El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull (Parets del Vallès, 1966), es una de las personas que dirige las negociaciones con el PSOE. La mano derecha de Carles Puigdemont sitúa el debate de la cuestión de confianza como el momento clave para decidir si Junts continúa con sus relaciones con el PSOE o no. La decisión se tomará, según explica en esta entrevista con El Món, en función del grado de cumplimiento del PSOE con los acuerdos suscritos hasta ahora, y sitúa la oficialidad del catalán, el traspaso integral de las competencias en inmigración y la amnistía política, junto con una reunión entre Puigdemont y Sánchez, como puntos clave para tomar una decisión de aquí a un mes y medio. Pero no son los únicos, Turull critica el doble discurso que hace el PSOE, porque en Ginebra dice una cosa y en Madrid hace otra, y reclama a Pedro Sánchez que, tal como se establece en el acuerdo de Bruselas, confirme que hay un conflicto político entre Cataluña y el Estado. Y también advierte que si el Congreso sigue adelante con la cuestión de confianza y el presidente español rechaza someterse al veredicto de la cámara «tendrán que pedir elecciones».
Durante estos últimos días han recibido muchas críticas por no aprobar el decreto ómnibus de Pedro Sánchez. Y, después del acuerdo, diputados de ERC en Madrid, como Gabriel Rufián o Francesc-Marc Álvaro, lo han calificado de «humo» y de «jugar con la comida de la gente». ¿Es humo? ¿Se ha perdido una semana?
Diría que la celosía es mala compañera de viaje. Nosotros hemos conseguido modificar este decreto. Por ejemplo, en todo el tema de los desahucios, se protege a las personas vulnerables, pero también se protege al propietario. Eso en la otra versión del decreto no estaba. Es un decreto que es estrictamente social. No se mezclan cosas sociales con otras que no lo son, sino todo lo contrario, y muchas cosas que iban al decreto que podían ser una invasión competencial ahora quedan para un debate posterior, una negociación posterior. Por lo tanto, todo aquello que es mejorar condiciones de los ciudadanos, en este caso de Cataluña, protegerlos socialmente, y sin que haya una invasión competencial, para nosotros es una noticia positiva y ha valido la pena esta negociación y esta semana que ha tardado en producirse.
Que el salario mínimo interprofesional no esté en el decreto es decisión de Junts?
No. Debo ser honesto. En este caso lo dijeron ellos mismos, aunque nosotros hubiéramos querido que estuviera. Pero también les dijimos que debemos abrir una carpeta de negociación con el Salario Mínimo Interprofesional porque nosotros queremos que las actualizaciones, revalorizaciones, vayan en función del costo de la vida, no de una manera lineal. No es lo mismo lo que puede gastar con el salario mínimo interprofesional un ciudadano de Cataluña que un ciudadano de Extremadura. A la hora de ir a comprar, la cesta es mucho más cara en Cataluña, un 7,6%, que no en Extremadura o alguna otra zona del Estado. Por lo tanto, esta fue una decisión del PSOE de no ir a la actualización, que ahora se actualizaba con 50 euros más para todos. Pero esos 50 euros más, no es lo mismo para una persona de Extremadura que una de Cataluña.

¿Dónde queda el anuncio que hizo Puigdemont el 17 de enero de no negociar con el PSOE o, en todo caso, que son las negociaciones ordinarias si no entra el decreto?
Este decreto ómnibus ya nos lo habían hecho llegar con anterioridad a la rueda de prensa. Y nosotros ya les habíamos hecho llegar a ellos nuestra disconformidad y qué cosas cambiaríamos. Por lo tanto, más que una negociación, ellos ya sabían qué es lo que queríamos y fueron pasando información. Después, la rueda de prensa del presidente Puigdemont fue cuando ellos dijeron que no tramitarían la cuestión de confianza. Entonces dijimos, hombre, si no cumplís los acuerdos, y además, lo que proponemos nosotros decís que no hay nada que hablar, dejémoslo estar. En esta negociación, y de estas conversaciones que ha habido en relación con el real decreto, el PSOE nos ha aceptado el tema de la cuestión de confianza. Dijo que se tramitaría con otro redactado, pero que viene a ser lo mismo. Por lo tanto, a partir del hecho de que se tramita esto de la cuestión de confianza, se reanudan las negociaciones.
