El gobierno español ha activado el control de daños para rebajar la tensión entre los socios de coalición y paliar los estragos que la reforma de la ley del solo sí es sí ha provocado en la Moncloa. Después de que el PSOE consiguiera iniciar la tramitación de su proposición de ley en el Congreso gracias a los votos del PP y Cs, los socialistas se han apresurado a descartar que la polémica pueda romper el gobierno a pocos meses antes de las elecciones municipales y Unidas Podemos ha pedido «bajar los decibelios» para intentar llegar a un acuerdo.

La reforma del solo sí es sí ha provocado la peor crisis del gobierno español desde el inicio de la legislatura hasta el punto que los dos partidos han celebrado el 8-M por separado. PSOE y Podemos han intercambiado reproches muy duros por la manera cómo se ha gestionado la modificación de la ley, que en contra de lo que había previsto el Ministerio de Igualdad ha provocado una avalancha de rebajas de penas y excarcelaciones de agresores sexuales y violadores. Los socialistas apuestan por endurecer las penas y, en cierto modo, volver al modelo anterior, mientras que la formación morada insiste en que el consentimiento tiene que estar en el centro de la ley.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Congreso / Europa Press

El gobierno español intenta rebajar la tensión y apuesta por trabajar con discreción

El día siguiente a la polémica votación en el Congreso, varios ministros socialistas han intentado rebajar la tensión con Podemos. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado que «hay gobierno para rato» y está convencido de que el «clima mejorará» entre los socios de la coalición. «Sin duda el debate no fue el mejor de la historia», ha reconocido. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también ha asegurado que la coalición llegará al final de la legislatura y ha apostado por «rebajar el tono».

El presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, ha hecho unas declaraciones en la misma línea y ha pedido «bajar los decibelios» del debate para propiciar un acuerdo, puesto que cree que el «feminismo no merece esta situación». Asens también considera que la coalición «no está en riesgo» y ha apostado para «trabajar con discreción». La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que se ha mantenido en un segundo plan durante la parte más cruenta de la polémica, ha pedido «responsabilidad» a los partidos. «Nunca tendríamos que haber llegado hasta aquí», ha sentenciado.

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