Tamara Falcó e Íñigo Onieva reciben críticas día sí día también. Son muchos quienes continúan pensando que su matrimonio no durará mucho, ya que tuvieron que cancelar el compromiso por una infidelidad del empresario que sospechan que podría volver a suceder. Ella misma ha confesado este jueves que discuten bastante a menudo, un tema que ha interesado a los cotillas que estaban siguiendo su intervención en
Todo empezaba porque se estaba hablando de problemas en la pareja en la tertulia de actualidad. Tamara ha reconocido que hay una cosa que odia muchísimo y es que le pregunten si está enfadada: «Si lo estoy, odio que me pregunten si realmente lo estoy porque esto me hace enfadar todavía más«.
Tamara Falcó cree que Íñigo Onieva es el culpable de la mayoría de sus discusiones
Considera que ella es algo más difícil que Íñigo: «Los cambios hormonales de las mujeres son muy difíciles de gestionar». ¿Cómo vive con su marido las típicas broncas? «Íñigo tiene la mecha más corta, pero yo tardo mucho más en desenfadarme. Puedo estar callada hasta que él me habla y me pide perdón. Me cuesta, pero vuelvo a hablar con él si sé que está haciendo un esfuerzo o si ha tenido un gesto. A partir de aquí podemos cenar juntos otra vez, pero me cuesta llegar a este punto de perdonarlo».


De hecho, la marquesa de Griñón ha sacado a la luz que él le pide perdón muchas más veces que ella. Eso sí, también porque cree que Íñigo es el culpable de la gran mayoría de las discusiones que tienen: «En mi cabeza soy jueza y decido qué está bien y qué está mal. Dicto sentencia. Siempre o bastantes veces, tengo razón. Me atrevería a decir que un 98% de las veces«.
Una pareja que siempre está rodeada de críticas y rumores de separación. De hecho, los últimos días se había dicho que les habían visto volar hacia Miami en asientos separados y que ni siquiera se habían dirigido la palabra a lo largo de las diez horas de vuelo.