La caída de Santos Cerdán a raíz de su implicación en la trama de cobro de comisiones ilegales del caso Koldo ha sido fulminante. En 48 horas, el PSOE y el entorno de Pedro Sánchez han pasado de defender que el exnúmero 3 del partido y decir que “nunca ha cobrado una comisión” a tacharlo de “indigno” y “sinvergüenza” y tomar tanta distancia como han podido. El mismo Pedro Sánchez intentó contener la crisis como un problema interno del PSOE cuando salió a dar la cara casi un día después de que estallara el escándalo. “No habrá convocatoria electoral hasta 2027, porque esto no va de mí, ni del PSOE, ni de los diputados del PSOE, sino de un proyecto que está haciendo cosas buenas para este país”, dijo Sánchez en una comparecencia más pensada para proteger la Moncloa que para dar explicaciones.

De hecho, ni Sumar, ni ninguno de sus socios de investidura se han dado por satisfechos con la rueda de prensa que dio el jueves. ERC y Junts reclaman acciones contundentes para salvar la legislatura, conscientes de que la alternativa del PP y Vox es mucho peor, pero sin margen de maniobra si se demuestra que la corrupción no es un caso aislado dentro del PSOE. Hasta ahora, la trama de comisiones del caso Koldo afecta de lleno al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, pero también ha salpicado a la expresidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera, y al exdirector general de Carreteras, Javier Herrero. Pero cada vez va más arriba. Cerdán, hombre de confianza de Sánchez y el auténtico fontanero de Ferraz —estos dos últimos años ha tenido la misión de negociar con Carles Puigdemont—, parece que tenía un papel clave en la gestión de las comisiones y habrá que esperar unas semanas para saber si hay más personas implicadas.

Cronología de una caída

Hacía días que el nombre de Santos Cerdán sonaba como parte del caso Koldo, pero no fue hasta el miércoles que estalló la polémica. La Cadena Ser publicó que la Guardia Civil había enviado al Tribunal Supremo un informe con grabaciones entre Cerdán, Ábalos y el asesor de este, Koldo García, donde discutían sobre comisiones cobradas y una deuda que tenían cuatro constructoras de obra pública. El PSOE reaccionó con un comunicado que no dejaba lugar a dudas. “[Cerdán] no ha participado, ni mucho menos influido, en adjudicaciones de obras públicas”, y “nunca ha cobrado una comisión por ello”, decían los socialistas, que además denunciaban que la filtración generaba “indefensión y juicios mediáticos a los afectados”.

Ábalos y Cerdán en una imagen de archivo de una ejecutiva del PSOE / Europa Press

Al día siguiente por la mañana, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, aún calificaba de “rumores” las informaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) sobre Cerdán. A media mañana del jueves partidos como Sumar, el PNV o Bildu ya pedían explicaciones. Entonces, el mismo Cerdán aún decía estar “muy tranquilo” porque no había cometido ninguna “ilegalidad”. Incluso el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, reclamaba dejar “trabajar a los jueces y fiscales, y ya habrá tiempo para opinar”. Todo el relato del PSOE y de la parte socialista del gobierno español se sostenía en la convicción o la esperanza de que la filtración era interesada y que había que esperar a ver el informe completo. Pero poco les duró.

El juez Puente desmonta el relato del PSOE

El juez de la Sala Penal del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, que instruye el caso Koldo, reaccionó levantando el secreto de sumario de la pieza separada que afectaba a Cerdán y le ofreció declarar voluntariamente el 25 de junio porque considera que el informe de la UCO contiene “indicios consistentes” de su participación en el cobro de comisiones ilegales. Después del anuncio de Puente, el nerviosismo comienza a crecer en la Moncloa, en Ferraz y en el Congreso. ERC y Junts también reclaman explicaciones. El PP lleva horas yendo a todas contra Sánchez y quiere “explicaciones, dimisiones y elecciones”.

El informe de la UCO señala a Cerdán como la persona que se encargaba de “gestionar los supuestos pagos” de comisiones e incluye las grabaciones y las transcripciones de una conversación donde discuten sobre el cobro de 620.000 euros por unas obras en Murcia y una deuda pendiente de 450.000 euros más por unas adjudicaciones en Logroño, Sevilla y Sant Feliu de Llobregat. A partir de aquí, el discurso del PSOE cambia radicalmente. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, es de los primeros en salir y dice que Sánchez, que hasta entonces ha evitado hablar del caso, dará explicaciones. Poco después, Cerdán anuncia que dimite y que deja el escaño —aunque aún no lo ha hecho— y que acepta declarar voluntariamente en el Supremo.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, en un pleno / Europa Press

Más tarde, Sánchez comparece desde Ferraz, no desde la Moncloa, para pedir “perdón” a la ciudadanía y se declara una víctima más de las actividades de su mano derecha. Con todo, reconoce parte de su responsabilidad y dice que “el PSOE y yo como secretario general del PSOE no debimos haber confiado en él”. Acto seguido ordena una auditoría externa de las cuentas del partido y adelanta que habrá una “reestructuración” de la Ejecutiva Federal, pero descarta elecciones. “Quiero pedir perdón porque hasta esta mañana estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán”, dijo. Según Sánchez, “a pesar de los rumores sobre las investigaciones, hasta ahora no existía ningún indicio de su participación en la [trama de cobro de comisiones del caso Koldo]”.

Se publican los audios de Cerdán y Ábalos

El viernes, 48 horas después del estallido de la polémica, se clavan los últimos clavos sobre el ataúd político de Cerdán. Al mediodía se hacen públicos los audios. En una de las grabaciones Koldo le pide dinero a Cerdán para entregárselo a Ábalos. El exnúmero 3 del PSOE pregunta a Koldo: “¿Cuánto le dimos?”, y este le responde: “60”. Y Cerdán replica: “Tienen que quedar allí, eran 50 y 10 para ti”. También hay otra conversación donde Cerdán intenta que no se hable de comisiones en voz alta. “Que no lo digo, que yo llevo el papel y lo apuntamos y lo vemos, punto”. Koldo insiste en hablar de números, pero Cerdán lo corta. “Que no quiero que hables de eso, que no se habla”. El exasesor de Ábalos lo intenta por tercera vez y Cerdán finaliza. “Que sí. Ya está, que no hace falta decir tantas cosas… se pone, se ve y se rompe”.

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