Una de las tres líneas rojas que ha fijado ERC para negociar acuerdos de gobierno con formaciones políticas es la consecución de una financiación singular, con una propuesta que incluye la cesión del 100% de los impuestos recaudados por Cataluña, y con el establecimiento de una cuota de solidaridad y la transferencia de los importes de los servicios prestados por el Estado al país. Una línea roja que, de entrada, excluye a los dos partidos con los cuales previsiblemente tendría opciones de pacto ERC. El presidente de la Generalitat y candidato de los republicanos, Pere Aragonès, ha tildado la propuesta que ha hecho el PSC de financiación de ser propia de un «súbdito de Moncloa»: «Es la menos ambiciosa y la menos molesta para Madrid, un consorcio tributario que no permite a Cataluña gestionar los tributos, y que, además, el PSC quiere someter a una mesa de negociación multilateral con Isabel Díaz Ayuso y el PP». Pero además, el candidato republicano ha advertido de que la propuesta de financiación de Junts no es mejor: «Es una propuesta estrafalaria, improvisada y sin rigor, si se aplicara, quedaríamos peor de lo que estamos ahora», ha sentenciado.
«Con Junts perderíamos 10.000 millones»
¿La razón? Aragonès ha detallado que con el acuerdo de investidura, los republicanos consiguieron una condonación de 15.0000 del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), pero que con la propuesta de Junts, que consiste en cancelar la deuda con el Estado por anticipado de las inversiones presupuestadas y no ejecutadas, «solo serían 5.000 millones, una cifra que todo el mundo sabe que es inferior a los 15.000. Por lo tanto, si asumiéramos la propuesta de Junts, perderíamos 10.000 millones», ha avisado el republicano. ERC denuncia que «con las finanzas confiscadas no podemos devolver a la gente el esfuerzo que hace en forma de servicios públicos».
Por su parte, la consejera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, ha puesto algunas cifras: «Hemos revertido los recortes de 10 años, con un fortalecimiento presupuestario del 26%, que habría sido del 34% con las cuentas aprobadas y sin subir impuestos y con una primera reducción del IRPF para rentas inferiores a los 35.000 euros». En este sentido, la consejera ha lamentado que los Comuns, con su no en los presupuestos, «hayan perjudicado a la ciudadanía por su voluntad de desgastar al Gobierno». También ha dicho que la Generalitat solo recauda el 9% de los tributos que se generan en el país, lo cual supone un déficit fiscal de 22.000 euros anuales, el 10% del PIB catalán.
Una financiación para el ‘mientras tanto’
La vicepresidenta del Gobierno, Laura Vilagrà, ha asegurado que «ERC trabaja incansablemente por la independencia del país, pero no nos negamos la posibilidad de mejorar la vida de la ciudadanía hasta entonces». Y esto pasa, ha dicho, por batallar ahora una financiación singular. «Cataluña quiere ser cómo Euskadi, ellos refuerzan los servicios públicos y nosotros también lo hacemos, pero aquí trabajamos con una mano atada».
Pere Aragonès ha asegurado que si tiene la oportunidad, «repetirán todos los consejeros y consejeras» de su primer Gobierno: «Tenemos el mejor equipo y me siento extraordinariamente satisfecho de todas ellas y ellos, somos un gobierno transformador y con muchas ganas de poder continuar».