El presidente de la Generalitat al exilio y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha vuelto a defender el legado del referéndum del 1-O como base del proyecto independentista del futuro y ha reclamado a partidos y entidades que recuperen la “unidad” que ahora hace siete años hizo posible una “victoria histórica”. En un mensaje institucional como presidente del Consejo de la República, Puigdemont ha insistido que la sociedad catalana reclama a los políticos independentistas que vuelvan a trabajar juntos. “No depende solo de nosotros”, ha dicho.
Puigdemont ha recordado que desde el Consejo de la República han hecho “muchas propuestas” para recuperar la unidad de acción independentista y ha avanzado que no piensan “tirar la toalla”. Y menos ahora que la “falta de unidad ha tenido consecuencias políticas nefastas”, ha añadido en una clara referencia a la investidura de Salvadora Illa como presidente de la Generalitat con los votos de ERC. Con todo, Puigdemont ha avisado que la llegada del PSC al Govern no podrá cambiar lo que pasó el 1-O. “Pueden convertir la Generalitat en una gestoría o en un encefalograma plano, pero no pueden cambiar la historia”.
“Seamos muchos o pocos, estemos más unidos o menos, tengamos más o menos fuerza parlamentaria, el 1-O es un acto tan contundente que hacer política prescindiendo es faltar el principio de realidad”, ha sentenciado. “No hay bastante goma para borrarlo de nuestra historia”. El presidente al exilio ha defendido que el 1-O fue un “acto de dignidad” que se celebró a pesar de “la hostilidad disparatada” del Estado español —en un clima de “represión, violencia y odio policial”— gracias a la coordinación entre las instituciones y la sociedad civil.
Un Proceso de consecuencias irreversibles
El eurodiputado de Junts y consejero al exilio, Toni Comín, ha asegurado que la memoria del 1-O “no se borra” y que la celebración del referéndum de autodeterminación “representa un antes y un después y es un hecho con consecuencias irreversibles: porque después de aquel referéndum es imposible volver a la situación anterior, haciendo como si aquello no hubiera pasado”. Comín se ha mostrado convencido de que el “conflicto político solo acabará —solo llegará la tan anhelada normalidad— cuando el estado respete el derecho a la autodeterminación de Cataluña”.