Máxima presión a Junts per Catalunya para que cierre los flecos pendientes con el PSOE y certifique el pacto de investidura de Pedro Sánchez. El jueves por la mañana parecía que estaba prácticamente hecho, pero una cláusula de la ley de amnistía embarrancó las conversaciones. La maniobra de ERC de publicitar el traspaso de Cercanías y la condonación de parte de la deuda con el estado el mismo día tampoco ayudó a desencallar una negociación muy compleja. Y ahora Junts tiene que lidiar con el doble reto de continuar las negociaciones con Ferraz con la exigencia de elevar el listón de su acuerdo para que no quede deslucido entre tanto anuncio mientras se multiplican los mensajes públicos y privados para que acepte la última propuesta de los socialistas.

Carles Puigdemont y la cúpula de Junts intentan blindarse del ruido externo para evaluar todas las opciones que tienen. De hecho, Junts está donde quería estar: después del Sí de ERC al PSOE, sus siete votos vuelven a ser decisivos de verdad, pero al mismo tiempo el coste político de la decisión final también será todo suyo porque ya se daba por sentado que los republicanos encontrarían la manera de llegar a un acuerdo con los socialistas. Las negociaciones de las últimas semanas muestran que Junts tiene voluntad de llegar a un acuerdo, pero no a cualquier precio. “No haremos de pagafantas del PSOE y ERC”, explicaban a El Món fuentes del partido este jueves por la noche. La posibilidad de una repetición electoral está sobre la mesa, pero a pesar de que los analistas del partido consideran que podrían mejorar su posición negociadora, también son conscientes que volver a las urnas es una lotería.

La portavoz de Juntos a Madrid, Míriam Nogueras, se reúne con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán / ACN

Según Jaume Asens, negociador de Sumar y enlace con el partido de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya y el PSOE tienen cerrado el “95% de la ley de amnistía” y solo quedan para pulir “uno o dos puntos”. Este serían, tal como avanzó El Món, los casos de lawfare —como el de Laura Borràs— y los que no cuelgan directamente del 1-O, como la Operación Volhov. Asens ha asegurado que, en la última propuesta del PSOE, Borràs quedaría “excluida”, un supuesto que, además, insiste que Junts acepta y se tendría que buscar un acuerdo paralelo para que se aplique el indulto parcial recomendado por el TSJC. El exdiputado de los comunes está convencido de que las “próximas horas serán determinantes” y se muestra optimista porque «el texto acordado entre ERC y el PSOE también es el texto negociado con Junts”, que simplemente “quiere ir algo más allá porque cree que hay un par de cosas que no son suficientemente ambiciosas”.

No se registrará la ley de amnistía sin Junts

A pesar de que se había especulado con que la ley de amnistía se podría registrar en el Congreso sin el acuerdo con Junts, que podría incorporar sus demandas durante la tramitación parlamentaria, finalmente se ha descartado. El PSOE no se quiere arriesgar a dar ningún paso sin tener atados todos los apoyos y tanto ERC como la Generalitat quieren que Junts también asuma el coste político de pactar con la Moncloa para que no pueda desdecirse a última hora. La consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, ha asegurado en la conferencia Foro Europa que no contempla que la ley de amnistía se tramite sin Junts. “Nos jugamos mucho”, ha dicho. Vilagrà ha trasladado toda la presión al partido de Carles Puigdemont que, si no pacta con Sánchez, no solo torpedeará la amnistía, sino que también tumbaría el traspaso de Cercanías y la mejora de la financiación, recordado.

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