie.
[Ríe]. A mí me parece que cuesta mucho entender que es una candidatura diferente, más allá de la cuestión personal. La cuestión personal tiene su potencia, pero, por ejemplo, nosotros nos centraremos en la diferencia del partido respecto al gobierno. Modelo, si quiere, vasco. Yo no concursaré para ser candidato a la presidencia de la Generalitat. Tampoco lo hará la secretaria general. Es una diferencia. Y es una diferencia muy importante, que todos entienden como muy importante…
¿Qué más?
Segundo. Nosotros nos situamos en el marco de la izquierda nacional de una manera también evidentemente diferente. Somos independentistas.
La lista de Oriol Junqueras, ¿no?
Nosotros declaramos que somos independentistas.
¿Y ellos no?
Lo deberían contestar ellos.
Creo que ellos dirán que sí.
De acuerdo, pero nosotros el método que utilizamos, si quiere, en los pasos a seguir son exactamente estos tres siempre: centrarnos en el partido. Partido desvinculado del gobierno, partido que marca estrategia política, partido que condiciona al gobierno cuando se gobierna, que no se cobija en el gobierno, de manera que el gobierno no le marque la estrategia política. Este sería el primer paso. El segundo sería la izquierda nacional, desde la perspectiva de un partido independentista. Fortalecemos este espacio, que debe contribuir en una nueva etapa al movimiento de liberación nacional. Esto es muy importante para nosotros. Debemos remarcar que en este proceso de remontada de Esquerra Republicana, que tiene además un indicador clave en las elecciones de 2027, debemos recuperar a nuestro votante. Nuestro votante es mayoritariamente independentista. Cuidaremos de nuestro votante. No queremos que nuestro votante independentista se marche de Esquerra Republicana. Y no flirtearemos con la idea de que Esquerra Republicana de Catalunya es un cobijo ecuménico de todo tipo de gente. Somos independentistas y debemos gustar como independentistas, como gente de progreso y de izquierdas, en todo el país.
Dicho todo esto y siguiendo estos pasos, le pregunto de manera arriesgada cuándo podría llegar Cataluña a ser independiente.
¡Uy! Yo, por respeto al conjunto de la ciudadanía catalana y, sobre todo, en este caso a los independentistas, no fijaré ninguna fecha en el calendario.
¿Y no es posible que sus votantes consideren que todo esto que dicen son excusas para no concretar esta aspiración y mientras tanto seguir haciendo autonomismo? ¿Esta declaración debería ser unilateral o pactada con el Estado?
Dependerá del contexto. Lo que tenemos muy claro es que para llegar a tener opciones para ejercer la autodeterminación debemos lograr una cosa, una técnica, que ya se cumplió en 1931, que es una crisis del sistema. Una crisis de sistema significa que, de entrada, la capacidad de implantación territorial debe ser hegemónica en este país. Significa que cada ayuntamiento debe tener una presencia, no significativa, sino muy significativa, de las fuerzas de progreso independentistas. Pero en este mientras tanto debemos demostrar ser útiles. Porque solo de esta manera podremos condicionar la posibilidad de conseguir el derecho a la autodeterminación como en el 31, cuando se logró hacer caer un régimen monárquico y hubo el primer asalto serio a la soberanía de la historia política moderna de Cataluña.
Su partido pretendía lograr una presencia muy significativa en el área metropolitana de Barcelona, en detrimento de la hegemonía PSC, y eso se ha quedado en nada…
Esto debe cambiar con sinceridad política y con capacidad política. Sinceridad para explicar cómo son las cosas y cómo deberían ser. A partir de la base de cómo son las cosas, no a partir de ninguna fantasía. Y capacidad política, porque debemos ser capaces de demostrar que gobernando todos pueden avanzar mejor. Porque, si no eres capaz de demostrar eso, no sirves para nada.
¿El último gobierno de Esquerra Republicana ha demostrado que podía avanzar mejor las cosas? ¿Ha sido un buen gobierno?
Ha sido un gobierno muy tensionado por las circunstancias. Y entre estas estuvo que Junts cometiera un acto de irresponsabilidad política máxima hacia el país, como fue salir en el año 22. Gobernar con esas condiciones fue complicadísimo.
Salvador Illa lo está haciendo…
Tiene mejores condiciones el gobierno de Illa y estas condiciones le cambiarán en el momento en que nosotros ganemos el congreso el día 30 de noviembre.
¿Serán más exigentes con el gobierno actual?
No especularemos. ¡Y tanto! Mucho más exigentes. Eso serán habas contadas.
Oriol Junqueras ha sido y será menos exigente si gana?
No lo sé. Yo digo lo que haremos nosotros. Seremos muy exigentes en este sentido sin ninguna duda, porque debemos cobrar las facturas. Hemos pagado muchas. Ahora las cobraremos.
Terminamos. ¿Alguien de su candidatura ha tenido algo que ver con la estructura B del partido? ¿Con la colocación de carteles supuestamente contra Ernest Maragall o con el muñeco colgado de Oriol Junqueras?
No. Ninguno.
¿Han investigado quién fue responsable?
Eso lo determinará la comisión de garantías.
¿Tardarán mucho? ¿Lo acelerarán ustedes si ganan?
No lo sé. Ni soy miembro, ni he estado en la dirección del partido. Pero, en todo caso, lo aceleraremos. Como indicador de nuestra pulcritud en relación a este tema, le diré que somos nosotros quienes tenemos a Ernest Maragall. No es militante, no podrá votar, pero nos ha dado su apoyo. Dudo mucho que la capacidad política y humana de Ernest Maragall, que ahora tenemos nosotros, sería nuestra si alguien de nuestra opción hubiera tenido algo que ver con algo que, si yo soy presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, no volverá a pasar.