La CUP ha dado el pistoletazo de salida a la carrera electoral para las elecciones del 23 de julio aprovechando para cargar la decisión de la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, de excluir un referéndum de Cataluña de su programa electoral. La formación anticapitalista considera que la decisión de Díaz «entierra definitivamente la autodeterminación» y borre el «referéndum» de su propuesta, puesto que esta es una de las claves que hizo los comunes ganaran dos elecciones en el Congreso en Cataluña.
Los reproches, pero, no solo han ido hacia Sumar. La cabeza de lista en el Congreso de los cupaires, Albert Botran, ha centrado su intervención criticando las «malas políticas de los socialistas», unas políticas que considera que «son un peligro por el clima, por la lengua y por los derechos sociales». Por Botran la única solución viable por Cataluña es lograr la independencia de Cataluña, puesto que valoran que continuar llegando a acuerdos con el partido socialista solo construye «un modelo de país totalmente obsoleto».

En este sentido, de hecho, los cupaires han hablado de «malas políticas» de los socialistas haciendo referencia a la ampliación del aeropuerto y la autovía B-40 entre Terrassa y Sabadell. Unas políticas de las cuales consideran responsable el líder del PSC en Cataluña, Salvador Isla, y lo acusan de alardear de un «negacionisme climático a la altura de PP y de Vox». Una responsabilidad, pero, que no repercute estrictamente a los socialistas, puesto que los cupaires recuerdan que ERC pactó con ellos los presupuestos, aceptando así, pues, estas «malas políticas».
Frenar las derechas
Durante su intervención, la número 2 de los anticapitalistas por Barcelona, Laura Vega, ha explicado que su objetivo por estas elecciones es «captar el voto que no acepta la resignación» para frenar las derechas: «Si gana el PP, gana Vox y gana Desokupa», es decir, que si las derechas entraran a la Moncloa, según consideran los anticapitalistas, el gobierno español estaría ocupado por «requesones que llevan traje y corbata».