Los socios de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) han aprobado este fin de semana la nueva hoja de ruta. El texto ha recibido el apoyo del 83% de los 2.434 socios que han participado este fin de semana en la Asamblea General Extraordinaria (AGE) de la entidad. El 13% votó en contra y un 4% en blanco, pero los socios han rechazado todas las enmiendas vivas que llegaron a la cita tras el proceso participativo previo y, por lo tanto, el texto inicial no ha sufrido ningún cambio a pesar de los intentos del sector crítico con la dirección. La nueva hoja de ruta de la entidad independentista presidida por Lluís Llach apuesta por «romper» pactos con los socialistas y recuperar la unilateralidad, y establece los «pasos fundamentales» que, según la entidad, el movimiento debe llevar a cabo para preparar un «nuevo embate al Estado español en las próximas elecciones al Parlamento para lograr la independencia».
El documento estratégico de la entidad, que tiene 13 páginas y se presentará el próximo sábado 25 de enero a las 11:30 h en un acto en el Ateneu Barcelonès, exige «el fin de los pactos con el españolismo» y plantea poner en marcha una «escalada de movilizaciones que devuelva al independentismo la capacidad de paralizar el país en el momento de hacer efectiva la República Catalana». La ANC reitera su apuesta por la unilateralidad, y propone al independentismo la creación de un «movimiento de desobediencia civil, a través de la lucha no violenta, como respuesta única a la actitud totalitaria de España, y la regeneración democrática».
La Asamblea, además, defiende llevar a cabo una «estrategia de renacionalización» centrada en denunciar el expolio fiscal y «otros efectos nefastos de la ocupación española» con el objetivo de llegar a toda la población catalana, más allá de los independentistas «convencidos». Por otro lado, propone crear infraestructuras en el tejido social que planifiquen y organicen la soberanía catalana sobre el territorio, la administración y las infraestructuras del país «en el momento de hacer efectiva la independencia», pero ve absolutamente crucial reactivar las movilizaciones para «retomar» la confrontación con el Estado español.

Una hoja de ruta dividida en tres grandes frentes
Para alcanzar los objetivos que fija la hoja de ruta, la entidad presidida por Llach divide la estrategia en tres grandes frentes: sociedad civil, institucional y político, y el frente internacional. En el primero de los tres, el documento subraya la importancia de realizar una escalada en las acciones del independentismo que sirva para «canalizar la indignación ciudadana por los agravios de la dependencia de España, desde el expolio fiscal hasta el arrinconamiento de la lengua catalana», y remarcar que la consecución del estado propio es la única vía para resolver estos problemas.
En el segundo de los frentes, el institucional y político, la ANC reclama a los partidos independentistas que estén alineados con «la confrontación unilateral con el Estado español», y para lograrlo impulsará una «regeneración democrática y de liderazgos para superar la falta de transparencia y la carencia de democracia interna de los partidos catalanes», y remarca que la ANC se mantendrá en todo momento como «una entidad transversal que apuesta por la unidad». Además, propone que las formaciones independentistas suscriban un «programa común» de mínimos para las próximas elecciones al Parlamento, y también reclama que «rompan sus pactos con los socialistas en todos lados».
En el apartado internacional, la entidad valora el trabajo realizado hasta ahora, y reclama mantener las alianzas establecidas y tejer nuevas alianzas por todo el mundo para conseguir nuevos apoyos a la causa independentista. Por otro lado, la ANC se propone superar que Cataluña no tiene acceso directo a organizaciones internacionales y quiere liderar la acción de la diáspora para conseguir apoyo de toda clase: gubernamentales, de organizaciones internacionales, mediáticos, judiciales, de ONG, etc.