Junts presiona a Pedro Sánchez para que consiga adelantos tangibles para oficializar el catalán en la Unión Europea, una condición imprescindible para que el partido de Carles Puigdemont se avenga a negociar la investidura. Después de la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, que ha acabado sin acuerdo y con el primer rechazo público a la propuesta española, Junts ha reclamado al gobierno español que fije una fecha concreta para aprobar la oficialidad del catalán. Como muy pronto podría ser el próximo 15 de noviembre, última reunión del consejo antes de la fecha tope para evitar una repetición electoral, pero las conversaciones informales con los estados miembros hacen pensar que el acuerdo todavía está lejos.

“Desde Junts per Catalunya constatamos que se han producido adelantos, pero el gobierno español tiene que intensificar los esfuerzos diplomáticos y tiene que ser consciente que estamos en tiempo de descuento”, avisa el partido en un breve comunicado. “Habría que anunciar una fecha para la aprobación definitiva de la oficialidad del catalán en la UE. Desde Junts estaremos atentos a que se produzcan novedades en las próximas semanas”. Desde la Moncloa confían que podrán convencer a los estados miembros más reticentes para que den luz verde a la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego, pero cada vez parece más complicado que se pueda aprobar pronto.

Preocupación en los países bálticos por la oficialidad del catalán en la UE

Las delegaciones de Letonia y Lituania han expresado públicamente su rechazo a la propuesta española porque consideran que la Unión Europea tiene asuntos más importantes que tratar, como las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamás. El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha quitado hierro a las declaraciones de ambos países antes de la reunión y ha asegurado que el encuentro ha acabado sin vetos a la propuesta. En las últimas semanas, la diplomática española ha multiplicado los contactos con los 27 para allanar el camino y la reunión del consejo de este martes ha servido para aclarar varias dudas que habían planteado los estados miembro.

Los dos grandes escollos de la oficialidad del catalán en la UE son el coste de las traducciones y el temor a un efecto contagio. Precisamente, Letonia y Lituania tienen muchas reservas porque en sus países hay minorías rusas que podrían intentar utilizar el precedente catalán para generar división social. Albares ha asegurado que la propuesta española es el reflejo del “caso único” de España, con tres lenguas cooficiales reconocidas a la Constitución que se pueden usar en el Congreso y en el Senado y que, además, han sido utilizadas con regularidad para traducir tratados europeos. 

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