Fue una historia casi de éxito, pero no se consumó. Obtuvo más de 113.008 votos y solo la alta participación les dejó a las puertas de obtener representación en el Congreso de Diputados en las elecciones estatales del 29 de abril de 2019. Unas elecciones duras que forjaron una formación bautizada como Frente Republicano que en Barcelona encabezaba el activista, periodista y exdiputado de Podemos en el Parlamento de Cataluña, Albano-Dante Fachín, con los activistas Mabel Rodríguez y Guillem Fuster. Una candidatura que tenía el reconocimiento de formaciones como Poble Lliure –que forma parte de la CUP–, Alternativa y el Partido Pirata y con nombres que aportaban víctimas directas de la represión del referéndum del 1-O de 2017, como por ejemplo el músico Roger Español, que perdió un ojo por la violencia policial contra la consulta soberanista.
Ante el resultado de las municipales, poco generoso con las tres fuerzas independentistas parlamentarias, y con la conclusión de que muchos independentistas se quedaron en casa, los impulsores de aquella iniciativa sopesan volver a presentarse ante la convocatoria repentina de elecciones al Congreso para el 23 de julio. «Es una oportunidad, pero como fórmula de confrontación, no para investir a nadie ni para evitar la investidura de otro, solo se puede ir al Congreso a reclamar el Primero de Octubre, a hacer que nos echen para hablar en catalán y a no aprobar presupuestos españoles», sentencian fuentes del núcleo impulsor de la iniciativa consultadas por El Món. Ahora bien, subrayan que repetir la fórmula del Frente se tiene que hacer de manera contundente y con este programa, «simple y llanamente». De aquí que hayan empezado las primeras conversaciones informales y reflexiones. Incluso hay quien han ido un paso más allá y ha programado uno
Unas elecciones al Congreso que ven como «una oportunidad»
«Aquella vez nos quedamos a las puertas, todo por una alta participación que ahora también se prevé, pero la situación actual es diferente», comentan. «Ahora se ha visto que no había ninguna estrategia independentista en Madrid por parte de los otros partidos, una estrategia que para nosotros implica poner España en problemas, no ir a solucionárselos», indican las mismas fuentes. «Ahora sería un buen momento, ni ERC, ni Junts, ni la CUP son creíbles y tienden a entrar en el marco mental español, ahora dicen que necesitan los votos independentistas para asustar al lobo de la extrema derecha española, una justificación más para investir un presidente del PSOE», opinan otras voces que también participaron en la aventura de ahora hace cuatro años.
«De todas maneras, hay que ser cuidadosos, hay mucha gente independentista –muy activa y muy politizada– que se quedó en casa este domingo y ha perdido el miedo a la abstención, y quizás ahora le han encontrado el gusto!», razonan otros exmiembros del Frente Republicano. «Lo vería como una muy buena opción, a pesar de que seguramente, recuperar la confianza en la política de los posibles votantes, ahora ya es muy complicado», admiten otros miembros en conversación con El Món. «Bien es verdad que tal como está el ambiente, molaría de nuevo el Frente!», alegan dos exmiembros de la lista. «El que es evidente es que la actual situación fomenta una iniciativa como la de 2019», concluyen.

Un chat que empieza a hervir
Con esta idea, activistas que participaron en la articulación del Frente Republicano han movido ficha y han empezado a debatir y tantear la situación para buscar aliados o gente que analice la conveniencia de articular una opción electoral de este tipo el 23-J. La idea de fondo es que el independentismo en el Congreso solo tiene que servir para «torpedear y trolear», «hacer patente que ni siquiera te dejan hablar en catalán» y que «hay una minoría nacional catalana sometida por la fuerza al poder del Estado». En definitiva, el programa electoral que hoy por hoy se plantean es bastante breve: «Hablar en el Congreso solo en catalán, hasta ser expulsados de la tribuna por la fuerza, no investir ningún presidente español y no aprobar ningún presupuesto español».
El debate ha empezado y es «intenso y encendido», pero ya se divisan fórmulas para dar forma y logística a una virtual plataforma electoral basada en el Frente Republicano de 2019. En este sentido, se está estudiando el coste de la campaña y un sistema de financiación popular a través del
