Jorge Javier Vázquez ha reflexionado sobre su presente y futuro en Sálvame en una entrevista que le ha servido para sincerarse. El presentador de Badalona sabe que no tiene un futuro cerrado y que esta incertidumbre le encanta: «Mi padre me inculcó que tenía que trabajar y tener un trabajo fijo, yo soy de esta generación y he estado toda la vida pensando en el futuro. En este momento de la vida, no obstante, ya no. A mis 52 años, el día de mañana no me preocupa. Mi situación personal ha cambiado respecto a la de hace 10 años».
Ahora que tanto se habla de la continuidad o no de Sálvame, deja clara su postura en una entrevista a Telecinco: «Tendría que continuar en la parrilla porque acompaña y esto es fundamental. Sentarte delante la televisión, poner un programa y que te acompañe con cuestiones absolutamente absurdas es muy necesario. Reivindico un programa en el que se hable de la nada. En Sálvame hacemos este ejercicio y verlo es como meditar. Lo hemos consolidado como el programa más esquizofrénico de la televisión porque ventilamos todo lo que pasa de cara al público, lo que te dicen que no hagas».
«Yo cuando veo la televisión quiero ver locuras. Me gustaría que lleváramos maquillajes extremados, que nos vistiéramos cómo si fuéramos a la inauguración de un after«, añade.
Jorge Javier reflexiona sobre el futuro de Sálvame | Telecinco
Jorge Javier Vázquez deja caer que podría estar cansado de su vida
Jorge Javier ha hablado de su vida privada en una columna aLecturasque aprovecha para reflexionar: «Le digo que tendríamos que ampliar nuestro círculo de amistades, tendríamos que quedar con más gente y vernos con más personas. Quizás la vida tiene mucho que ver con que te pasen pocas cosas. A mí me da la impresión que la gente «no se para» y, sin embargo, paso bastante tiempo pensando sobre mi existencia. El animal con el que me siento más identificado es mi burro, Fortunato. Pasea, se estira para disfrutar de una mañana con sol, quiere que le acaricien la cabeza, pero no siempre está dispuesto al cariño. Así estoy yo ahora y no se está mal en este estado de inactividad existencial«.
Dice que le gusta no hacer nada, sobre todo los fines de semana: «He decidido poner mi mente en pausa y no martirizarme pensando en qué planes tendría que tener para aprovechar el fin de semana. Ahora me estoy convirtiendo en lo que era de niño, una persona solitaria que sacaba en la cabeza de vez en cuando para cerciorarse que lo que veía no le gustaba. Tengo la sensación que ya lo he vivido, en otro momento de mi vida la idea me provocaba angustia. Ahora lo acepto y empiezo a fabular con otros mundos, otras realidades y universo desconocidos».