Los intereses de España son, también, los del gran capital. Este es el grito que se ha desprendido de la primera intervención de Laia Estrada como número 1 de la lista de la Candidatura de Unidad Popular para las elecciones en el Parlamento de Cataluña del 12-M. En un discurso en la sede nacional del partido, en el Poblenou, la tarraconense ha planteado los comicios como un «plebiscito»: «Hay dos modelos de país: el de Foment del Treball, y su portavoz Salvador Illa; o una transformación del futuro que busque el bienestar de las mayorías». Así de contundente se ha mostrado lo encara diputada, que identifica los programas de buena parte de sus rivales electorales con los intereses de las grandes patronales –catalanas y, subsidiariamente, españolas–. Estrada encabezará una lista por Barcelona que también contará con los ya diputados Laure Vega -que encabezó la segunda opción a las votaciones de la militancia del último fin de semana- y Xavier Pellicer; así como la que fuera teniente de alcalde de Ripollet entre el 2015 y el 2023 Pilar Castillejo. Los resultados finales han sido validados por el 80% de la militancia de la formación.
El Gobierno de Aragonés, ha lamentado Estrada, «ha sido pasivo ante las movilizaciones del pueblo»; ausente ante las reclamaciones de colectivos tan diversos como el campesinado, los profesionales del sector sanitario o educativo, y tantos otros que se han sucedido en la última legislatura. Tanto el PSC como Juntos, así como Esquerra, llegan a estos comicios -con alta carga política, según la CUP con un programa «negacionista», en la línea de un «modelo extractivista, de macroproyectos y sumisión en el Estado». Un modelo, a ojos de los anticapitalistas, que «nos lleva al colapso climático, social y nacional». La línea de los cupaires de cara en mayo vincula la lucha nacional con los diversos cambios en los ámbitos social y ecológico que consideran imprescindibles: la liberación nacional, argumentan, se mueve en la línea de unas «clases populares que resisten, que empujan por un cambio en sus condiciones de vida».
«La agenda de Sánchez Llibre», en palabras de Estrada, convierte la política catalana en «subsidiaria» de una actualidad española que concentra los grandes capitales que faltan en Barcelona. En este sentido, la CUP reivindica una «agenda política propia» vinculada no solo en las diversas luchas sociales, sino también al proyecto independentista. El «modelo que enriquece a unos pocos mientras ahoga la mayoría» que denuncian los cupaires sirve también de freno de un «nuevo rumbo de país que haga frente a la emergencia climática, social y nacional» ante la cual se encuentra Cataluña. «Hemos llegado hasta aquí por un sistema económico que solo busca el beneficio a expensas de expoliar el planeta», espeta la candidata.

Las constantes referencias a los «macroproyectos» como única opción a los programas de Esquerra, el PSC y Juntos evidencia que los cupaires disputan el rechazo al Hard Rock que, a raíz de su negativa en los presupuestos, enarbolan ahora los comunes. No va, Estrada ha sido una de las caras visibles del rechazo de los anticapitalistas a el casino. A la presentación de los candidatos, de hecho, la «lucha para parar el Hard Rock y otros macroproyectos» es la primera que reivindica la formación para subrayar el perfil de su jefa de cartel; recordando el trabajo en la investigación sobre la compraventa de los terrenos asignados a las instalaciones en Salou.
Ecologismo a todas las listas
«Toca defender la tierra», declara Estrada; al frente de una candidatura a todo el país que hace sedes los intereses tanto del movimiento ecologista como del movilizado campesinado del país. Como número 1 a la demarcación de Girona consta Dani Cornellà, «referente en la lucha ecologista y en el trabajo municipalista» en las comarcas del nordeste catalán. Cornellà fue la principal voz de los anticapitalistas al conjunto de la actividad parlamentaria alrededor de las manifestaciones campesinas que han parado el país las últimas semanas –especialmente durante el pleno monográfico en el Parlamento, donde reivindicó alternativas como una alternativa pública de distribución o una agencia de la Generalitat para controlar la propiedad de la tierra agraria, a imagen del modelo francés–.
En una línea similar se mueve la opción leridana del partido, Bernat Lavaquiol, una de las caras visibles de la Plataforma Stop JJ. OO. contra los Juegos Olímpicos de Invierno. También en el marco de la lucha ecologista se ha desarrollado la militancia de Sergi Saladié, cabeza de lista por Tarragona. El que ya fuera diputado en el Parlamento entre el 2015 y el 2018 fue portavoz de la Coordinadora anticementerio Nuclear de Cataluña; y es una de las grandes voces del movimiento contra las nucleares al país. El segundo de la misma lista será, de hecho, Eloi Redón, el joven portavoz de la Plataforma Paramos el Hard-Rock; en una nueva prueba del protagonismo que la CUP quiere dar al movimiento ecologista en su propuesta para los comicios de mayo.