Las negociaciones con el PSOE han estado congeladas 10 días, pero entre medio se ha celebrado la reunión urgente con mediador que reclamó Puigdemont.
Lo hemos dicho siempre. Una de las condiciones del mediador internacional para aceptar su papel es que dijo que estas reuniones no deben ser discretas sino que deben ser secretas. Y, por lo tanto, cualquier cosa que salga de la reunión debe ser por acuerdo de las tres partes. Si no decidimos que se hace público, no debemos decir nada. Y debemos asumir que se dirán barbaridades o que se dirán mentiras o que se dirá información no ajustada de si nos hemos reunido, si no nos hemos reunido, dónde nos hemos reunido y de qué hemos hablado. Estas conversaciones no pueden trascender.
No pueden trascender, pero la reunión se produjo 48 horas después de la comparecencia de Puigdemont.
Se puede haber producido 48 horas después. El presidente pidió una reunión urgente.
Y el PSOE se avino.
Y el PSOE se avino. Y el mecanismo de mediación internacional, también.
¿De qué servirá el debate sobre la proposición no de ley para pedir a Sánchez que convoque una cuestión de investidura?
El debate servirá para que se constate si el presidente del gobierno tiene la confianza de la cámara o no la tiene. Es así de claro. Puede servir para reubicar las cosas. Puede servir para hacer el balance del cumplimiento. Nosotros queremos saber en qué condiciones llega la cesta de los acuerdos, si llega llena o no llena de cumplimiento o no cumplimiento. Cuando haya una votación sobre esta proposición, si se invita, con el vocabulario que sea, al presidente del gobierno a someterse a una cuestión de confianza, aunque él diga que no se piensa someter, igualmente quiere decir que entonces no tiene el parlamento a favor. Y alguien con convicciones democráticas, si no tiene el Parlamento a favor, debe tomar una decisión que creo que no tiene muchas opciones. Ahora, si quieres legislar de espaldas al Parlamento, que te dice que no tienes su confianza, pues ya es otra dimensión.
¿Qué pasa si se encuentran que votan a favor ustedes, PP y Vox. Se volverá a decir que se alinean con la derecha?
Perdona, no quiero ser grosero, pero eso de que votamos con el PP y con Vox es una tontería. Lo siento, no nos impresiona en absoluto. No nos impresiona en absoluto porque ahora en este nuevo decreto, Esquerra Republicana y Bildu, votarán con el PP a favor de las pensiones. ¿Eso significa que tienen el mismo criterio de políticas sociales unos y otros? Quiero recordar que, para la reforma laboral que se salvó por un voto, Esquerra Republicana votó con el Partido Popular y el PSOE la salvó con Ciudadanos, y porque un diputado del PP se equivocó. ¿Nosotros hemos dicho que la opinión de Esquerra Republicana respecto a los derechos laborales es la misma que el PP?
¿Y entonces?
Esto es tratar a la gente como niños, nosotros la tratamos como adultos. Las etiquetas que nos puedan poner no nos impresionan en absoluto. Nosotros en la cuestión de confianza vamos a lo nuestro. Nosotros no estamos en ningún bloque, no formamos parte de ningún bloque. Lo hemos dicho muchas veces. Nosotros defendemos lo que honestamente creemos que es bueno para los ciudadanos de Cataluña. Hay otros que, como sí participan de bloques, cotizan cero.

¿Por qué cotizan cero?
Cotizan cero porque el PSOE siempre sabe que pondrán por delante el bloque ideológico a los intereses de Cataluña. Y eso que no lo están encontrando con nosotros, es lo que les está generando sorpresas tanto al PSOE como al PP. Porque el PP ahora, con el acuerdo que hicimos nosotros con el PSOE, se comerá el Palacio del PNV de París. Nosotros en Madrid no vamos a hacer amigos, no defendemos bloques, no vamos a fastidiar a unos contra otros. Nosotros defendemos lo que honestamente creemos que es bueno para los ciudadanos de Cataluña. Recibimos muchas críticas por lo que votamos en lo que debía ser aquel gravamen a las energéticas. Pues muy bien, ayer hubo un gran anuncio de grandes inversiones para Tarragona de Repsol.
¿Por qué es un gran anuncio?
