Polémica en el Congreso en el proceso de implantación del catalán, el vasco y el gallego como lengua de trabajo de la cámara baja. La Mesa, controlada por el PSOE y Sumar, ha aprobado este martes un nuevo acuerdo que amplía el uso de las tres lenguas cooficiales en el ámbito parlamentario, en especial a las comisiones. El problema es que el acuerdo excluye la traducción simultánea del catalán y las otras dos lenguas en las reuniones internacionales, las comisiones mixtas del Congreso y el Senado que tengan lugar en la cámara alta y, lo más relevante, las sesiones que se celebren a puerta cerrada, como la siempre discutida comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados, más conocida como comisión de secretos oficiales.
La decisión, según han informado a Europa Press fuentes parlamentarias, salió adelante con los votos a favor del PSOE y Sumar y la negativa del PP que, a pesar de las limitaciones impuestas por los partidos de gobierno, está en contra de la normalización del catalán en el Congreso. La cuestión también se trató a la Junta de Portavoces, donde Vox se posicionó contra el acuerdo. Populares y ultras rechazaron el pasado mes de septiembre la modificación del reglamento de la cámara baja que permitía el uso del catalán, el vasco y el gallego. Era una de las condiciones de los partidos independentistas a Pedro Sánchez para votar a favor de Francina Armengol como presidenta del Congreso y garantizar que habría mayoría progresista.
Ampliación del servicio de traducción en el Congreso, con mucha letra pequeña
El nuevo acuerdo de la Mesa del Congreso prevé que el servicio de traducción simultánea, que ahora mismo está disponible en los plenos y en la Diputación Permanente, se amplíe a todas las comisiones que tengan carácter público. Esto quiere que decir que la Comisión de Peticiones —que integran un reducido grupo de diputados y examina solicitudes y quejas que se hacen en el Congreso—, la Comisión del Estatuto del Diputado —formada por un diputado de cada grupo— y la mencionada comisión de secretos oficiales, puesto que todas se reúnen a puerta cerrada. Tampoco habrá traducción en las ponencias, reuniones preparatorias de las comisiones de investigación en las cuales se debatan planes de trabajo ni ninguna otra comisión que tenga carácter secreto.

En cuanto a las reuniones que tengan carácter internacional, como los viajes de las delegaciones a organizaciones parlamentarias al exterior o visitas de delegaciones parlamentarias extranjeras, “únicamente se ofrecerá traducción simultánea o consecutiva entre el castellano y la lengua extranjera correspondiente en aquellas reuniones para las cuales la Mesa haya autorizado gastos de interpretación”, recoge el acuerdo. Así mismo, está previsto que solo haya traducción simultánea en las reuniones de las comisiones mixtas Congreso-Senado que se celebren en la cámara baja. Además, para que se active el servicio hará falta que cada vez lo pida al menos un grupo parlamentario antes de las 10.00 del viernes de la semana anterior a la reunión.
Sistema de prioridades que favorece el castellano
El acuerdo de PSOE y Sumar también establece un sistema de prioridades que entrara en funcionamiento si hay más de tres sesiones de comisión al mismo tiempo. La prioridad siempre serán las sesiones donde se tramiten leyes. Después van las comparecencias del gobierno español, de autoridades, la tramitación de proposiciones no de ley y “otros asuntos”. Cuando no esté disponible el servicio de traducción simultánea, el Diario de Sesiones solo recogerá las palabras pronunciadas en castellano. En el supuesto de que algún diputado use una lengua cooficial, la publicación oficial solo recogerá sus palabras si proporciona una traducción escrita en castellano y siempre con la advertencia de que no se garantiza su veracidad.
Las tres primeras salas de comisión donde se podrá hacer la traducción simultánea son las llamadas Constitucional, Ernest Lluch y Prim, puesto que son las únicas que lo permiten. Se usarán los auriculares y las petacas que se utilizan en el pleno. Esta situación se alargará como mínimo hasta junio, cuando acaba el periodo de sesiones. Hasta que no se haya implantado el sistema de traducción en todas las salas, si hay más de tres reuniones a la vez, cuando no haya traductores, los diputados que hablen en lenguas cooficiales se tendrán que autotraducir al castellano o enviar su intervención traducida por escrito.