El Parlament es la pieza central de las instituciones del autogobierno de Cataluña. De hecho, la Generalitat –formada por el Parlament, la Presidencia y el Gobierno– es un entramado alrededor de la cámara catalana. Además, el edificio acompaña, como escenario propicio para decorar la acción de internacionalización. Dos elementos que el actual presidente del Parlament, Josep Rull, ha querido aprovechar para internacionalizar el concepto de «Cataluña nación». Además, a estas dos circunstancias se le añade una personal, muy importante y que ha captado la atención de los participantes en las decenas de actividades que ha realizado con representantes diplomáticos y los viajes al extranjero: el hecho de que estuvo cuatro años en centros penitenciarios como preso político, por haber sido uno de los responsables del referéndum del Primero de Octubre.

Rull también saca provecho del aprendizaje que durante tres años tuvo de un ‘maestro’ diplomático que le explicó el lenguaje y la comunicación diplomática. De hecho, cuando lideró orgánicamente CDC fue el responsable de presentar el relevo del partido en diferentes legaciones diplomáticas en Cataluña y España. Todo ello teniendo presente el incipiente proceso soberanista, con la consulta del 9N como trasfondo, y la posición de partido mayoritario en Cataluña que ocupaba las principales plazas de poder municipal y autonómico en el Principado.

Toda esta experiencia ha servido a Rull para, discretamente, utilizar el Parlament para abrir puertas a la causa catalana y con una tarjeta de presentación que trasciende el Proceso. En concreto, el plan de Acción Climática de la cámara y las medidas legislativas que se han aprobado. Un elemento que sirve de tarjeta de visita porque abre muchas puertas a otras instituciones que son refractarias a parecer comprensivas con una causa política o soberanista que ponga en riesgo la diplomacia con el Estado matriz. De hecho, a Rull le es cómodo porque el cambio climático es una de sus obsesiones políticas.

Josep Rull explica a l'hemicicle la història de la nació a la delegació de l'ambaixada italiana/Parlament
Josep Rull explica en el hemiciclo la historia de la nación a la delegación de la embajada italiana/Parlament

Seis cónsules generales y cuatro embajadores

La acción internacional de la presidencia del Parlament no se puso en marcha esta legislatura hasta que el presidente, Salvador Illa, fue investido –en pleno agosto– y la maquinaria institucional comenzó a funcionar realmente, casi rozando el mes de octubre. De hecho, en la biosfera diplomática era clave que las relaciones entre el Parlament y el Palau de la Generalitat fueran de lealtad institucional y normalizadas para no incomodar las visitas diplomáticas y las recepciones institucionales.

Sea como sea, Rull ha mantenido encuentros ya con seis cónsules generales en Barcelona -la capital catalana es una de las ciudades del mundo que sin ser capital de estado tiene más representaciones diplomáticas- y cuatro embajadores. Además de reuniones con representantes de otros parlamentos o cámaras legislativas. En concreto, se ha reunido con el nuevo cónsul general de Portugal, António Quinteiro –embajador en Corea del Sur y del Norte antes de su destino a Barcelona–, y también mantuvo una reunión con la cónsul saliente, Ana Coelho.

Otra de las visitas a Palau ha sido la de la cónsul general de Argentina, Rossana Surballe, anteriormente embajadora en Catar. Se suman el cónsul general de Panamá, Álvaro Linares; el de Francia, Azar Agah-Ducrocq y la de Estados Unidos, Lia Miler. En cuanto a los embajadores, se ha reunido con el de Armenia, Sos Avestisyan; el de Italia, Giussepe Buccino; el de Suecia, Per-Arne Hjelmborn y el presidente de la Administración Central Tibetana en el exilio, Penpa Tsering.

El president Josep Rull, amb la presidenta del Parlament de Gal·les, Elin Jones/Parlament
El presidente Josep Rull, con la presidenta del Parlamento de Gales, Elin Jones/Parlament

Otros parlamentos y la nación

En el mismo sentido, Rull también ha celebrado encuentros con la presidenta del Baden-Württemberg, Muhterem Aras, y la presidenta del Parlamento de Gales, Elin Jones. Su visita a Westminster también sirvió para encuentros con las vicepresidentas primera y segunda del Parlamento del Reino Unido, Nusrat Ghani y Caroline Nokes. Hay que sumar, en este punto, encuentros con diferentes parlamentos regionales de Ucrania, como los de Odessa, Járkov y Dnipropetrovsk. También ha mantenido contactos informales con los consulados de Suiza y China. De hecho, ahora los servicios de la cámara y de la presidencia preparan un gran encuentro con el cuerpo consular, de manera que se convierta en una recepción oficial en el mismo edificio.

Los encuentros, los contactos y las reuniones tienen un esquema bastante similar, con una recepción y visita al Parlament. La reunión se articula en torno a la cortesía como llave de entrada para explicar qué es la institución y qué representa. Al fin y al cabo, Rull aprovecha -con el concurso de la Mesa- que el 89% de los diputados en la cámara catalana entienden Cataluña como una nación. Un concepto general donde cada uno aplica sus matices en relación con sus objetivos políticos, según si son la independencia o el mantenimiento dentro de una estructura autonómica española.

La historia de la Generalitat, el hecho de que Salvador Illa sea investido como 133º presidente, la continuidad histórica respecto de la Generalitat republicana que supuso el retorno de Josep Tarradellas o el mismo edificio son detalles que ayudan a Rull a explicar con convicción Cataluña y su institucionalidad. Datos que, aunque tienen información sobre la situación política en Cataluña de los últimos años, sorprenden a los visitantes diplomáticos. A todo esto se añade un cuidado ritual de la visita, que ya comienza con la entrada principal con los Mossos d’Esquadra en formación y con el uniforme de semigala. Pero uno de los puntos que más sorprenden a los visitantes es el hecho de que Rull haya estado en prisión a raíz del Proceso soberanista, un detalle que muchos desconocen y que otorga aún más una dimensión política y nacional a la cámara catalana.

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