El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha inaugurado el curso político desde la sede del Instituto Cervantes, a Madrid, y ha empezado fuerte con un tono beligerante contra el PP y sacando pecho de las políticas que «el gobierno de coalición» ha hecho y las que quiere desplegar. Sánchez ha querido destacar que «España vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas» y ha asegurado que el gobierno del PSOE con Podemos y más tarde con Sumar ha superado «con éxito, de forma responsable y solidaria» todas las trabas que ha sufrido.

El presidente del gobierno español ha asegurado que los palos de pajar del nuevo curso político y que serán la competitividad económica, la dignidad laboral, el estado del bienestar, la vivienda, la igualdad social y la paz. De hecho, Sánchez ha presentado como graves problemas del Estado español las desigualdades sociales y ha descartado que estas desigualdades aumenten con el nuevo sistema de financiación que se prepara, que, según ha dejado claro, será para todas las comunidades autónomas y no solo para Cataluña. El mensaje ha sido exactamente el mismo que unos minutos antes había dado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Senado, donde ha dejado claro que Cataluña no saldrá del régimen común.

Sánchez ha presumido del hecho que ahora, con el ejecutivo de Salvador Illa, en Cataluña hay «un gobierno que trabaja por la unión» de España, y ha subrayado que impulsará un nuevo sistema de financiación autonómica que buscará «atender las singularidades de todas las comunidades autónomas». El presidente español ha servido este anuncio con una declaración de intenciones: «Todas y cada una de las comunidades autónomas recibirán más recursos que cuando gobernaba el PP», además de poner énfasis en la futura duplicación de recursos para el fondo de compensación interterritorial.

Dureza contra el PP

Para sacar pecho de las políticas de los últimos años, Sánchez se ha mostrado muy beligerante con el Partido Popular y VOX, pero sobre todo con los Populares. Las comparativas con el gobierno de Mariano Rajoy han estado constantes e Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la víctima de Sánchez en la hora de hacer comparativas entre las inversiones de las comunidades autónomas y el gobierno central. Uno de los grandes anuncios ha estado que quiere seguir con el «carácter progresista» de las políticas del gobierno español. «Fortalecer el estado del bienestar, reforzar y modernizar los servicios públicos» es el que busca Sánchez, que ha destacado que «la sanidad, la educación, la dependencia o las pensiones no son mercancías, son derechos a blindar y expandir ante aquellos que los quieren recortar», un argumento que ha acompañado de la comparativa con Madrid, donde gobierno el PP con Isabel Díaz Ayuso al frente «A Madrid se han derivado», en los años de gobierno de Sánchez, «1.000 millones de euros públicos a la sanidad privada y en València se han recortado el 20% de las plazas públicas de las residencias», un modelo político que a parecer de Sánchez muestra el «caduco gobierno neoliberal».

De hecho, Sánchez ha tirado otra bala hacia el PP, asegurando que entre el 2018 y el 2023 «se han destinado a Madrid 100.000 millones de euros, un 21% más que el gobierno de Rajoy». El presidente español ha señalado que «de cada 10 euros que el gobierno español ha dado a Madrid, 3 se han usado para regalos fiscales, hacer regalos a los más ricos y reducir la inversión en educación, reducir el gasto en sanidad.«

Sánchez ha acabado el suyo ataca al PP señalando que «los líderes autonómicos de la oposición culpan el gobierno central, pero el problema está en el hecho que las autonomías gobernadas por la derecha han dedicado recursos a financiar regalos fiscales a los de arriba».

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez / Eduardo Parra - Europa Press
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez / Eduardo Parra – Europa Press

Prioridades sociales

El presidente español ha querido poner énfasis en el hecho que el gobierno del Estado español quiere luchar contra las desigualdades. «Los de arriba», como se ha referido a los ricos y «la clase media trabajadora». Para Sánchez, las desigualdades entre españoles tienen que existir, puesto que cree «no creo en una sociedad en la cual todos somos igualas, hay que premiar el esfuerzo». El presidente español busca fortalecer las políticas laborales impulsadas por su gobierno y que el paro juvenil se reduzca drásticamente y aprovechar la reforma laboral impulsada «que ha reducido la temporalidad, la precariedad y ha fortalecido los derechos de millones y millones de trabajadores».

Una dignidad laboral que va fuertemente ligada con las otras prioridades del Estado español como la competitividad económica, el estado del bienestar, la vivienda, la igualdad social, puesto que los motores económicos y la «reindustrialización de España» buscan seguir unas políticas económicas que según Sánchez son mejores que las promulgadas por la derecha y busquen una mejora de la sociedad.

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