José Luis Martínez-Almeida tiene un bebé de casi dos meses, el primer hijo con Teresa Urquijo. El alcalde de Madrid siempre había querido casarse y formar una familia, pero no lo ha logrado hasta los 50 años. ¿Y estas primeras semanas con el pequeño Lucas, qué tal? Lo ha explicado él mismo en una entrevista a El Mundo que sirve para conocer esta faceta y, también, para reír un rato porque confiesa algunos de los problemas que ha tenido hasta ahora. Por ejemplo, el día en que hizo el ridículo en plena calle cuando no se entendía a la hora de plegar el cochecito.
El balance de este mes y medio como padre es «muy bueno«, dice. Enfrentaba esta experiencia «con precaución», pero ha tenido la suerte de que el niño es «buenísimo» y se porta fenomenal: «Es bastante más tranquilo que el padre y nos deja dormir, así que estoy contento. Me dicen que es un bebé trampa para animarme a tener los próximos rápidamente«. Y es que el político del PP tiene claro que quiere repetir la experiencia: «El segundo caerá, eso seguro. He perdido la superioridad numérica ya, vivo dos contra uno porque esta familia es Teresa y Lucas contra mí y lo asumo».
Almeida considera que está «cumpliendo» como padre. Y eso gracias a haberse implicado mucho: «Tener un hijo es una experiencia increíble y cuando te pasa con 50 años, es una maravilla que ya no esperaba vivir. Quiero estar con él todo el tiempo, lo miro cuando llora y cuando no llora. No sé si estoy a la altura de lo que el niño espera, pero intento hacerlo lo mejor posible».
Almeida describe la escena más vergonzosa que ha vivido como padre
«Los pañales los cambio por el lado correcto, no hago que se atragante con los biberones, lo hago eructar más o menos…», reflexiona. Eso sí, como decíamos protagonizó una escena digna de comedia: «Estuve media hora para averiguar cómo se plegaba el cochecito de bebé para meterlo en el coche. Esto está diseñado para poner a prueba los nervios de los padres, son obras de ingeniería complejísima. No te exagero, media hora en una calle de Madrid. La gente ya se paraba a mirar a ver qué demonios hacía el alcalde peleándose con un carro… peleándose y perdiendo«.
Muchos podían pensar que el alcalde pasaría unos días en casa con el bebé, pero que enseguida volvería a trabajar. Pues él asegura que ha desconectado «sinceramente» porque sabe que está de permiso de paternidad: «Ahora me toca ser padre y no alcalde. Mi prioridad es mi familia, descansar y estar con ellos. Mi vida personal ha cambiado completamente, ahora soy un padre de familia y todo lo tendré que consultar en casa». Si se presentará a la reelección o no, de momento se lo tendrá que pensar.

La paternidad te cambia también la manera de pensar de una manera que solo entiendes cuando nace tu hijo. En su caso, también se pregunta si podrá ser buen padre: «No hay una responsabilidad más grande que ser capaz de ser un buen padre, ser capaz de educar a tu hijo, darles unos valores, una formación, una felicidad… Y el miedo, tienes miedo a cosas todo el tiempo«. Antes de que naciera Lucas, inauguró una escuela infantil y dice que se le quedó grabado que una profesora le decía que los cambiadores tienen esquinas levantadas para evitar que los bebés caigan al suelo en una distracción: «Desde entonces, vivo con el miedo de que caiga mientras lo estoy cambiando».