Joan Carretero, exconsejero de Gobernación por ERC durante el primer tripartito con Pasqual Maragall como presidente e impulsor de Reagrupament, ha regresado a la actividad política y ha presentado este miércoles en sociedad la propuesta de Parlament Lliure, que adelantó en una entrevista a El Món, y que es un proyecto que no es incompatible con otras iniciativas independentistas. Es decir, que permite participar de este proceso electoral independientemente de la sensibilidad política de los independentistas que se quieran sumar. Ante el callejón sin salida que vive el movimiento, el exconsejero ha presentado su propuesta de Parlament Lliure, que «no es un objetivo en sí mismo» sino que es para «proclamar la independencia». «Nuestro proyecto quiere hacer aquello que los presidentes de la Generalitat o del Parlament desde 2017 no han querido hacer, que es ejecutar el mandato del 1 de octubre, un mandato que el pueblo hizo vinculante» y ha defendido que su propuesta debe ser el «inicio hacia un Estado independiente».
En un acto en la sede del CADCI, en la Rambla Santa Mónica de Barcelona, que contó con la presencia de la formación juvenil Nosaltres Sols!, Joan Carretero ha defendido que tienen el propósito de hacer un registro electoral, después de no ser posible llegar a ningún acuerdo con el Censo del Pueblo Catalán porque «no quieren cambiar el ritmo ni las normas de lo que están haciendo» y celebrar unas «elecciones libres que validen la voluntad popular ya expresada claramente el 1 de Octubre». Carretero ha señalado que estas elecciones serán distrito electoral uninominal. Es decir, se elegirá un representante por cada distrito electoral y se podrán presentar tantas personas como quieran para escoger un total de 135 representantes. «Es el sistema electoral más fiel a la voluntad de los ciudadanos», ha defendido.
Las personas que quieran presentarse deberán declarar su identidad catalana «independientemente de mi lugar de nacimiento o residencia por lengua, cultura, sentimiento de pertenencia y voluntad política». Una vez celebradas las elecciones se deberá hacer efectivo el mandato del 1-O y «todo lo que convenga para poner en marcha el nuevo estado» y hacer los contactos para el reconocimiento de este nuevo estado. A pesar de la propuesta, el exconsejero no ha cerrado la puerta a escuchar otras propuestas y dejar la suya de lado si «alguien nos convence de que hay una herramienta mejor». «No venimos a hacer ninguna batalla entre independentistas, pero sí con el derecho a la autodeterminación y con autonomistas y negacionistas de la nación catalana», ha dicho, y se ha mostrado dispuesto a debatir cuál es el «mejor» camino hacia la independencia. También ha señalado que este proyecto no se transformará en ninguna entidad, «habrá la gente», y ha hecho un llamado a sumarse a la propuesta a la gente que va a trabajar en las consultas, que va a trabajar en el referéndum, en los CDRs o cualquier otra entidad que trabaje por el país.

Una propuesta que no es ningún «botón» y que requiere mucho trabajo
El exlíder de Reagrupament ha dejado claro que esta propuesta no es ningún «botón» para ser independientes, y que ellos plantean «un trabajo titánico» que, según ha remarcado, «no pueden hacer solos los promotores». En este sentido, ha convocado a todos los que quieran una Cataluña independiente a implicarse en este proyecto. “No es un camino de nadie”, ha remarcado. Por otro lado, el exconsejero ha lamentado la ausencia de medios, y ha dicho que las redes sociales serán clave para difundir la idea. «Esperamos que esto que comienza tan pequeño se vaya haciendo grande», ha dicho, y ha afirmado que la propuesta avanzará si recibe el apoyo de los independentistas. «Si somos cuatro gatos, no irá a ninguna parte. Necesitamos miles y miles y miles de personas que se incluyan», ha manifestado.
«La situación de 2017 no se volverá a dar nunca más»
Ante esta situación, Joan Carretero ha dicho que la «opción mayoritaria» es no hacer nada, una situación que aboca a la nación a la “desaparición”, pero ha reivindicado una segunda opción por parte de la gente que piensa que se puede recuperar la mayoría independentista y revertir la situación desde el Parlamento autonómico. «Nosotros pensamos que la situación de 2017 ya no se volverá a dar nunca más y, además, el Estado español no dejaría avanzar un nuevo proceso», ha dicho, y ha constatado que la cámara catalana es «un parlamento español, regido por leyes españolas y controlado por funcionarios españoles». Además, ha recordado que sus decisiones pueden ser revocadas por los tribunales españoles, que también pueden inhabilitar diputados y presidentes. «Lo mismo que digo para el Parlament, lo digo para el Gobierno de la Generalitat», ha añadido, y ha remarcado que las últimas dos redacciones del Estatuto de Cataluña actualmente vigente las hicieron «las Cortes Generales y el Tribunal Constitucional». «Por lo tanto, estas instituciones no tienen nada de nuestras», ha concluido.