David Martínez Madero fue uno de los fiscales anticorrupción más destacados de Cataluña. Su nombre tenía gran prestigio por operaciones destacadas contra los tentáculos de las mafias rusas y georgianas instaladas en Cataluña y con las operaciones contra la corrupción policial que desembocaron en los casos Saratoga y Riviera, sobre los negocios de mandos policiales a través de los famosos prostíbulos en Cataluña. Su colaboración con los Mossos d’Esquadra y el hecho de que fuera nombrado primer director de la Oficina Antifraude de Cataluña, el 20 de mayo de 2009, lo convirtió en uno de los objetivos de la policía patriótica. Tanto es así, que la policía patriótica presumía de haberlo «matado entre comillas”. Madero murió repentinamente de un infarto en el aeropuerto de Milán, el 20 de enero de 2011. Y José Manuel Villarejo explicaba en una conversación, cuatro años después, que posiblemente le había provocado él el infarto por la amenaza que le había lanzado en una llamada horas antes de la muerte.

De hecho, así se expone en los audios y las agendas integrados en las diligencias 96/17 del juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, la macrocausa bautizada como Tándem, que investiga las actividades privadas del comisario de inteligencia, ahora jubilado, José Manuel Villarejo.

Conversaciones entre responsables policiales muestran como Madero era un objetivo a abatir y un peón antes de llegar al que todavía consideran el enemigo número 1, el fiscal anticorrupción José Grinda, que acusan de trabajar directamente para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La ofensiva contra Madero fue más allá incluso de su muerte. El odiado Martínez Madero fue sustituido como jefe de la Oficina Antifraude por el juez Daniel de Alfonso, que conspiraba con Jorge Fernández Díaz contra el soberanismo.

Parto de la agenda donde anotan las relaciones de Madero que califican de Cantamañas/Quico Sallés
Parte de la agenda donde anotan las relaciones de Madero que califican de ‘cantamañas’ / Quico Sallés

La revancha por la detención de un policía, la clave 

Uno de los elementos para entender la conspiración contra Madero es la figura de la ex inspector de policía Antonio Giménez Raso, socio de Villarejo en la expansión de las actividades del comisario en Cataluña. Giménez Raso, alías Tony, fue detenido el febrero de 2008 a raíz de la investigación de la operación Gamba Roja, por un esperpéntico robo de un contenedor de cocaína balizado por la agencia norteamericana DEA. El caso destapó una trama de corrupción policial y una guerra de confidentes que desembocó posteriormente en los casos Riviera y Saratoga y, posteriormente, en la operación Macedonia, un caso instruido por un juez muy conocido por el independentismo, Joaquín Aguirre, titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona e inspirador y director de la causa Volhov.

La detención de Raso fue ordenada por el juzgado de instrucción número 3 de Martorell después de que la hubiera pedido el fiscal del caso, justamente David Martínez Madero. En esta causa aparecerá un personaje que habría colaborado con los Mossos d’Esquadra, el empresario Manuel Guitérrez Carbajo, que pasó de testigo clave a ser procesado como narcotraficante, y absuelto, por todos estos casos. La policía española consideraba que Gutiérrez Carbajo era amigo de los Mossos, para los cuales hacía “mejor” de confidente. La detención de Tony provocó un descalabro en la cúpula de la policía patriótica, entonces integrada por el comisario en jefe de la UDEF, José Luis Olivera, y el comisario Villarejo. Los dos encargaron al comisario Carlos Salamanca, alías Charly, intentar la liberación de Tony. En varias anotaciones en las agendas de Villarejo ya se constata la desazón que todos pasaban porque tenían uno de los suyos entre rejas.

Parto de la agenda de Villarejo cuando detienen Tony y la desazón que genera/Quico Sallés
Parte de la agenda de Villarejo cuando detienen Tony y la desazón que genera/Quico Sallés

De hecho, el 21 de febrero hay una anotación de Villarejo que constata que Tony no ha dado señales de vida a pesar de que habían concertado una reunión. A continuación, el comisario anota una llamada en la cual hace constar que han comentado «en clave» que Tony tiene «problemas”. Y continuamente aparecen anotaciones sobre el estado de Tony, el apoyo que le tienen que dar y como le tienen que preparar el futuro. Todo hasta que es liberado. A partir de aquí empezaría la revancha contra Madero.

