La cifra clave del 1-O no fueron los dos millones de votantes, sino los 50.000 miembros de mesas electorales que ocuparon sus lugares en los colegios a pesar de «la amenaza del gobierno español de encarcelarlos». Ninguno de estos presidentes de mesa y vocales fueron a la prisión, ni siquiera fueron citados por un juez: demasiada gente para ser represaliados uno por uno. Por lo tanto, «50.000 personas pueden cambiar la historia, y 50.000, sí que somos».
Esta lectura de Josep Costa del itinerario que tiene que seguir el independentismo ha arrancado uno de los aplausos en el acto del exvicepresidente del Parlament y el exdiputado Albano-Dante Fachín este miércoles en Sabadell, organizado por el Consell Local de la República. La clave, según los dos ponentes, es la desobediencia civil y perder el miedo, que ven como el principal instrumento del Estado. «El miedo se contagia, pero la valentía también»: lo han repetido dos o tres veces y ha quedado grabado como una consigna. Y para convertir a los independentistas en activistas invocan el espíritu de Arenys, el de la primera consulta, la que lo empezó todo.

Baño de masas de dos estrellas del independentismo desacomplexat
Los dos oradores, enérgicos ya de saque, hablaban con una dosis extra de fuerza empujados por el furor que ha generado su charla, en el Centro Cívico Cal Balsach. La sala, atestada con las 180 sillas autorizadas, se ha desbordado del todo y ha habido que habilitar otra para los 80 de asistentes que han quedado fuera.
Los dos protagonistas han explicado a los de la sala B el sistema que les proponían para seguir el coloquio, de forma que la velada, para este grupo, ha quedado convertida en una versión 2.0 de lo que en otra época habría sido una noche de transistores: todo el mundo pegado a su móvil viendo por Twitter y Facebook la retransmisión del acto que se hacía en el piso de arriba. Y damos fe de que, cuando se ha acabado y las dos estrellas emergentes del independentismo desacomplejado han bajado a saludar de nuevo los del piso de abajo, todavía estaban: se habían quedado a seguir la charla por el móvil todos juntos, en comunión.
«Las noticias de nuestra muerte han sido un poco exageradas»
Costa, parafraseando Mark Twain, ha soltado: «Las noticias de nuestra muerte han sido un poco exageradas». Tanto él como Fachín han aprovechado para subrayar que el interés por el proyecto independentista continúa vivo. «Constantemente se repite que la gente se ha cansado, que está decepcionada y no quiere participar en nada, que todo lo que construimos en 2017 se ha deshecho. Pues parece que como mínimo somos unos cuántos que no queremos hacer ver que aquí no ha pasado nada. Si un miércoles a esta hora estamos todos aquí, pensando colectivamente, quiere decir que lo que
Con el muerto muy vivo en la sala, la que han dado por agotada ha sido la vía del diálogo con el PSOE. «No lleva a ninguna parte», ha sentenciado Costa. Y ha puesto como ejemplo la dura petición de prisión que ha presentado la Fiscalía esta semana contra dos cargos de ERC, Lluís Salvadó i Josep Maria Jové, todavía pendientes de juicio por el 1-O y a los que no ha servido de nada la reforma del Código Penal. Una decisión que Pedro Sánchez ha defendido. «Es que el partido que está metiendo gente de ERC en la prisión es el aliado de ERC», ha remarcado Fachín.
Ante la opción del «retorno al autonomismo» que «se huele», el activista y editor de
La lista cívica no toca (de momento)
La cuestión ahora es, en palabras de Fachín, «cuál será el próximo Arenys? Quién son los frikis que preparan la
«A mí nadie me ha dicho nada, pero ahora mismo me parece más efectivo hacer un video en YouTube que ser diputado en el Parlament actual«, ha replicado Fachín. Y Costa ha rematado la jugada: «No sé cuando serán las elecciones ni sé qué candidatos habrá. Mi trabajo como activista es construir el escenario que las condicionará, poner el debate de la independencia en el centro. Lo que pasará dentro de dos años, cuando haya elecciones, depende de lo que hagamos nosotros hoy«, ha desafiado la sala.
