Caras largas en la estación del Nord ya desde antes de que se hiciera público el sondeo de TV3, que daba a ERC entre 24 y 27 escaños. Finalmente, los republicanos se han quedado con 20 diputados de los 33 que tenían, una bajada que ha provocado que el presidente de la Generalitat y candidato de ERC haya anunciado que el partido, a pesar de tener opción aritmética de hacer un acuerdo con el PSC y los Comunes, pasará a la oposición. Pere Aragonès ha comparecido flanqueado por todos los cuadros del partido, y entre aplausos, ha reconocido que el partido ha obtenido «muy malos resultados», asumiendo que no han podido «revertir la tendencia de las elecciones municipales y las generales». «En ERC asumiremos la voluntad de la ciudadanía y trabajaremos para nuestro proyecto político, pero lo haremos en el lugar donde la ciudadanía ha decidido, en la oposición», ha sentenciado Pere Aragonès.

La pinza «PSC-Junts» contra el Gobierno
Pere Aragonès ha explicado que probablemente «la ciudadanía no ha valorado suficientemente la obra de gobierno y los frutos de la negociación para parar la represión», y que ha elegido otro camino para el país. El republicano también ha querido remarcar que su ejecutivo ha sufrido un asedio externo para hacerlo caer: «PSC y Junts han ganado, la polarización ha ganado y constatamos que la oposición al gobierno independentista y de izquierdas ha dado resultado. Bien, pues corresponderá a esta oposición al gobierno tomar la iniciativa». Una ‘sociovergencia’ que sumaría 77 escaños, pero que Junts+Puigdemont descarta. Sea como fuere, el ganador de las elecciones ya ha anunciado que se presentará a la investidura.
Todo y la bajada electoral, el candidato republicano ha dicho que ERC no tirará la toalla y que se reafirma en su proyecto: «Tenemos 93 años de historia, somos gente de izquierdas y defensores de la independencia de los Países Catalanes. Hoy no es unas buenas noches, tendremos delante años de dificultades, pero el proyecto continuará», ha garantizado Aragonés.
Abre la puerta a no ser diputado
Esta derrota electoral, como ya había avanzado a las ocho y media de la noche la portavoz de los republicanos, Raquel Sans, obligará el partido a «hacer reflexiones». Y en este sentido, Pere Aragonès, que ya dijo que no sería consejero de un gobierno que él no presidiera, pero que había dejado la puerta abierta a hacer oposición si gobernaban PSC y Juntos, ha dado a entender que se plantea plegar: «Es momento también de asumir responsabilidad individuales, que haré y haremos en los órganos del partido una vez analizados los resultados, además de poner al día nuestro proyecto de acuerdo con el nuevo contexto político y la correlación de fuerzas».
Como ha dicho el candidato, ERC había centrado la suya campaña electoral en la reivindicación de la acción de Gobierno y en los frutos de la negociación política con Madrid. Y sin saber que justamente los 20 escaños de ERC serían los que sumarían exactamente 68 diputados con el PSC y los Comuns, Aragonès no había cerrado del todo la posibilidad de un tripartito propuesto por Salvador Isla, si bien insistía cuando se le preguntaba, que los republicanos tenían tres líneas rojas que un hipotético socio tendría que aceptar: poner las bases del referéndum acordado y validado internacionalmente, una financiación singular y un refuerzo del estado del bienestar y la lengua catalana.