Una operación absolutamente discreta. La explicación de todo la dan el mismo comisario en jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y Villarejo en una densa conversación de 45 minutos el 1 de octubre de 2013. Una conversación donde cargan contra Madero, con insultos muy duros, por su favoritismo por la Guardia Civil y por su proximidad con los Mossos, que supuestamente le permitió acceder a ser jefe de Antifraude.

Una conversación entre Marcelino Martín Blas i Villarejo donde cargan con el mochuelo contra Madero y Grinda/Quico Sallés

El 31 de noviembre del 2008 hay una anotación en la agenda de Villarejo en referencia a Madero. De hecho, es de las pocas que no está en clave. Incluso mencionan al coronel Alarcón, oficial de la Guardia Civil que fue acusado en su día de pasar información a Gutiérrez Carbajo sobre las aprehensiones de droga. En esta anotación califican Madero decantamañas” y critican su protección, que hace que no acaben de encontrar la manera de neutralizarlo. Una protección que tenía el entonces fiscal de la operación Avispa, la primera gran causa contra el crimen organizado en Cataluña que dirigió Madero contra la mafia georgiana que actuaba desde Tarragona. La intención de la policía patriótica era desprestigiar a Madero filtrando información según la cual cobraba de narcotraficantes para hacer la vista gorda con determinadas mafias o utilizando la misma práctica que contra el fiscal José Grinda, acusándolo de pedófilo.

Anotación a la agenda de Villarejo sobre la relación de Alarcón y Carbajo por parte de una reunión con Tony/Quico Sallés
Anotación en la agenda de Villarejo sobre la relación de Alarcón y Carbajo por parte de una reunión con Tony/Quico Sallés

La conversación en que Villarejo dice que «probablemente» le provocó el infarto a Madero 

El hecho que Madero fuera nombrado jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña con los votos del tripartido todavía añadió más leña al fuego. En este sentido, interpretaban que el enemigo de la Policía Nacional española se había convertido al catalanismo y se cerraba el círculo. Así pues, la presión de la policía patriótica habría subido el tono contra el fiscal, hasta el punto que Villarejo presumía de haber «matado Madero entre comillas” en una larga conversación, el 25 de abril del 2014, con el comisario Juan Rueda, subdirector general de Cooperación Policial Internacional, de la Dirección General de Relaciones Internacionales y Extranjería de la Secretaría de Estado de Seguridad, y Cruz del Mérito policial otorgado por el ministro Jorge Fernández Díaz.

Hablan de imputaciones de policías en medio de la operación Emperador. Es entonces cuando los dos empiezan a hablar tanto de Grinda como de Madero. Dicen que son “pedófilos” y Villarejo explica que a Madero lo «mató» él. «A Madero, probablemente, entre comillas, lo maté yo. Porque venía de vuelta y le llamé y le dije que tenía datos para imputarlo, y tuvo un infarto durante el viaje», especifica Villarejo. «En este sentido, Rueda apunta que había oído esta historia y que tenían que decir que fue una “muerte natural”. Rueda anima la conversación añadiendo que además es “amigo de los Mossos” y del entonces jefe de investigación criminal de la policía de la Generalitat, el entonces todavía comisario Josep Lluís Trapero. Será la primera pista de otra de las derivadas de la Operación Cataluña, bautizada como Objetivo Trapero.

Parte de la conversación entre José Manuel Villarejo con Juan Rueda donde explican la muerte de Madero y la llamada que recibió/Quico Sallés

El mismo concepto de Madero y Grinda comparten el comisario Villarejo con el jefe de la comisaría de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas y su hombre fuerte en Cataluña, el inspector Pedro Esteban. Todos critican la fiscalía y en especial a Grinda y Madero. Los acusan de difamar la policía como “corrupta” y de «joder» a Tony y las operaciones de la policía en Cataluña. Continuará.

Una conversación entre Marcelino Martín Blas i Villarejo donde cargan con el mochuelo contra Madero y Grinda/Quico Sallés
Más noticias

Nuevo comentario

Comparte

Icona de pantalla completa