El gobierno español negocia a contrarreloj la oficialidad del catalán en la Unión Europea. La Moncloa es consciente de que se trata de una carpeta muy sensible para los independentistas —en especial para Junts, que es quien más ha presionado para conseguir un acuerdo antes de la investidura— y en los últimos días ha multiplicado los contactos diplomáticos con el resto de estados. El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha asegurado que las negociaciones, que además del catalán también incluyen el uso del vasco y el gallego, van «muy bien» y que la propuesta española gana adeptas en los despachos de Bruselas.
Con todo, la Moncloa necesita obtener resultados pronto, puesto que las negociaciones formales para la investidura de Pedro Sánchez están a punto de empezar y queda un mes y medio para que se acabe el plazo. El Consejo de Asuntos General de la Unión Europea ha incluido la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en el orden del día de su próxima reunión, que será el 24 de octubre. Es la penúltima oportunidad del gobierno español de conseguir la oficialidad del catalán, puesto que es una de las condiciones previas de Junts para cerrar otros acuerdos. La última oportunidad será el 15 de noviembre, menos de dos semanas antes de que se acabe el plazo para evitar la repetición electoral.

Albares ha explicado en una entrevista en
Junts avisa que sin catalán en la UE se complica la investidura
Desde Junts no se cansan de recordar que obtener la oficialidad del catalán en la Unión Europea es una cuestión de voluntad política y que el estado español tiene que ser capaz de hacer las gestiones diplomáticas necesarias para materializar la histórica reivindicación independentista. «No estamos escatimando esfuerzos, a pesar de que habrá que ver cómo va el día 24 de octubre», ha justificado el ministro de Asuntos exteriores. La vicepresidenta tercera del gobierno español, Teresa Ribera, avisaba también hace unos días que, a pesar de que la Moncloa ha hecho «una apuesta firme y decidida» por defender el uso del catalán en la Unión Europea, la decisión final no depende solo de ellos. «Somos un estado de 27», dijo Ribera en TV3. «A cada cual se le tiene que pedir lo que esté en condiciones de dar».
El partido de Carles Puigdemont insiste que intentarlo no es suficiente y que, si finalmente no se aprueba, considerarán que se ha incumplido con la condición. Desde ERC, que siempre ha apostado por luchar primero por la oficialidad del catalán en el Parlamento Europeo porque lo ven más factible, están convencidos de que el Consejo del día 24 no decidirá sobre el asunto y que todo se jugará en la reunión del 15 de noviembre. La consejera de Acción Exterior, Meritxell Serret, decía hace unos días que afrontan el próximo encuentro con «cautela», pero que la ausencia de vetos permite ser optimista. «No hay oposiciones frontales ni vetos, pero hay que acabar de consolidar confianzas con los estados».