Porque nosotros nos fiamos más de las inversiones prometidas por Repsol que de las inversiones prometidas por el gobierno del Estado, que ya estamos escaldados del hecho de que nunca se cumplen. Llegarán antes las inversiones prometidas por Repsol al Campo de Tarragona que las promesas del corredor ferroviario mediterráneo, en el tramo de Tarragona, por parte del Estado. Que hace 20 años que se están esperando.
Sea cual sea el resultado, Sánchez ya ha dicho que no se someterá a la cuestión de confianza. Si se gana la votación que lo pide y Sánchez rechaza presentarse, ¿puede tener consecuencias?
La lectura es muy clara. Es aquello que decía de las convicciones democráticas. Si nosotros no le votamos la confianza y la mayoría del Congreso no le vota la confianza, después, más que pedir una cuestión de confianza, lo que tendremos que hacer es pedir elecciones. Y ahí hay alguien que quiere seguir gobernando a costa de lo que sea. Pero yo no anticiparía eventos. A nosotros lo que nos interesa ahora es decir: usted tiene un mes o mes y medio para intentar restaurar esta confianza que se ha perdido. ¿Y eso qué quiere decir? Pues eso quiere decir que se concreten los acuerdos pendientes, que son unos cuantos. De momento, deben estar a punto, a punto, pero no se acaban de concretar. El tema del catalán en Europa viene de un acuerdo de la Mesa del Congreso, no viene de la investidura. El tema de la ley del traspaso para la gestión integral de las políticas de inmigración viene de la ley ómnibus del año anterior, que dijo que no volvería a pasar. La amnistía política no se está aplicando. Por lo tanto, nosotros haremos el balance de qué hay en la cesta, y a partir de aquí es lo que valoraremos.
¿Este mes y medio que hay para la celebración del debate es el margen que tiene el PSOE para cumplir acuerdos pendientes?
Si quiere restablecer la confianza, sí. Claro.
Y si durante este tiempo se da cumplimiento a la oficialidad del catalán o el traspaso de competencias en inmigración, ¿Junts puede retirar la cuestión de confianza?
Ya veremos. Pero una cuestión de confianza no es necesariamente algo negativo. Lo digo porque de la cuestión de confianza el presidente Puigdemont salió, aquello de «referéndum o referéndum». Salió el 1 de octubre. La CUP tumbó los presupuestos que presentamos y convirtió un problema en una oportunidad. Por lo tanto, no se trata de si la retiramos o no la retiramos, se trata de ver si hacemos confianza para seguir adelante con el acuerdo de Bruselas o no. Uno de los temas principales no es solo la cosa material de si el catalán es oficial en Europa, que sería importantísimo desde el punto de vista nacional, o el tema de las políticas de inmigración. Para nosotros, hay un tema que queremos que nos aclaren en esta cuestión de confianza. ¿Cuál es el discurso del PSOE que vale? ¿El de Suiza para resolver un conflicto político entre Cataluña y el Estado? ¿O el del PSOE en Madrid y en Cataluña, donde el gobierno dice ya que no hay conflicto, que se ha pasado página, y de deconstrucción nacional de Cataluña? Si es este segundo, a nosotros no nos necesita. Si es el primero, lo ha de acreditar con hechos, por eso yo hablaba de hechos. Por lo tanto, la cuestión de confianza es para ver si vale la pena seguir o no vale la pena seguir. Y para nosotros valdrá la pena seguir si se cumplen los acuerdos que están pendientes, punto uno, pero sobre todo, si el señor Pedro Sánchez confirma que hay un conflicto político entre Cataluña y el Estado, que no viene del 1 de octubre de 2017, sino que viene de 1714, que es lo que dice el acuerdo de Bruselas, y que hay que encontrar una solución. Esta solución pasa por la democracia y por la política.
¿Tienen la sensación de que en Suiza la comunicación es buena, y después en el Congreso o con el gobierno español cuesta sacar adelante todo lo que se cierra en la mesa con el mediador?
Tenemos la constancia de que hay dos discursos, y por eso la cuestión de confianza. Queremos saber cuál de los dos discursos vale. Si es el de Suiza, aunque es muy difícil, probémoslo. Si es el que hace el Estado y el que hace Illa en Cataluña, que todo viene del PSOE, no somos los socios que buscan y vale más dejarlo estar.
¿La ruptura está sobre la mesa? ¿Es un riesgo?
