Adam Majó, además de ser un gran jugador de rugby, fue uno de los pioneros en las instituciones del independentismo de izquierdas, de la izquierda anticapitalista, que configuraron la CUP en la asamblea de Vinaròs del año 2000. De hecho, milita en la izquierda independentista desde 1990. Majó fue el concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Manresa entre los años 2007 al 2015 y consejero comarcal del Bages. Posteriormente, se le encomendó la tarea especial de ser el comisionado para el Centro de Manresa hasta que en 2018 se integró al Gobierno como director general para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.
De hecho, es una de las voces veteranas de la lucha independentista de izquierdas. Por ello, ha generado bastante debate su último artículo en el diario Regió7, en el que apuesta no solo por el frente de izquierdas que propugna Joan Tardà, sino que también pide a los partidos que se apresuren para presentar ya esta unidad en las elecciones municipales previstas para la primavera de 2027. Con el título Un frente de izquierdas para volver a hacer país, Majó abona la tesis de que hay que actuar con la oportunidad más cercana, como son las municipales, para forjar candidaturas entre la CUP, ERC y los Comuns.
El exmiembro del secretariado de la CUP opina que si bien «Tardà, y aún más Rufián, se refieren a menudo a las elecciones españolas, donde un bloque de izquierdas y plurinacional potente podría cerrar el paso a los fachas envalentonados», por ahora es más realista y más factible establecer acuerdos locales. En este sentido, recomienda a Tardà y Rufián que antes de hacer un frente de izquierdas estatal, mejor apuntar un pacto. Incluso, propone como idea el histórico Pacto de San Sebastián de agosto de 1930, que comprometía a las fuerzas republicanas a poner fin a la monarquía si tenían suficiente mayoría para acabar con la monarquía.

Las municipales, la mejor opción
En el artículo Majó reivindica el acuerdo para las municipales con el fin de generalizar candidaturas unitarias -de Esquerra, la CUP y los Comuns. Y lo argumenta por cuatro razones. La primera, por lo que define como «pura rentabilidad electoral, para no perder los votos de las listas que no alcanzan el 5% y minimizar los flecos que aparecen al aplicar la ley de Hondt». En segundo lugar, opina que con «una sola lista en lugar de tres debería ser más fácil superar los círculos de cada partido y formar equipos potentes y bien compensados». La tercera, «porque el electorado tendemos a premiar las listas unitarias, amplias y en clave local». Y la cuarta, más prosaica, es porque «al contrario de los parlamentos, en los ayuntamientos la lista más votada tiene mucha ventaja a la hora de optar a la alcaldía».
Además, Majó defiende que un acuerdo de estas características podría fortalecer la presencia de las izquierdas en diputaciones o consejos comarcales. Por otro lado, y «más allá de los números», concluye que esta fórmula rehacería el «cemento» que ayuda a sostener la idea de un «solo pueblo», que es «la igualdad de derechos para todos, la lengua catalana que nos hace únicos y la justicia social en forma de ascensor». Cabe decir que Majó, nacido en Manresa, vive desde hace ocho años en Berga, donde gobierna la CUP con cómodas mayorías desde hace tres mandatos.

