La Asamblea Nacional Catalana presenta una nueva hoja de ruta para «lograr la independencia en tres años». El proyecto de la organización prevé una «estrategia viable y creíble» que culminaría con la liberación nacional en las elecciones al Parlamento del año 2028, al finalizar la presente legislatura. La ANC ha puesto sobre la mesa el proyecto en un acto político celebrado en el Ateneu Barcelonès que ha servido para exponer los «pasos a seguir en el frente civil, institucional e internacional para desencadenar el nuevo embate por la independencia y defender la República Catalana«. El acto ha contado con la presencia de representantes de los principales partidos independentistas –Junts, ERC y la CUP-, y otras organizaciones del ámbito social y económico, como Òmnium Cultural, la Intersindical, la Asociación de Municipios por la Independencia o el Consell de la República.

Durante su intervención, el presidente de la ANC Lluís Llach ha hecho un llamado a la resistencia, no solo como vía hacia la independencia, sino como palanca para preservar la nación catalana. «Si queremos ser -si queremos sobrevivir como pueblo- necesitamos el combate», ha afirmado Llach, que ha declarado la entidad «dispuesta a picar piedra, una piedra dura y angulosa, hasta lograr un movimiento de liberación nacional estructurado, posible y resolutivo». En un llamado a la pata política del movimiento, ha rechazado ante los tres partidos participar en «la gestión autonomista de la colonia, ni la sumisión que conlleva» -en referencia a los diversos pactos alcanzados especialmente entre ERC y Junts y el PSC en la Generalitat y el PSOE en Madrid-.

Lluís Llach y otros miembros de la ejecutiva de la ANC, durante el acto político de la entidad en el Ateneu Barcelonès / ACN
Lluís Llach y otros miembros de la ejecutiva de la ANC, durante el acto político de la entidad en el Ateneu Barcelonès / ACN

En este sentido, ha alertado a los liderazgos institucionales que «nunca más serán su muleta». La Asamblea exige, sobre este aviso, que la «praxis política se dirija hacia la independencia». «Si es así, nosotros ya estaremos», continúa Llach. El presidente enmarca la batalla por la liberación nacional en la «lucha por un mundo mejor»: «la única manera de hacerlo es trabajando y luchando por una Cataluña justa, centrada en el servicio de las personas», ha argumentado; frente a los «nefastos efectos de ser un país ocupado».

Agenda para la independencia

Según han expuesto los liderazgos de la Asamblea, la hoja de ruta hace una «clara apuesta por la desobediencia civil y la lucha no violenta» que apunta a recuperar el ímpetu social del ciclo de movilizaciones del Proceso. A juicio de la entidad, es imprescindible que «el movimiento recupere la capacidad de paralizar y controlar el país»; una potencia que ya ejerció el 3 de octubre de 2017, después de la represión contra los votantes en el referéndum de independencia del 1 de Octubre. La tarea social, sin embargo, debe ir acompañada de movimientos a escala institucional para recuperar una «mayoría electoral determinada a hacer efectiva la independencia», un paso esencial, especialmente después de la bajada en votos y escaños que sufrieron ERC y la CUP -y Junts, en menor grado- en las elecciones del pasado 12-M. A tal fin, la ANC busca «reforzar los espacios de coordinación» con los partidos, de acuerdo con una «agenda para la independencia» compartida que contempla, entre otras cuestiones, la negativa a los «pactos con partidos españolistas que estabilizan el Estado español». «Solo una Cataluña fuerte ganará la independencia», ha concluido Llach.

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