José Maria Aznar ha vuelto a Barcelona para repetir sus usuales ataques al independentismo. El expresidente del gobierno español y dirigente de la Fundación Faes -lo
Aznar, así, ha contrapuesto sus entendimientos con la antigua convergencia con los acercamientos actuales entre el PSOE y los partidos catalanes, con «supresiones a la carta, indultos arbitrarios, amnistías inconstitucionales y financiaciones unilaterales en beneficio propio». Critica, en este sentido, que la aprobación de la ley de la amnistía suponga una corrección por parte del Estado español: «quién indulta perdona; quien amnistía, pide perdón», ha declarado el expresidente español. En este sentido, reivindica el pacto de investidura con la antigua Convergència; uno que, asegura, «los españoles entendieron». «Cuatro años después, nos daban una mayoría absoluta y los índices de sentimiento secesionista registraban mínimos históricos», apostilla. A diferencia, vuelve a comparar, de la situación actual, donde la «coalición tóxica» del independentismo amenaza también las formaciones de ámbito estatal.

«Perfeccionar es acertar»
El conjunto de la intervención del líder conservador español ha sido cargado de nostalgia política. Más atrás encara del Majestic, Aznar ha hecho mano del referéndum constitucional para denegar las aspiraciones nacionales del país: «La Constitución es todavía la opción más votada aquí», asegura, en recuerdo del 6 de diciembre del 78. El régimen salido de aquella mayoría, sentencia la exmandatario, marca encara el «cruce histórico» de la política española. A parecer suyo, el sistema político se tiene que conservar -«desvirtuarlo fue un error, romperlo sería uno de más grande»-; si bien se puede «perfeccionar».
En este sentido, no augura futuro a las opciones políticas partidarias de una ruptura con el régimen del 78 -un espectro en que, cada vez más, incluye el Partido Socialista-. Se ha emperrado, de hecho, a referirse a la difícil situación interna que pasan tanto Juntos como Esquerra Republicana de Cataluña: «Antes de que España, se romperán los que quieren dedicar su esfuerzo a dislocar su realidad nacional», analiza el presidente de la Faes. En este sentido, augura una descomposición de aquellos espacios políticos que sitúa a la trinchera opuesta de lo