Carles Puigdemont no está dispuesto a dejarse desanimar por la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) que le ha dejado sin inmunidad. El presidente catalán en el exilio ha desafiado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena y a la Moncloa asegurando que no tiene intención de rendirse ni tiene miedo a una nueva euroorden. “No me entregaré nunca”, ha dicho Puigdemont en una entrevista en
Puigdemont ha revelado que el lunes tiene intención de ir a Estrasburgo (Francia) a trabajar con normalidad y que enviará una carta a los servicios jurídicos de la Eurocámara para asegurarse que le garantizarán sus derechos de desplazamiento. El eurodiputado de Junts está convencido que Llarena emitirá una nueva orden pronto, pero ha insistido que antes de tramitarla tendrá que pedir un nuevo suplicatorio al Parlamento Europeo, un trámite que puede alargar el procedimiento durante meses.
Si se alarga mucho, podría incluso tenerse que suspender porque el Parlamento Europeo celebrará elecciones en junio de 2024 y se tendrá que disolver antes, por lo cual no tendría sentido continuar discutiendo sobre el suplicatorio de Llarena. Puigdemont ha avanzado que tiene intención de volverse a presentar a las elecciones para continuar con su “lucha”. El eurodiputado ha afirmado que no está preocupado por la reforma legislativa que quiere aprobar el PP para impedir que los “prófugos” de la justicia se puedan presentar a las elecciones. “Qué fugado tan extraño, que hace de testigo y de traductor en un juicio en el cual se me reconoce la residencia en Bélgica”, ha espetado.

La amnistía, el único camino para iniciar una negociación real
Respecto a las duras críticas de Clara Ponsatí a las diferentes estrategias del independentismo después de la sentencia del TGUE, Puigdemont ha asegurado que la eurodiputada se «equivocó» porque no era el momento. “No estoy de acuerdo ni con el tono, ni en el fondo, ni en la forma, ni en el momento”, ha criticado. Con todo, ha reconocido que actualmente no existen las condiciones necesarias para que haya una negociación “real” con el estado español, es decir, en igualdad de condiciones, con un agente externo que supervise el proceso y en un terreno neutral. Pero ha responsabilizado ERC por haber dado una salida fácil al gobierno español con la mesa de diálogo. “Le ha salido barato no tener que negociar”.
Puigdemont considera que la amnistía es el paso previo para devolver el conflicto catalán al terreno de la política y crear las condiciones para una “negociación política de alto nivel” con España, que pasa necesariamente porque el estado reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña. Para que esto pase, el eurodiputado asegura que es igual quién haya en la Moncloa, porque en el fondo la Moncloa es un elemento más del entramado del estado profundo que gobierna el país. “No quiero negociar con el gobierno de España, quiero negociar con el Estado”, ha revelado. Aun así, Puigdemont cree que mientras el independentismo continúe dividido, no hay nada a hacer. “Hasta que no seamos más fuertes y nos hagamos respetar, no se darán las condiciones para negociar. Y esto pasar por la unidad y hacer frente común en Madrid”.