Salir a atacar y marcharse perplejo y con el rabo entre las piernas. Así le ha ido al diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro en su incursión de este martes contra lo que considera propaganda del independentismo. Armado con toda la hostilidad que ha podido reunir, se ha presentado en la sala Prim del Congreso de los Diputados dispuesto a acosar al periodista de El Món Quico Sallés, que estaba citado como compareciente por la comisión que investiga la operación Catalunya después de años publicando informaciones sobre las actividades de la policía patriótica del gobierno de Mariano Rajoy.

Gil Lázaro ha comenzado recriminando a Sallés que no haya incriminado directamente al actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en el caso Pegasus –que también se analizará en esta misma comisión– y ha ido subiendo el tono desesperadamente hasta exigirle que confesara que en 1994 había sido suplente –como independiente– en una lista municipal de ERC, después de haberle reclamado que dijera si es independentista. El hecho de que el periodista de El Món no se haya achicado y le haya contestado abiertamente –en algunos momentos con leve ironía– a todo lo que le ha preguntado ha acabado desconcertando al diputado ultra, que se ha hecho un lío y ha terminado disparando contra su propio tejado al subrayar que en la comisión sobre el 17-A –en la cual Sallés también compareció– desmontó «las tesis conspiracionistas de los separatistas».

«¿Se considera usted independentista?»

«Usted ha sido citado por los grupos separatistas. ¿Es para avalar sus tesis conspirativas?». Esta ha sido una de las preguntas con las que Gil Lázaro ha intentado hacer tambalear al compareciente. A partir de ese momento, las cejas del periodista de El Món no han parado de subir y bajar con cada cuestión que le planteaba el diputado. Y en algunos momentos se ha añadido una media sonrisa. «Ellos sabrán por qué me citan», ha replicado. Y enseguida ha comenzado a repetir insistentemente su gran pregunta pronunciada con tono de denuncia. «¿Se considera usted independentista?». Cuando Sallés le ha respondido que esa cuestión no tenía nada que ver con la función de la comisión, el diputado ha insistido. Hasta que el periodista le ha soltado. «¿Invalida mi trabajo el hecho de ser independentista?». Y finalmente: «Yo no soy independentista, yo estoy independentista». Sin dar señales de haber entendido el matiz, Gil Lázaro ha continuado su ofensiva. «El 1-O, ¿usted llamó públicamente a los ciudadanos a hacer de escudos frente a la policía?». Aquí el periodista ha decidido ir al grano. «No solo hice eso, sino que fui a una escuela», ha dicho sin intentar disimular su historial. De hecho, el currículo personal de Sallés era lo que más interesaba a Gil Lázaro. Y ha continuado la escalada, que iba tomando un tono cómico, y ha lanzado otro torpedo. «¿Usted fue candidato de ERC?», ha soltado como si pensara que lo había atrapado. «¡Me habla del Cretácico! Fui suplente independiente en 1994», le ha replicado ya disfrutando plenamente del espectáculo. Llegado a este punto, la pregunta que flotaba en el ambiente era «¿hasta dónde llegará?». Y la incógnita ha durado poco. «¿El separatismo lo considera un profesional de confianza?», ha sido su siguiente jugada. «No lo creo», ha respondido el periodista conteniendo la risa bajo la nariz.

Intento de cuestionar la profesionalidad de El Món

Otro de los movimientos desesperados de Gil Lázaro ha sido un intento, ya expresado con poca convicción, de cuestionar los motivos por los cuales El Món elige los contenidos informativos que ofrece a sus lectores. Para el diputado de Vox, que este diario haya investigado la operación Catalunya solo se explica por la voluntad de ocultar «casos de corrupción como el 3%». Pero cuando se le ha contestado que El Món se limita a «hacer periodismo» enseguida ha dejado correr el argumento. Al final, cautivo de sus propios resbalones y desarmado, ha aprovechado que se le acababa el tiempo para recoger velas y asegurar que la intervención de Sallés había sido «muy interesante» y que él está «muy dotado para la comunicación».

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