Siempre es un riesgo. Cuando hay un incumplimiento, no es un riesgo, es una posibilidad muy alta.
Después de todas las tensiones, ¿se han normalizado las relaciones entre el PSOE y Junts?
Somos personas humanas, y somos educados. La relación, en el sentido personal, no se ha perdido nunca. Con Santos Cerdán hemos ido hablando. Nuestros diputados en Madrid, con Miriam Nogueres a la cabeza, en el Congreso de los Diputados hablan con interlocutores. Pero en el sentido de la negociación, que significa que tienes una carga de intentar llegar a un acuerdo, eso sí que se había suspendido. Eso ahora se recupera.
La amnistía está aprobada, pero no es plena, tampoco hay la amnistía política que reclaman, ni la oficialidad del catalán ni el traspaso integral de las competencias en inmigración. Después de un año y medio no se acaba de concretar nada.
Precisamente por eso nosotros hemos hecho este movimiento y este aviso. Esta tarjeta amarilla. Nosotros estamos aquí. Nos dicen que eso de la oficialidad del catalán está muy cerca, que en Europa solo faltan uno o dos países. Eso está muy cerca, pero no está. Además, el tema de la ley de las políticas de inmigración no está. Y otras cosas no están. Y, entonces, sobre todo el discurso, la narrativa. ¿Hay un conflicto político por solucionar o no lo hay? Porque si los socialistas españoles y catalanes dicen que ya no hay conflicto político, nosotros no somos los socios que buscan. Esto es una enmienda a la totalidad al acuerdo de Bruselas. Y, por lo tanto, si hay una enmienda a la totalidad al acuerdo de Bruselas, no hace falta que sigamos.
El acuerdo para traspasar las competencias integrales en inmigración se debía haber cerrado antes del 31 de diciembre.
Es lo que planteamos, no había un acuerdo firmado. Sabíamos que era una ley densa, que es una ley complicada, jurídicamente muy compleja, porque debe ser texto de ley orgánica. Por lo tanto, era complicado y nos pusimos un plazo, pero llegó un punto que nos atascamos. Es decir, ahora estamos igual que estábamos el 30 de diciembre. Estábamos a punto, pero claro, ese apunte, es como si uno dice que está todo listo para una boda, pero hay un pequeño detalle porque no se sabe si el novio dirá que sí o que no. Claro, no es menor, ¿no?

De hecho, un escollo es el control de las fronteras.
Hay varios escollos que pueden hacer la gran diferencia entre si es una gestión formal o integral. Y son unos escollos que pueden parecer pequeños, pero es lo que puede hacer que la Generalitat sea la administración de referencia para las personas inmigradas. Por lo tanto, estamos aquí. Porque por mucho que se haya avanzado, que quizás hace unos años ni habríamos imaginado lo que ya hay acordado, ahora debemos hacer bien el trabajo. No queremos que nos pase como algo que en su momento fue un gran paso, que fue el traspaso de Tráfico, que también fue por la vía del 150.2. Entonces se traspasó todo. Antes era la Guardia Civil la que ponía las multas de tráfico y ahora son los Mossos d’Esquadra, pero, en cambio, para el carnet de conducir debes ir a la Guardia Civil. Y el tema de las autorizaciones de las autoescuelas las debe hacer el Estado. Y eso se produjo en un momento que pasaba lo mismo que está pasando ahora, que cuando rascas ves una desconfianza del Estado hacia Cataluña. Y nosotros queremos superar eso. Lo que pedimos es que si debe ser integral, debe ser integral. Ni troceado, ni una parte sí y la otra parte no.
Y el ministro Fernando Grande-Marlaska es un problema para cerrar el acuerdo? Porque él ha dicho que no quiere seguir el control de las fronteras.
A nosotros no nos sirve que nos digan que Grande-Marlaska es el problema. Porque si Grande-Marlaska es el problema, se le cesa y viene un ministro que, cuando reciba instrucciones del presidente del gobierno español, las cumpla. A mí, un socialista no me puede decir que el problema es Grande-Marlaska, porque Grande-Marlaska es una persona que se le puede cesar con la misma inmediatez que se le nombra ministro. Por lo tanto, aquí el problema es el PSOE, y debemos encontrar ese punto que responda a lo que se comprometió.
