Este pasado sábado 23 de noviembre las calles de Barcelona se llenaron de inquilinas protestando por la situación que miles de personas padecen para encontrar vivienda. El siguiente paso, y que aún está en el aire, puede ser una huelga de alquileres que desde el Gobierno de la Generalitat de Catalunya no parece que vean con muy buenos ojos, ya que la consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica y portavoz del Gobierno, Sílvia Paneque, ha considerado que esta posible situación «no es el camino» y señala que «no tiene recorrido de negociación». En una entrevista en RAC1, Paneque ha querido recordar que el Gobierno ha llegado a un compromiso para aumentar el parque de vivienda pública en 50.000 pisos hasta 2030 y que desde el Palau de la Generalitat quieren que las familias catalanas «no tengan que destinar más de un 30% de sus ingresos a mantener una vivienda«.
Paneque ha calificado la manifestación de este sábado como “la expresión de un malestar que viene de una situación de emergencia” y ha reconocido que el problema que tiene la población catalana para acceder a la vivienda “es el principal problema de los catalanes y uno de los principales retos que este gobierno debe resolver”. La consejera del Gobierno ha lamentado que Cataluña tiene «un parque de vivienda del 2% por falta de acción durante los últimos años, y es absolutamente insuficiente».

Una manifestación multitudinaria
A pesar del baile de cifras entre la organización y la Guardia Urbana (más de 170.000 manifestantes y 22.000, respectivamente), miles de personas salieron por las calles de Barcelona para protestar contra los elevados precios de los alquileres. Según relató la portavoz del Congreso de la Vivienda de Cataluña Marta Espriu, las condiciones del mercado del alquiler han servido de combustible para la organización de la protesta “más grande de la historia del movimiento catalán por la vivienda». De hecho, durante la manifestación el Gobierno y el Ayuntamiento de Barcelona también recibieron ‘reprimendas’ por parte de los organizadores que señalaban que “el PSC y el PSOE dicen que tienen la gran solución: construir 50.000 pisos”, a la vez que recordaban a las administraciones que «hay 400.000 pisos vacíos, en alquiler de temporada y turísticos en Cataluña. Tenemos pisos de sobra, señores Illa y Collboni», sentenció Espriu.