«A menudo nos olvidamos que detrás de los políticos hay personas. Y yo, no me da vergüenza decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer, que vive con impotencia el barro que sobre ella esparcen día sí y día también. Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, todo y el barro en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si tengo que continuar al frente del gobierno o renunciar a este alto honor». Es el fragmento más comentado de la carta a los ciudadanos que envió el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, el día antes de que arrancara la campaña electoral en Cataluña. Más allá de las consideraciones políticas que merezca que por primera vez un presidente que representa la continuidad de el régimen del 78 admita que no cree en la justicia española, y deje en suspenso su agenda 5 días para reflexionar, sobre Pedro Sánchez y el PSOE pesa la sospecha de si se trataba estrictamente de una campaña de marketing que juega con las emociones y la empatía de los ciudadanos ante el sufrimiento con el objetivo para españolizar el 12-M y ayudar Salvador Isla.

«La táctica de siempre de Pedro Sánchez»

De hecho, no es la primera vez que parecía que el líder del PSOE estaba al umbral del precipicio y acaba resurgiendo con más fuerza, un gato con siete vidas. Pero cómo sobrevive? El profesor de Comunicación Política de la UPF y autor del libro La política de les emocions (Ed.Arpa, 2020), Toni Aira, apunta a una combinación de saber adoptar un rol de salvador y a la vez apelar a las emociones más primarias como la empatía por aquel que es atacado: «Pedro Sánchez es consciente de que, por él mismo, no tiene un gran atractivo como jefe de cartel y no marca la diferencia, de hecho, con él el PSOE no ha tenido precisamente los mejores resultados de su historia. Pero es hábil y ha encontrado la manera de sobrevivir siempre, presentarse como la alternativa en los malos malísimos que él detecta que hay una parte de la opinión pública que no quiere ni en pintura«. De hecho, Aira recuerda que Sánchez ya ganó la partida con esta estrategia a escala interna, con Susana Díaz, a quien convirtió en la mala, también ganó con Pablo Casado y el 23-J con PP y VOX, y ahora con «la ultraderecha, la fachosfera y los pseudomedios contra su familia».

Reforzar el relato para una legislatura convulsa

En este caso, Sánchez eligió un momento muy concreto para difundir su carta y desconectar cinco días. La campaña electoral del 12-M en Cataluña. En este sentido, Pau Canaleta, consultor en comunicación y profesor de Comunicación Política de la UB, considera que el líder del PSOE y presidente parte de un factor determinante, «que es que realmente su mujer es su punto débil y lo ha afectado la persecución, pero con esta jugada tiene varios objetivos políticos que transcienden de largo las emociones». El primero, señala este experto, es «acabar el ciclo electoral que empezó con las municipales del 28-M, siguiendo por el 23-J, las gallegas, las vascas, ahora las catalanas y las europeas, y en concreto, en el Parlamento Europeo intentar que la distancia entre el PSOE y el PP no sea tan grande. Claramente, con esta jugada Sánchez quiere activar los votantes catalanes para reforzar Isla y mirar de consolidar el PSC como el partido central de Cataluña«.

Una carta en las redes sociales del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha impactado de pleno en el 12-M/ EP

El profesor de la UB cree que Sánchez tiene también un segundo objetivo, reforzar su figura «para los próximos tres años, porque si no hay repetición en Cataluña o avances en el Congreso, será un periodo sin urnas». Pero la estrategia de Sánchez también contempla un escenario más convulso, y busca «poner los cimientos del relato -regeneración democrática- de las próximas españolas, porque viene una legislatura muy compleja en el Estado, de momento sin presupuestos y que podrían avanzarse según como vayan las catalanas», argumenta Pau Canaleta en conversación con El Món. De hecho, después de los cinco días, Pedro Sánchez no solo dijo que no plegaba, sino que estaba en disposición de volver a ser candidato del PSOE. Como Aira, Canaleta también remarca la habilidad que ha tenido Pedro Sánchez de «erigirse en el líder de la lucha contra un enemigo, una lucha con la cual empatice un grosor de la sociedad, en este caso, contra la extrema derecha».

De hecho, los dos expertos analizan por qué Sánchez eligió justamente el día antes de que empezara la campaña electoral del 12-M. Apuntan que, si bien las encuestas dan la victoria al candidato del PSC, Pedro Sánchez ha querido animar al electorado socialista que tradicionalmente no se moviliza en las elecciones catalanas y sí en las españolas. «Un ciudadano que vive en Cataluña, pero que se informa a través de medios españoles, no tiene el clima electoral necesario para movilizarse, por esta razón Pedro Sánchez ha elegido este momento, para hispanizar la agenda del 12-M y movilizar este abstencionismo socialista que tradicionalmente desconecta de las elecciones en el Parlamento», añade Pau Canaleta.

De dejar la Moncloa a la Feria de Abril

Ahora bien, qué riesgos tiene hacer política con las emociones? “Pedro Sánchez ha jugado de manera muy explícita la carta de la lágrima, de quererse identificar con todo el mundo que cree que su caso está afectando los cimientos de la democracia, y mostrándose tan afectado como para plantearse dejar el gobierno, y en el jefe de cinco días pasearte triunfal por la Feria de Abril en Barcelona en plena campaña electoral, esto puede superar la frontera del hecho razonable para algunos, incluso para aquellos que ya hubieran hecho confianza a Salvador Illa”, alerta profesor de Comunicación Política de la UPF Toni Aira.

Sea como fuere, Aira cree que este marketing de «todos con Pedro y sus siglas» es una arma de doble corte. «Puede arrastrar una parte del electorado que ya esté específicamente proclive y que no pensaba ir a votar, pero puede generar un gran rechazo en otros y movilizar a la contra otras formaciones políticas. En el caso del 12-M, esta reacción de movilizarse más puede venir por la parte españolista de derechas, y por la parte independentista sobre todo de Junts, porque ERC y Comuns, a pesar de que se hayan querido desmarcar ahora, han ido dando a Pedro Sánchez todas las muestras de apoyo posible y empatía. Ven que no hay alternativa al PSOE y están comprando una parte del relato emocional que engancha mucha gente», sentenciar el profesor de la UPF.

Lluïsa Moret, Pedro Sánchez i Salvador Illa, al mitin de este jueves a Santo Boi del Llobregat/Jordi Play/PSC
Lluïsa Moret, Pedro Sánchez i Salvador Illa, en un mitin a Santo Boi del Llobregat/Jordi Play/PSC

Sobre las emociones, Pau Canaleta añade que, en política hay dos factores que movilizan al electorado, el miedo y la esperanza. «En este caso, Pedro Sánchez ha jugado con una combinación de ambas emociones para movilizar a su electorado, con una campaña victimista en que de una manera clara apela no solo al votante tradicional del PSOE, sino a los votantes de izquierdas, para que voten a los socialistas, tanto en las catalanas como en las europeas, por la injusticia que se está cometiendo con él». Una estrategia que este profesor circunscribe a un objetivo político de más largo alcance, convertir el PSOE en «el único partido progresista español». De hecho, señala Canaleta, «Sánchez ya se está comiendo toda la izquierda que tiene a su alrededor, lo vimos en Galicia y lo veremos en Cataluña, y Sumar dentro del gobierno ya acalla la disidencia. Con el lawfare y la extrema derecha, Pedro Sánchez ha salido a cazar a los votantes de la izquierda porque Sumar vuelva a ser una Izquierda Unida», concluye.

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