Pero ¿qué quiere decir integral? Que el Estado no tendrá nada que decir?
Integral quiere decir que son todas aquellas políticas que son del Estado y que te delegan a ti. Quiere decir que la normativa básica que ha hecho el estado y Europa, porque hay mucha directiva europea en relación con esto, pero quien aplica las políticas y tiene todo ese margen es la Generalitat de Cataluña. Y al igual que tenemos competencias en otros ámbitos, las tendríamos en la política de inmigración.
¿Y qué permitiría?
Tenemos competencias en educación, en salud, en tema de vivienda, etc. Pero, en cambio, todo lo que son competencias en materia de permisos de trabajo, de residencia, aquello que puede ser el nexo con la plena integración de una persona queda cortado, porque la Generalitat llega hasta aquí y a partir de aquí ya es el Estado, y el Estado con toda su dispersión. Una gestión integral quiere decir una sola administración, y habría que ver qué papel quieren tener los ayuntamientos, qué tipología de ayuntamientos. Puede haber muchas gestiones que tú las debes poder hacer desde tu ayuntamiento, si el ayuntamiento tiene los recursos para poder hacerlo. Pero lo que debes hacer es aprovechar todo esto para ir construyendo una Generalitat menos dependiente del Estado y más cercana al ciudadano, y más amable para el ciudadano. Que no todo pase por el Estado, la partida de nacimiento, en el juzgado; el carnet de conducir, en la Guardia Civil. Deberíamos poder aprovechar eso con el objetivo de integrar a todas las personas que hacen la opción de que este sea su país y que tengan los mismos derechos, y sobre todo los mismos deberes que los demás, que sean mucho más cercana y amable.
Por otro lado, para aplicar la amnistía política hablan de una posible reunión entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.
Nosotros lo que no queremos es una foto. No nos mueve la estética. Lo que sí queremos es que se plante cara a los jueces prevaricadores que no aplican la amnistía. Y, por lo tanto, creemos que aquí hay dos líneas de acción. Una, la acción del mismo Estado que, a través de la abogacía del estado y de la fiscalía, debe actuar de una manera muy contundente hacia aquellos jueces que no están aplicando la amnistía, cuando la ley es clarísima. Y, además, no puedes decir que el espíritu del legislador era no sé qué porque hace no sé cuántos años. No, esto es un debate que se tuvo ahora y aquí y que, por lo tanto, todo el mundo sabía claramente para qué era la amnistía y para quién era. Quiere decir para todas las personas que han sido procesadas a consecuencia del proceso o perseguidas políticamente por su condición de independentista. Pedimos esta acción.
Y después la normalización política. Y en este sentido, nosotros hablamos de una reunión que sería del todo lógica entre el presidente Sánchez, que lidera el gobierno de España gracias a una formación política, y quien lidera esta formación, que es el presidente Puigdemont. Es lógico que dos formaciones políticas que han llegado a un acuerdo tengan una reunión larga, tranquila, profunda, mirándose a los ojos, para ver cómo se superan los escollos, cómo se superan las desconfianzas, que tenemos. Para nosotros esto es muy importante. No se trata de una foto, no se trata de una llamada por teléfono, no se trata de una videoconferencia, se trata de una reunión como las que estamos haciendo habitualmente, pero que quien lidera una parte no está nunca.
Por lo tanto, reclaman a Sánchez que se implique?
Cada uno tiene sus dinámicas de negociación. Lo que hace falta es un reconocimiento político a la figura, en este caso, de una persona que ya debería estar amnistiada y que no lo está por la presunta prevaricación de los jueces. Que lo normalicemos. O que cuando el presidente de la Generalitat, que es del mismo partido, dice que hará una reunión con todos los que han sido presidentes de la Generalitat de Cataluña, que se encuentre también con el presidente Puigdemont. Pero el presidente Illa no lo hará hasta que desde Madrid se lo autoricen, como todas las cosas.

¿Siguen reclamando esta reunión con Salvador Illa?
Creo que ya ha llegado tarde. Illa hará como con la amnistía, que estaba en contra y lo ostentaba hasta que Pedro Sánchez, por necesidad, dijo que estaba a favor. Y él dijo que gracias a él habrá amnistía, ¿no? Salvador Illa hace de delegado del gobierno, delegado del PSOE más que del gobierno. Por lo tanto, no podemos esperar mucho.
