El presidente español y primer secretario del PSOE, Pedro Sánchez, ha adelantado la esperada renovación de la cúpula del PSOE para distanciarse del caso Cerdán y “evitar rumores” antes de la celebración del Comité Federal del partido de este fin de semana. A primera hora, los socialistas informaron que la valenciana Rebeca Torró será la nueva secretaria de Organización del partido en sustitución de Santos Cerdán, cesado por su implicación en el caso Koldo. Horas después se supo que la diputada del PSC en el Congreso por Lleida, Montserrat Mínguez, será la nueva portavoz.
Sánchez quería llegar al Comité Federal del PSOE con los deberes hechos y sin la incógnita de quiénes serán las nuevas caras visibles del partido. Se espera que durante el encuentro Sánchez anuncie una batería de medidas de regeneración interna y de lucha contra la corrupción. También está previsto que anuncie más cambios en la ejecutiva con una renovación que podría afectar hasta a una decena de cargos. El objetivo es distanciar al PSOE de Cerdán y sus colaboradores más cercanos del partido para evitar suspicacias y, de paso, prepararse para llegar a las próximas elecciones con nuevos liderazgos y recuperar la confianza de la militancia y los votantes desencantados.

¿Quiénes son las nuevas caras visibles del PSOE?
Rebeca Torró es secretaria de Estado de Industria del gobierno español y también fue consejera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad en el gobierno de Ximo Puig en la Generalitat Valenciana de 2022 a 2023, además de ser portavoz del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) antes de dar el salto a Madrid. Los socialistas han adelantado el anuncio de la nueva secretaría de Organización para “evitar rumores”. La reestructuración del cargo, de mucho peso en el partido, incluye la designación de tres nuevos adjuntos para apoyar a Torró: la secretaria de Coordinación Territorial Anabel Mateos Sánchez; el secretario de Análisis Electoral Francisco J. Salazar Rodríguez; y el secretario de Transparencia y Acción Democrática Borja Cabezón.

Por su parte, Montserrat Mínguez, miembro de la ejecutiva del partido y secretaria general del Grupo Socialista en el Congreso, releva a Esther Peña. Al igual que en el caso de Torró, la nueva portavoz tendrá una mano derecha para reforzar su cargo con la figura de nueva creación de la portavoz adjunta, que será la secretaria de Política Económica, Transformación, Emprendimiento y Cambio Social, Enma López. Hasta ahora, Mínguez era secretaria de Trabajo, Economía Social y Trabajo Autónomo. Tiene una dilatada experiencia en el Congreso y es miembro de la diputación permanente y de la junta de portavoces. En Lleida, había sido portavoz del PSC, teniente de alcaldía entre 2007 y 2019 y concejala de Economía.
Las encuestas juegan contra Sánchez
El caso Cerdán ha sido un torpedo en la línea de flotación de un Pedro Sánchez que estaba en horas bajas y que ahora lucha por mantener el apoyo de los socios de investidura. La debilidad parlamentaria del PSOE durante toda la legislatura se ha visto agravada después de que la trama de cobro de comisiones ilegales del caso Koldo haya salpicado al partido y obligue al resto de grupos a desmarcarse claramente de la corrupción, pero sin dinamitar los puentes con la Moncloa y Ferraz porque la alternativa de un gobierno del PP es claramente peor para los intereses de toda la mayoría de investidura. Sánchez necesita recomponer la coalición para ganar tiempo y lograr que el escándalo del caso Cerdán pierda intensidad antes de plantearse ir a elecciones.
Las encuestas así lo recomiendan, a pesar de que en los últimos años no hayan sido muy acertadas. Si, hace unos días, un sondeo de El Mundo daba al PP 152 escaños, los mismos que el PSOE y sus socios juntos, ahora otra encuesta de El País dice que los españoles quieren elecciones. Según esta encuesta, la mayoría de españoles cree que Sánchez debería convocar elecciones “lo antes posible” o proponer un candidato alternativo del PSOE para presidir el país. El 41,2% de los españoles cree que Sánchez debería dimitir, un 17,6% que debería designar otro candidato, un 21% cree que debe quedarse donde está y un 13,5% prefiere que se someta a una cuestión de confianza. Además, el PSOE perdería tres puntos respecto a la encuesta de junio y se quedaría con una intención de voto del 27%, a más de seis puntos del PP (33%). Es el peor resultado del PSOE desde las elecciones del 23-J, cuando obtuvo el 31,7% de los votos.