El Gobierno catalán y el PSC harán una primera reunión de seguimiento del acuerdo de presupuestos el próximo 6 de julio, según ha avanzado la portavoz de los socialistas en el Parlamento, Alícia Romero, en una entrevista en SER Cataluña. Si no cambian muchos las cosas en las próximas dos semanas, el encuentro se hará en un clima de desconfianza y enfrentamiento por el protocolo de la B-40, que hace casi tres meses que se tendría que haber firmado con el Ministerio de Transportes. Ambas partes se han acusado mutuamente de retrasar el acuerdo con fines partidistas. Fuentes de la consejería de Presidencia han explicado en El Mundo que están sorprendidos por el anuncio de Romero, puesto que teóricamente era una reunión «privada».

Los socialistas encaran el encuentro con una gran dosis de escepticismo y sospechan que el grado de cumplimiento del acuerdo pactado con el Gobierno de Pere Aragonès será bajo. «Este trimestre se tenía que licitar la ampliación de la desaladora de Tordera y no ha pasado todavía. No estamos cumpliendo con el acuerdo presupuestario ni con la ley que aprobamos en el Parlamento para hacer frente a la sequía. Sospechamos que habrá cosas que no las haremos», ha asumido Romero. La diputada socialista ha confiado que antes de las vacaciones se podrán cerrar las tres carpetas más polémicas: la B-40, el planeamiento urbanístico del Hard Rock y los 900 millones de euros que el gobierno español se comprometió a transferir a Cataluña como parte del acuerdo de presupuestos con ERC en Madrid.

Operarios trabajando a las obras de la B-40 en Viladecavalls, imagen del 31 de mayo de 2022 | ACN
Operarios trabajando a las obras de la B-40 en Viladecavalls, imagen del 31 de mayo de 2022 | ACN

La Generalitat desconfía de los socialistas

A pesar de la presión creciente del PSC, la Generalitat está dispuesta a aguantar el pulso de la Moncloa y desconfía de los cantos de sirena de los socialistas. Fuentes de Presidencia aseguraron hace unos días a este diario que el Gobierno catalán hace más de un mes que espera la respuesta del Ministerio de Transportes a las últimas enmiendas que se introdujeron en el convenio para completar el tramo de la B-40 entre Sabadell y Castellar. Desde Presidencia insisten que se tiene que mirar muy bien la «letra pequeña» porque no es la primera vez que el departamento que lidera Raquel Sánchez acuerda cosas con el equipo negociador catalán y después no las traslada a la documentación del protocolo.

Harto de la actitud errática del Ministerio de Transportes, el Gobierno ha decidido endurecer su postura y ahora vincula la firma del convenio a los más de 900 millones de euros prometidos por Pedro Sánchez para la C-32 (384 millones), los accesos a la AP-7 y la AP2 (250 millones), el Eje Pirenaico (260 millones) y varios intercambiadores ferroviarios (20 millones). Fuentes de la Generalitat insisten que el destino de los dos convenios está unido.

La portavoz socialista está convencida que los tres acuerdos se pueden rubricar en las próximas semanas porque «están hechos» y considera que es solo una cuestión de voluntad política. «No me gustaría pensar que las elecciones generales hace que todo se retrase», ha dicho. «Los ciudadanos se merecen que el gobierno gobierne». Romero ha criticado a la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, y le ha pedido que «no enrede» con el protocolo de la B-40, puesto que hace meses que hay un borrador que corre «arriba y abajo» y ha insistido que el texto tiene el visto bueno de las dos partes. «No hay problema con la Ronda Norte. Es el tramo de la B-40 entre Sabadell, Terrassa y Castellar del Vallès. Que no expliquen historias. Es esto».

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