Ahora han levantado el veto a las negociaciones sectoriales. ¿Qué pensamos hacer con los presupuestos del Estado?
Pensamos hacer lo mismo que les hemos dicho hace tiempo. Nosotros les dijimos que hasta que no acrediten el cumplimiento de los presupuestos de este año, no comenzaremos a negociar los siguientes, porque el papel lo aguanta todo. No tiene sentido que estén incumpliendo los presupuestos de 2024 y nos digan de hablar de 2025. Es absurdo. Entonces, si no los pueden cumplir por tiempo, y esto ya está muy avisado desde el año 2023, ¿qué inversiones no se han podido hacer en Cataluña? ¿Por qué importe? Pues hagan un talonario y lo den a la Generalitat de Cataluña. O que descuenten las deudas de la Generalitat de Cataluña que tenga con el Estado, o con el FLA.
Es decir, ¿no se sentarán a la mesa hasta que el presupuesto actual no cumplan con el actual?
No es sentarse, es que no comenzaremos a hablar del presupuesto de 2025 hasta que no nos acrediten el cumplimiento del de 2024. Porque ahora dicen que si desbloqueamos inmigración, comenzamos a hablar de presupuestos. Los socialistas hacen eso. No, no; inmigración era por la ley ómnibus del año pasado. El catalán en Europa era para que Francina Armengol pudiera ser presidenta de la Mesa del Congreso de los Diputados y tuvieran mayoría en la Mesa del Congreso de los Diputados. Lo que no vale es que sus compromisos los hagan servir cada vez.
¿Como un comodín?
Sí, ir repitiendo. Y eso no funciona de esta manera.
Y en cuanto a los presupuestos de la Generalitat. ¿Hay alguna posibilidad de negociarlos?
Difícilmente hay posibilidades de negociarlos porque deben responder, supongo, a su compromiso con los socios de investidura. Salvador Illa representa la antítesis de lo que nosotros haríamos en la Generalitat de Cataluña, sobre todo desde el punto de vista de actuar con mentalidad de estado, y no actuar con mentalidad de mayordomo del PSOE. Es la gran diferencia entre lo que es el proyecto de Junts y lo que representa el PSC en la Generalitat. Illa es esclavo de unos compromisos con los Comunes, por ejemplo, de no bajar ningún impuesto en Cataluña, cuando Cataluña es un infierno fiscal de apretar a las clases medias con impuestos. Por lo tanto, difícilmente se puede negociar. Y Cataluña no tiene un problema de gasto, porque hacen falta dinero para todo y más. Seguro que estaremos de acuerdo, más dinero para la sanidad, seguro. Hay un señor que se llama Salvador Illa que, cada vez que en Madrid defendemos más dinero para Cataluña, nos deja solos. Y él nunca levanta la voz. Ponernos de acuerdo con un presupuesto así, lo veo francamente complicado.
Hablando de ingresos. En el acuerdo de Bruselas, hay un punto que es negociar la financiación. Y, por otro lado, socialistas y ERC están sacando adelante la financiación singular.
Es la otra cosa que cuando nosotros decimos si se respeta el acuerdo de Bruselas o no, que nos expliquen una cosa. Allí había el tema de hablar de una financiación propia para Cataluña y han llegado a otro acuerdo, con otra fuerza política, para esta cuestión. Un acuerdo que ha servido dos veces. Para nosotros este acuerdo era para la investigación de Pedro Sánchez. Con Esquerra Republicana, este acuerdo les ha servido para investir a Pedro Sánchez y para investir a Illa. Es una auténtica ganga. Pero, dicho esto, nosotros estamos comenzando a trabajar esta cuestión y entonces habrá un punto, supongo, que se deben encontrar, los dos tipos de acuerdo y esto solo puede acabar con un acuerdo.
¿Se deberán fusionar las dos vías en un único acuerdo?
Ya veremos. Nosotros de lo que somos conscientes es de aquello a que nos hemos comprometido nosotros, qué es lo que nosotros pedimos y qué sistema de financiación queremos. Si lo que acuerda Esquerra Republicana con el PSOE es compatible con este, miraremos a ver cómo nos ponemos de acuerdo. Pero de momento no hay visos de que sea de esta manera. Todo es patear hacia adelante y de momento concreción no tenemos.

Por otro lado, se reunieron en Waterloo con la nueva dirección de ERC. ¿Se están normalizando las relaciones?
Nosotros queremos poner de nuestra parte para que se normalicen. Primero, lo que ahora se ha normalizado ya es que las direcciones de cada formación política, en el sentido de que ERC y Junts han hecho sus congresos. Por ejemplo, con Elisenda Alemany no nos conocíamos, por un tema que no habíamos coincidido. Pero creo que nosotros lo que debemos hacer, y es nuestra obligación, y lo que nos pide la gente, y sobre todo el mundo independentista, es que trabajemos más las coincidencias que no profundizar en las discrepancias. Y eso es un poco el propósito que nosotros quisimos hacer. Creo que tocaba que nos conociéramos las dos direcciones nuevas y después eso que le he comentado.
Es posible que Junqueras y Puigdemont se vuelvan a entender después de todo lo que ha pasado desde el Primero de Octubre?
Puedo hablar por la parte que nos toca a nosotros. Si lo que te mueve es el objetivo, en este caso la independencia de Cataluña, yo hablo por el presidente Puigdemont, estoy seguro de que sí. Además, la reunión yo creo que fue positiva y cordial. Debemos partir que somos dos partidos diferentes y, por lo tanto, habrá cosas en las que no estamos de acuerdo. Porque, si no, seríamos el mismo partido, y cada uno tiene su manera de hacer y de expresarse. Nosotros intentaremos poner lo bueno y mejor, y eso comienza por la autoexigencia, para que no haya excusas para no trabajar y encontrar puntos de acuerdo en ese sentido.
¿Cómo están los espacios de trabajo coordinado que acordaron?
Esto es muy reciente, pero a escala de secretarías de organización, de políticas municipales, se comienzan a poner en contacto y es aquello de poder sacar adelante en algunas instituciones que compartimos, como la Asociación Catalana de Municipios, alguna línea de trabajo en la que haya coincidencia. También nos gustaría, a partir de que la Asamblea Nacional de Catalana ha presentado su hoja de ruta, que los partidos independentistas y las entidades independentistas, a partir de los aprendizajes del 1-O, comenzaran a trabar un trabajo conjunto, aprovechar este tiempo, que ahora no hay mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña, para volver a musculares. Para volver a ponerse a punto.
¿Volver a muscular para construir una alternativa al gobierno de Illa?
No, para volver a muscular para avanzar decididamente hacia la independencia de Cataluña.
Pero para eso necesitan las instituciones.
Entre muchas otras cosas, necesitas mayoría en el Parlamento de Cataluña, pero soy más partidario de comenzar a trabajar mucho más antes, porque cuando tengamos la mayoría del Parlamento de Cataluña, trabajo hecho no tiene estorbo y tomemos grandes decisiones políticas que no se deben esperar más tiempo.
¿Y para volver a muscular, declaraciones como las que ha hecho Gabriel Rufián ayudan?
A ver, ayudar no es que ayude. Creo que todas las formaciones políticas tienen gente que tiene una manera de hacer las cosas y decir las cosas de manera peculiar. Ya no les hacemos caso. Como decía antes, la celosía es mala compañera de viaje y, por lo tanto, no les hacemos caso. Ya está. Para mí, el referente de ERC es lo que acuerden sus órganos de gobierno, no los tuits de una persona. En consecuencia, estaré muy atento a lo que decida la dirección de ERC y al discurso que haga ERC. También pido que las otras formaciones políticas estén al tanto de lo que hacemos desde los órganos de dirección de Junts per Catalunya.
El caso Comín, que hace meses que genera polémica, ha estallado definitivamente con la denuncia presentada por un exasesor, que lo acusa de acoso. Junts ya ha anunciado una investigación interna y posibles medidas cautelares. Teniendo en cuenta que Toni Comín fue su cabeza de lista en las elecciones europeas y que fue el único de la lista que resultó elegido, aunque aún no ha podido tomar posesión del escaño, ¿cómo afecta esta situación a la posición del partido, en Cataluña e internacionalmente?
El partido ya ha hecho un comunicado sobre esta cuestión, me remito al comunicado y por respeto no haré ninguna valoración más. Como secretario general, debo ser lo más respetuoso posible con los mecanismos y protocolos que tenemos.